La escalada callejera del kirchnerismo agrieta a la oposición en Argentina

La escalada callejera del kirchnerismo agrieta a la oposición en Argentina


El jefe de Gobierno de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, da una rueda de prensa rodeado de referentes de la coalición opositora Juntos por el Cambio, el 27 de agosto de 2022.GCBA

Horacio Rodríguez Larreta es el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Es también una de las principales cartas de la oposición para las presidenciales de octubre de 2023. Fue él quien el fin de semana ordenó colocar vallas policiales alrededor de la casa de Cristina Fernández de Kirchner. Los seguidores de la vicepresidenta llevaban cinco días de vigilia en la puerta de su piso, ubicado en Recoleta, el barrio más caro de la capital —y el más antiperonista—. La movilización permanente era un repudio a los 12 años de cárcel por presunta corrupción que un fiscal federal había pedido contra la jefa del movimiento. Las demandas de los vecinos por poner orden en la calle se hicieron insoportables para el alcalde. El efecto de las vallas fue el previsible: la militancia kirchnerista, que el sábado tenía previsto marchar por las plazas de la ciudad, desvió su camino y desafió el cerco de “la policía de Larreta”.

Los manifestantes derribaron las vallas y la policía respondió con gases. Ante el desborde, se abrió una línea de diálogo entre el Gobierno nacional y las autoridades de la capital. El sábado por la noche, Kirchner tomó un micrófono y denunció ante la multitud que la oposición quería acabar con el peronismo y la movilización popular. Pero pidió además a su gente que regresase a sus casas tras “un día largo”. La policía de la ciudad retiró las vallas y acordó mantenerse a distancia, sin abandonar el barrio.

La escalada de violencia que se vivió en la puerta de la casa de Kirchner acapara hoy todo el debate público en Argentina. Kirchner había logrado de una vez recuperar el protagonismo político, unir al peronismo detrás de su figura y alentar una posible candidatura en 2023. Fue una jugada estudiada, que al mismo tiempo expuso como a nadie al principal aspirante opositor a suceder al presidente Alberto Fernández.

Horacio Rodríguez Larreta pagó un costo por poner las vallas, pero también por retirarlas. Y otro costo por la represión, que alcanzó incluso al hijo de la vicepresidenta, el diputado Máximo Kirchner. Las peleas internas en Juntos por el Cambio afloraron con toda la fuerza posible entre los sectores moderados, representados por el alcalde, y los “halcones”, donde militan el expresidente Mauricio Macri y su exministra de Seguridad, Patricia Bullrich. El sábado, el alcalde dio una rueda de prensa roedado de los principales referentes de la coalición opositora. “La vicepresidenta busca que la solución de sus problemas con la justicia argentina se dirima en las calles, enfrentando a unos argentinos con otros. No lo vamos permitir”, dijo. Quiso transmitir firmeza, pero Bullrich no estaba allí para escucharlo.

LA VIOLENCIA ES EL LÍMITE. La Policía de la Ciudad actuó con firmeza, con determinación y con profesionalismo. pic.twitter.com/TzNv9lioxD

— Horacio Rodríguez Larreta (@horaciorlarreta) August 28, 2022

Rodríguez Larreta se considera un hombre de consenso y un gran planificador. La decisión de poner vallas surgió el viernes, cuando “se anunció la instalación de una feria itinerante por tiempo indefinido con carpas, baños químicos, parrillas y demás actividades que no se podían permitir”, explica una fuente de su entorno más cercano. “Por eso se decidió vallar la zona, para darle un corte a la situación”, agrega, “hasta que los violentos que se presentaron en la zona derribaron las vallas”.

El acuerdo con el Gobierno nacional supuso que las manifestaciones no incluirán asados al aire libre, bombos ni pirotecnia. Y que los cortes en el tránsito se limitarían a los momentos de salida y llegada de Kirchner a su casa. El domingo, sin embargo, los problemas siguieron. La policía antimotines se instaló cerca del lugar para garantizar la circulación y este lunes la tensión era evidente. En este ir y venir, los halcones de Juntos por el Cambio cargaron contra Horacio Rodríguez Larreta. “No podemos seguir naturalizando lo que está mal ni tampoco seguir entregándole el país a esta gente [los kirchneristas]. La obligación de un gobernante es garantizar el orden y el imperio de la ley”, escribió Patricia Bullrich, una veterana política que ha pasado por el peronismo, el radicalismo y ahora es la voz más a la derecha del macrismo. Más tarde, durante una entrevista al canal de noticias TN, Bullrich dijo que cuando ella era ministra de Seguridad nunca le tiraron una valla. “Una vez que ponés las vallas, tenés que mantenerlas”, dijo. Aunque nunca lo nombró, el destinatario del mensaje era el alcalde de Buenos Aires.

Rodríguez Larreta se siente cómodo en el centro del espectro político. Pero considera que la interna de la coalición lo empuja hacia la derecha. Las manifestaciones a favor de Kirchner aceleraron las disputas y obligaron al alcalde a tomar la iniciativa. Desde su entorno aseguran que “el kirchnerismo puso a Horacio Rodríguez Larreta en centro de la escena y esto lo fortalece”. En cualquier caso, faltan 14 meses para las elecciones presidenciales y pronto habrá que decidir candidatos. Las disputas de poder recién comienzan.

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