¿Qué está en juego en la elección presidencial de EU en 2020?

¿Qué está en juego en la elección presidencial de EU en 2020?

En un ejercicio académico-periodístico, el Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana presenta, en Aristegui Noticias, un monitoreo de la batalla por la presidencia de Estados Unidos. Hoy, el especialista Abelardo Rodríguez Sumano analiza los retos del sistema gubernamental, el futuro de la democracia y el perfil político de Donald Trump.

Por Abelardo Rodríguez Sumano

 @AbelardoRodriz

En el desenlace de la elección presidencial del 3 de noviembre del 2020, está en juego el futuro de la República. La llegada al poder de Donald Trump perfila la instauración de un régimen autoritario que pudiera decantar en el rompimiento con la democracia y asomar los rasgos de una tiranía que pondrían en peligro el proyecto fundacional de ese país: la unión.

Existen ya serios avisos de que la Unión está en peligro y, con ello, los valores que le dieron origen y sentido en más de dos siglos a una gran nación, controversial y crítica, pero relevante en la escena regional y mundial.

El cambio, en la naturaleza del poder político están teniendo ya un impacto en la política exterior y en los intereses que se impulsarían en la política mundial en cuatro años más, ya que Estados Unidos sigue siendo la potencia más influyente del sistema internacional ya seriamente disputada por China y Rusia, simultáneamente. En las siguientes líneas, identificamos la contradicción y los límites de la democracia y la posibilidad de su erosión, la moneda está en el aire.

 

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1. LA DEMOCRACIA. La excepcionalidad del proyecto surgió en su fundación y la representación a través de las elecciones; no en los herederos de la Corona. La construcción de la democracia aspiraba a encontrar a los más capaces y a los que consiguieran el favor de las mayorías. De esta manera, la primera elección presidencial que probó el federalismo fue la designación de George Washington en 1789, con 69 votos electorales. Bajo estos principios de organización, se instauró la democracia como la fuente de la legitimidad y la institucionalización de la República.

En más de dos siglos, esa fuente de soberanía está asomando un cierre histórico que deberá resolverse en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre del 2020.

2. EL COLEGIO ELECTORAL. Las reglas de la democracia fueron dibujadas por los Padres Fundadores al vapor de la flamante Constitución, que se concibió en Estados Unidos tras la lucha por la independencia de 1776. El proceso consiste en la elección de los electores que eligen al Presidente y al Vicepresidente, y el conteo de los votos electorales por el Congreso. Actualmente, al Colegio lo constituyen 538 electores y una mayoría calificada de 270, que son los que pueden elegir al Presidente de Estados Unidos.

De esta forma, queda estipulado por la Constitución y regulado por el Colegio que es este último el proceso que elige al presidente y no el voto popular, confirmando que la democracia es representativa. o bien, dirigida, pero no directa. En este tenor, el Colegio Electoral alberga problemas de origen en la representación de las entidades más pequeñas en la arena nacional y de cara a los Estados grandes.

“Si hay un beneficio para proteger a los estados pequeños, el Colegio Electoral no está haciendo un gran trabajo proporcionándolo. Los estados grandes pueden dominar a los pequeños bajo el sistema, y lo han hecho a veces” (Cohn, 2019).1 Justo ahí reside el dilema del sistema electoral; la representación es limitada. Y serán los electores del Colegio Electoral los que definan la elección, dejando insatisfecha a la población. En el año 2000, George W. Bush perdió el voto popular y, en el 2016, Donald Trump también; no obstante, ambos ganaron el voto electoral.

3. EL PROBLEMA DE ORIGEN: EL PELIGRO A LA DEMOCRACIA. El Colegio Electoral es conservador en la determinación de la elección de los representantes. Cada vez es más evidente su agotamiento en la preservación de la democracia estadounidense. Particularmente cuando se presentan líderes extremistas como Donald Trump, que son capaces de desconocer las reglas del juego democrático que no les favorecen.

