Curiosa la apuesta de Garitano ante el Betis. Con ultimátum oficial o sin él, el futuro del técnico estaba en el alambre. Y decidió renovar la alineación con el estreno como titulares esta temporada de dos jugadores. El ariete Villalibre y el medio Vencedor. Hasta el pitido inicial de ayer, el Búfalo había disputado 8 choques este curso, con 194 minutos sumados, el 15º del Athletic.
Bautizo en la alineación titular en este ejercicio. El de Gernika lo fue en el partido con Euskal Selekzioa ante Costa Rica el pasado lunes. El dibujo arriba del equipo rojiblanco fue el de Villalibre en punta, escoltado por la derecha por Williams en la derecha y por Berenguer en la izquierda. Con Muniain de enganche. Piezas encajadas. Bien pronto, en el minuto 2, el capitán buscó por el costado derecho en largo al ‘20’, al heredero nombrado por Aduriz. La pelota no llegó, pero resultaba toda una declaración de intenciones.
La movilidad marcaba el compás del juego rojiblanco en sus hombres de arriba. En pocos minutos, un jugadón de Berenguer que culminó con lanzamiento y un centro del ex del Torino tapado por un defensa tuvieron al de Gernika al acecho. Y en el minuto 8, Villalibre quiso pasar atrás y se encontró con la colaboración de Víctor Ruiz, que marcó en propia puerta.
Lo que también se evidenciaba era la buena conexión entre el Búfalo y la Pantera. Con varias acciones de muestra antes del descanso. La más destacada, justo superada la hora de juego, con envío de Williams desde la izquierda y remate de cabeza de Villalibre, desviado por Claudio Bravo. Pero Capa machacó con la testa el 2-0 en el segundo palo. Otra buena jugada entre ellos acabó con disparo del bilbaíno, atajado por el guardameta chileno.
Más protagonismo en la reanudación. Primero, Berenguer le dejó solo a Villalibre que, sobre la marcha, chutó con Bravo despejando con el pie. Después, en el minuto 58, fue decisivo en el 3-0. Centró al corazón del área, donde apareció Muniain. Su tiro inicial lo desvió el portero bético, pero el de la Txantrea cazó el rebote sobre la marcha para anotar de cabeza.
Gran entrada en el once de Villalibre. Aportó movilidad, referencia para sus compañeros bajando a tocar, descarga, remate, asistencia… Solamente le faltó culminar su actuación con un gol. Demostró que es más que una bala para guardarse en la recámara como revulsivo. Plan A.
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