Los duques de Sussex han dado un paso más en su separación de la Familia Real Británica. La semana pasada se conocía que la pareja había firmado un acuerdo con Netflix para los próximos años y aunque no se revelaban detalles sobre la suma total que iban a obtener por su colaboración con la plataforma, poco después se hacía público que habían saldado su deuda con el Tesoro Británico por las reformas acometidas en el que estaba destinado a ser su hogar en el Reino Unido, Frogmore House. Una noticia que ponía de manifiesto que, a pesar de las dificultades de los últimos meses, el matrimonio empieza ya a conseguir una cierta estabilidad y solvencia económica, lo que le permite dejar de estar bajo el paraguas de “La Firma” y cumplir su objetivo de ser independiente.
A tenor de esta cuestión, al tiempo que Harry saldaba su deuda por la restauración de Frogmore, se ha conocido que el príncipe Carlos ha dejado de prestar apoyo económico a su hijo. A pesar de que durante su estancia en Canadá los Sussex habían contado con respaldo financiero del Gobierno de Canadá para sufragar sus gastos de seguridad, a su llegada a Estados Unidos, Donald Trump aseguró que no iba a prestarles ningún tipo de apoyo. Sin embargo, la pareja tenía el respaldo del príncipe de Gales que, a través de los fondos del Ducado de Cornualles, destinaba una parte a su hijo menor.
No obstante, parece que las cosas van a cambiar a partir de ahora. Por un lado, según han confirmado varias fuentes, Harry ha pedido a su padre que no le proporcione más financiación y, por otra, algunos de los movimientos recientes del príncipe de Gales y de la reina Isabel indican la posibilidad de que haya un próximo cambio en la Corona.
En los últimos meses, debido a la situación generada por el coronavirus, se ha especulado mucho con la posibilidad de que la reina Isabel ceda más espacio al príncipe Carlos y este, a su vez, al duque de Cambridge. Se ha confirmado ya que Isabel II tiene pensado retomar algunos compromisos oficiales en Buckingham pero mantendrá su residencia en Windsor y visitará de forma regular al duque de Edimburgo en Sandringham. Así las cosas, y con los Sussex fuera e juego, tanto el príncipe de Gales como los Cambridge cobran más protagonismo, sobre todo si se tiene en cuenta que el escándalo del príncipe Andrés aún está sin resolver.
Hace unas semanas se hizo público que Carlos de Inglaterra iba a dejar de lado una de las facetas que más le apasionan. El heredero no renovará el contrato de arrendamiento de la granja orgánica de Highgrove, uno de los buques insignia de su marca Duchy Originals. Una decisión que algunas atribuyen a que no queda mucho para que se convierta en rey y su intención es convertir Sandringham en una finca orgánica.
Cuando llegue este momento, será Guillermo quien asuma todas las prerrogativas del Ducado de Cornualles que, hasta ahora, financia la mayor parte de los gastos de Carlos de Inglaterra y su familia, incluidos los Sussex, a quienes se supone que el hijo de la reina Isabel ha estado apoyando de su fortuna personal. Al menos hasta ahora.
Se desconoce si la reina Isabel tiene pensado dar algún paso que deje el camino más libre a su eterno heredero, pero lo que está claro es que el príncipe Harry, por un lado, ha querido dejar constancia de su más que firme intención de ser independiente económicamente y, por otro, quizás esté siendo precavido por lo que el futuro le pueda deparar. Al fin y al cabo, Guillermo no tendría por qué ofrecerle ningún tipo de apoyo desde Cornualles aunque como hijo de rey en su caso, es más que probable que Carlos se encargara de su sustento.
El Ducado de Cornualles es uno de los dos ducados reales de Inglaterra, junto al Ducado de Lancaster. Es el hijo mayor del monarca quien hereda el ducado y el título de duque de Cornualles en el mismo momento de su nacimiento o cuando le toca suceder a sus padres. La actividad primordial del Ducado de Cornualles es la administración de sus tierras y propiedades. Cuenta con una importante cartera de inversiones, así como tierras que suman más de 540 km², la mayoría de ellas en Devon. Sus beneficios anuales superan los veinte millones de libras, exentos de pagar impuestos, pero el heredero no tiene derecho a los beneficios que resulten de la venta de los activos de capital, sino solamente le corresponden los ingresos que estos activos generan cada año.