 

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Como contraparte, y en defensa de esta institución democrática, Guelzo, A. (2019) considera que “en todo caso, el Colegio Electoral fue diseñado para actuar como un freno a los presidentes demasiado poderosos, quienes podrían usar a la mayoría popular para afirmar que estaban autorizados a hablar en el nombre del pueblo frente al Congreso. Y de eso, bien podemos tener mucho más que temer que del mismo Colegio Electoral”.2 Lo anterior esgrime que la preocupación actual es longeva en realidad y se encuentra en el origen de los debates entre los federalistas y los antifederalistas en ese país: la figura más poderosa en el engranaje institucional es el jefe del Estado, el presidente de la República y eso se hace más patente cuando el inquilino de la Casa Blanca busca la reelección, ya que puede echar mano del aparato para favorecer su candidatura tal y como está ocurriendo con Donald Trump.

Algo que no debe perderse de vista es que en la fundación de Estados Unidos ganó la corriente federalista. No obstante, lo que está ocurriendo es que ese federalismo no está conciliando cabalmente con la democracia. Como lo argumentan Fuentes-Rohwer y Charles (2001): “(…) cuando las nociones de soberanía popular se encuentran con el sistema actual de selección de nuestro presidente y vicepresidente, el federalismo gana; prevalece el Colegio Electoral”. (Fuentes-Rohwer y Charles, 2001, p. 922)3

En el siglo XXI, la fortaleza de la democracia es su debilidad. Fue capaz de llevar al poder a un magnate que no cree en el sistema y que sus ideas de grandeza son las de un Rey; un hombre fuerte; no las de un demócrata auténtico. Los federalistas decidieron conferir el máximo poder al Comandante en Jefe y cabeza primordial de la política interior y exterior. La presidencia es más fuerte; el Colegio difuso; disperso. Con base en lo anterior, es posible advertir que la democracia estadounidense puede ser destruida por dentro y por la base de sus propios instrumentos al elegir a representantes que sus ambiciones no son las de una democracia modélica, sino con las del poder y los aires de una grandeza que termine por erosionar y quizás demoler a la República. Lo anterior es retratado de cuerpo entero por el presidente Trump: “Con la votación universal por correo (no la votación por abstinencia, la cual es buena), la elección del 2020 será la más INEXACTA Y FRAUDULENTA de la historia. Será una gran vergüenza para los Estados Unidos. ¿Retrasar la elección hasta que la gente pueda votar de forma adecuada y segura?

“La votación por correo ya está demostrando ser un desastre catastrófico. Incluso, las áreas de prueba están muy lejos. Los demócratas hablan de la influencia extranjera en la votación, pero saben que la votación por correo es una manera fácil para que los países extranjeros participen en la carrera. ¡Incluso más allá de eso, no hay un recuento exacto!”

En una democracia establecida, el arbitro debe garantizar la certeza de la elección. Los contendientes aceptan las reglas del juego, Trump no. En el 2016, hizo algo similar: amenazar con una movilización a favor del voto, el suyo. Lo anterior habla del rechazo a las reglas del juego democrático que no le favorecen como podría ser perder una elección.

4. AGOTAMIENTO DEL BIPARTIDISMO. En el siglo XXI, el bipartidismo llegó a un cierre histórico. Ambos institutos políticos —los partidos republicano y demócrata— respectivamente recibieron por cerca de un siglo a políticos profesionales que vivieron de la política y se consagran a ella en las arenas legislativas y partidistas. Donal Trump proviene de otra estirpe —la empresarial— que no había tenido similar impacto en la política. Algunos empresarios como Ross Perot, en 1992, o comunicadores como Path Buchanan, en 1996, no habían tenido similar impacto que Trump. Sin embargo, las figuras emblemáticas para el magnate son los Rockefeller, Andrew Jackson o Teddy Roosevelt; figuras del expansionismo mercantilista de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Trump avanzó paralelo a la clase política estadounidense, lo intentó como independiente en el año 2000, pero no pudo y cuando identificó que el vehículo para conseguir sus fines era el Partido Republicano lo asaltó para terminar apoderándose de este ya desde la Casa Blanca. La piedra de toque de la aventura que significa su presidencia podría significar un quiebre de la democracia, eso estará por verse el 3 de noviembre de 2020.

