Hasta aquí llegó el sueño de Minnesota. La derrota de ayer ante los Grizzlies tras dejarse remontar otra vez en el último cuarto terminó con sus opciones de alargar una temporada ilusionante. Los Timberwolves cayeron ante Memphis por 114 a 106 y se despiden del curso NBA.
Los Grizzlies han sido el equipo más regular de la eliminatoria, remontando en hasta tres ocasiones desventajas de más de diez puntos ante los Wolves. Los de Minneapolis volvieron a caer en la misma trampa, viéndose por encima pero incapaces de defender su terreno.
Anoche Anthony Edwards demostró que no es un jugador de futuro sino de presente, del aquí y ahora. Lideró a los suyos con 30 puntos que acabaron siendo insuficientes en un último cuarto en el que Minny naufragó de forma dramática.
Lo hizo ante las múltiples amenazas de Memphis, que ayer enseñó que hay vida más allá de Ja Morant. Tanto es así que el base cuajó uno de sus peores partidos de la eliminatoria y pese a todo su equipo salió adelante.
Morant terminó anotando tan solo 4 de sus 14 intentos, con 17 puntos pero 11 asistencias a sus compañeros. Fueron Dillion Brooks y Desmond Bane los que lideraron la anotación con 23 puntos por cabeza que desmontaron a los Wolves.
Además de ellos, volvió a resultar clave la aportación de Brandon Clarke desde el banquillo. Apostando por quintetos pequeños con Clarke al cinco Jenkins encontró la manera de castigar a Minnesota sin perder poderío en la pintura.
El jugador de tercer año sumó 17 puntos y 11 rebotes en sus 33 minutos, siendo una de las piezas importantes en los minutos clave del partido para Memphis.
Sin embargo, una noche más, nadie más vital que Desmond Bane y su trabajo incansable. Terminó con un +22 de diferencial en pista, el más abultado del partido de largo. Volvió a anotar con tanta facilidad que durante muchos tramos se convirtió en la primera opción ofensiva de los Grizzlies.
En Minnesota lo intentaron hasta el final pero volvió a sobrarles el último cuarto. Jaden McDaniels fue el que mejor acompañó a Ant, con 24 puntos desde el banquillo y eclipsando a un Karl-Anthony Towns demasiado discreto, que se quedó en 18.
Para el olvido queda también la serie de D’Angelo Russell, muy por debajo del nivel esperado para una de las principales caras del equipo y que en el último encuentro del año apenas sumó 7 tantos.
Los Timberwolves se despiden de la temporada, un año ilusionante que ha devuelto la confianza a la franquicia, mientras que Memphis avanza y se enfrentará a los Warriors en segunda ronda de playoffs.