 

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5. EL AUTORITARISMO IMPERIAL. En la génesis del expansionismo estadounidense se encuentra un imperialismo autoritario; es la otra cara de la democracia. Desde la lógica de los Padres Fundadores era el curso natural de los designios de Dios: llevar su verdad al resto del mundo; expandir valores, territorios y crear instituciones. Con base en lo anterior, es digno mencionar que la democracia estadounidense es contradictoria en su origen, porque no respeta los intereses y los valores de otros territorios como en su momento fue de Canadá, México, Cuba, Puerto Rico, Filipinas, etcétera. La génesis del expansionismo estadounidense es imperial y ominoso del derecho internacional. Al interior del sistema político, la representación puede ser democrática. Al exterior, hegemónica y expansionista. En otros momentos, puede ser idealista y multilateral.

La presencia de Trump en la Casa Blanca nos recuerda que es la dimensión doméstica de la democracia la que se podría romper, ya que Estados Unidos ha sido antidemocrático en otros momentos de su historia. Por ejemplo, resalta la afinidad y buenas relaciones que sostiene Trump con las autocracias contemporáneas (Rusia, Ucrania, entre otros). Por otra parte, Jonathan Weiler, profesor de la Universidad de Carolina del Norte y autor de Authoritarianism and Polarization in American Politics, sugiere en Trump un autoritarismo asociado al “(…) tipo de personalidad, caracterizado por una necesidad psicológica de orden y una tendencia relacionada a querer excluir a los ‘grupos externos’ del poder político para preservar una versión a menudo sentimentalizada de un pasado feliz”.4

Los elementos que pueden ilustrar esta patología son los “otros,” o los “enemigos” que van del movimiento Black Lives Matter a los inmigrantes, pasando por los tribunales, el Congreso y los demócratas. Un ejemplo extremo que devela ese rasgo del presidente fue durante el impechement en el 2019; el Presidente se refirió al mismo como un intento de Golpe e, incluso, aprovechó para afianzar su discurso autoritario personalista:

“A medida que aprendo más y más cada día, llego a la conclusión de que lo que está ocurriendo no es un juicio político, es un GOLPE, destinado a quitarle el Poder al pueblo, su VOTO, sus Libertades, su Segunda Enmienda, ¡Religión, ejército, muro fronterizo y sus derechos otorgados por Dios como ciudadano de los Estados Unidos de América!” (Trump, 2019)5

Sin embargo, Trump salió fortalecido del proceso de Impechment en el 2019. Desde ahí, montó su campaña por la reelección y aprovechó para autoproclamarse como el “verdadero” defensor de los designios de un pueblo; su sed de venganza en contra de los demócratas y de los medios de comunicación que lo acusaron simplemente se radicalizó, ¿hasta dónde será capaz de llegar? No obstante, se le atravesó en el camino el Covid-19 y aprovechó perfecto para lanzar una guerra verbal en contra de los demócratas y de China por “dañar” su carrera hacia la reelección.

Douglas Kellner (2018) en el texto Donald Trump as Authoritarian Populist: A Frommian Analysis asegura que “en la anatomía de la destrucción humana (1973), Fromm se involucra en un análisis detallado del carácter autoritario como sádico, excesivamente narcisista, malignamente agresivo, vengativamente destructivo y necrófilo, rasgos de personalidad posiblemente aplicables a Trump”. (Keller, 2018, p. 71). En el mismo escrito, tras realizar su análisis, el autor concluye que:

“De hecho, la presidencia de Trump lo ha revelado como el individuo más narcisista que jamás se haya sentado en la Casa Blanca, cuyos múltiples tuits diarios promocionan su grandeza y acosan y atacan a sus oponentes. Reveló una agresión maligna en su presidencia desde el primer día en el que pidió una prohibición de los musulmanes en países seleccionados, una decisión rápidamente anulada por los tribunales. Sus órdenes ejecutivas que anulan la legislación y las regulaciones progresistas establecidas por la administración Obama exhiben su impulso maligno para destruir la democracia liberal de los Estados Unidos, al igual que sus ataques diarios a los medios de comunicación, el Congreso, el poder judicial y cualquiera que se atreva a criticar al Rey Donald” (Keller, 2018, p. 79)

 

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6. ¿ES POSIBLE INSTAURAR UNA TIRANÍA? Un área de preocupación mundial son los rasgos que han aparecido en el seno del poder político en Washington. Lo anterior tiene que ver con lo que Timothy Snyder define como la construcción de una tiranía, señalando las siguientes características en la administración Trump:

Desacreditar a los medios de comunicación y su papel político: Aquí Snyder se refiere a los llamados de Trump a la prensa como “enemigos”, sobre lo cual considera que “está expresando su apoyo a la demolición de las bases históricas, éticas e intelectuales de la vida política que damos por sentado. De hecho, cuando Trump llama a los periodistas “enemigos del pueblo”, está “citando a Joseph Stalin.” (Snyder, 2017)

Oposición implícita a la democracia: A pesar de haber sido electo en un proceso democrático electoral, Snyder comenta que Trump “no ha dicho casi nada a favor de la democracia o, en realidad, de los derechos civiles y humanos. Admira a los autoritarios. Su único comentario importante sobre la democracia fue que impugnaría el resultado de las elecciones si no estaban a su favor. Eso es oposición a la democracia. De hecho, no reconocer los resultados de las elecciones y tomar el poder de todos modos es lo que hacen los autoritarios”. (Snyder, 2017)

Una amenaza a la separación de poderes: El autor señala que “al denigrar a los jueces, Trump ataca la geometría del sistema. Una vez que los tribunales están domesticados, la legislatura no puede defenderse y tenemos autoritarismo. Si los legisladores no apoyan al poder judicial, entonces llegará su turno de humillación y las leyes que aprueben serán inaplicables. Este ha sido el patrón en los recientes cambios de régimen autoritario en todo el mundo”. (Snyder, 2017)

Amenazas externas para buscar y mantener el poder (terrorismo, inmigrantes, etc): Snyder sugiere que “el autoritarismo moderno es gestión del terror, y por eso los autoritarios modernos necesitan ataques terroristas: reales, simulados o ambos. Como James Madison notó hace mucho tiempo, la tiranía surge “en alguna emergencia favorable” (Snyder, 2017). Es decir, Trump alimenta este conflicto con los otros para simular la amenaza y poder justificar medidas autoritarias.6

No hay investigación concluyente al respecto. Sin embargo, ya se pueden identificar rasgos preocupantes en el seno de las actitudes de la presidencia de Trump que deberán investigarse en mayor profundidad. La evidencia, sin embargo, con lo que Snyder señala es ya un hecho en las diversas acciones de Trump esbozadas como candidato a la presidencia y después como Jefe de la Casa Blanca.

7. EL DILEMA DE LA UNIÓN Y LA RAZA. Tras el proceso de consolidación de la “más perfecta unión”, en 1787 se instauró el esclavismo y la exclusión de las mujeres como la base del sistema político y económico de la emergente nación que buscaba sacudirse a la Corona Británica. Sin embargo, tal y como lo sostuvo Abraham Lincoln en 1862 con La Proclamación de la Emancipación el límite de sus esfuerzos oscilaron en preservar a la Unión por encima de los intereses de su partido. De esta forma, la preservación de la Unión se consagró como el alma de la nación y la República; la energía que buscaría a toda costa la reconciliación y la unidad. Con la llegada de Barack Obama al poder en el 2009 se pensaba que Estados Unidos era capaz de redefinir y ampliar la democracia al llevar a un afroamericano a la Casa Blanca y que la lucha de los derechos civiles de los 1960 eran una evolución natural en la ampliación del proyecto estadounidense, en cierto sentido lo fue. Sin embargo, el arribo de los Obama en el poder abrió el paso al choque de civilizaciones al interior de Estados Unidos. El America First de Donald Trump apareció como una reacción, incluso, está cincelando los cimientos de la República y en contra de la migración, catapultando una ola de racismo interno y externo como pocas veces en la historia de ese país.

 

 

Ciertamente, Trump ha fijado una posición denigrante sobre el movimiento “Black Lives Matter”, detonado por la muerte de George Floyd, un hombre negro que había sido detenido por un policía y resultó muerto tras un excesivo uso de la fuerza y la autoridad. Por otra parte, Ruby Giuliani, el abogado personal del presidente Trump ha señalado al movimiento Black Lives Matter como un “grupo terrorista nacional” lleno de “asesinos” que “odian a los blancos”7. El objetivo de Trump y sus aliados es desacreditar a los protestantes llamándolos anarquistas, de extrema izquierda, entre otros. Asimismo, evade la discusión sobre el racismo, el uso de la fuerza y la discriminación. Abiertamente, Trump ha criminalizado la protesta y está levantando y convocando a la confrontación en la base de la sociedad.

Trump es un abanderado de la división; está resquebrajando la Unión. Según el exsecretario de defensa, el general James Mattis, de su propia administración, Trump está confrontando al pueblo estadounidense, incitando a los gobernadores y alcaldes a tomar medidas más contundentes y también pidió a sus seguidores tener una contramanifestación.8

La muerte de Floyd ha sido la “oportunidad” para erigirse como el hombre de la “ley y el orden” versus los “anarquistas” y los “socialistas” demócratas encabezados por Joe Biden. Trump ha dado pie a un proceso de militarización y represión en las calles en contra de las manifestaciones por los derechos civiles que no han estado exentos de violencia. Los disturbios raciales en las calles de los Estados Unidos están avivando un pasado que se creía superado: una guerra civil se levanta en el camino. Donald Trump ha llamado a la defensa de la segunda enmienda y se ha manifestado a favor de un movimiento patriota.

8. EL MURO Y LA REELECCIÓN. En el plano externo, México figuró como la piñata de sus ejes en materia de política exterior. A pesar de que va a continuar con este discurso en el 2020 ya no es el eje de su campaña porque ahora lo prefigura el coronavirus, las olas de protesta y una confrontación con China. La relación con Canadá y Estados Unidos pasa por el T-MEC en el que México se ha subordinado a la campaña de Trump. De esta forma, los ejes de la cooperación pasan en primer término por la pandemia, la seguridad, el T-MEC, la frontera y la migración. El paso de AMLO por Washington aminoró el choque con Trump. Aún y a pesar de lo anterior, el 30 de julio de 2020 se pronunció sobre el muro en la frontera con México:

“A medida que sube el Muro, bajan los cruces ilegales. La semana pasada construimos más de 10 millas de muro en nuestra Frontera Sur. ¡Ahora tenemos 256 millas de NUEVO Muro y estamos en camino de completar 300 millas para fines de agosto!” (Trump, 2020).9
Con miras a la reelección y cuatro años más de administración, Trump sugiere la imposición de una tarifa o pago de “peaje” a los carros que cruzan hacia Estados Unidos desde México para financiar la construcción del muro, “van a pagar en la frontera, en la puerta, los autos pasan, vamos a hacer un peaje, o podemos hacer un peaje” (Citado en Bloomberg, 2020).10 También sugirió como opción la incorporación de un impuesto a las remesas que se envían hacia y desde México: “Vamos a cobrar un peaje, o podemos cobrar un peaje por el envío de dinero de ida y vuelta. Ellos lo pagarán. Sí, lo están pagando. Es cien por ciento” (Trump, 2020).11

En relación con el tema de la construcción del muro, el presupuesto para 2021 se fijo en 4.8 mil millones de dólares, los que suman en total con el adicional de 2 mil millones de dólares para la construcción del muro.12 Así lo incluye el Presupuesto Fiscal de 2021 de Trump. Todo lo anterior puede cambiar con el resultado de la elección, ya que la seguridad interior, las fronteras y la migración seguramente serán redefinidas en un par de meses, dependiendo de las condiciones en las que llegue el nuevo presidente de los Estados Unidos. Lo cierto es que la migración seguirá siendo un punto central para continuar con su America First.

 


9. LA CONTIENDA ELECTORAL: TRUMP VERSUS BIDEN. La contienda por la presidencia de Estados Unidos es una realidad con la nominación de Joe Biden y Kamala Harris como la fórmula que pretende arrebatar a la mancuerna Donald Trump y Mike Pence la presidencia de la República. Las Convenciones Nacionales Demócrata y Republicana ya están en la perspectiva de un fuego cruzado con proporciones históricas. El mandato de los demócratas es recuperar el sueño americano, el alma de una nación y la República Constitucional.

En este momento, Biden va arriba en las encuestas sobre Trump con 70/100 probabilidades de ganar vs. 29/100, respectivamente. El rango se ha mantenido entre 70-78 y 20-30 desde el 1 de junio según Five Thirty Eight. Lo que demuestra que la crisis de la pandemia descarriló a Trump en el verano.

La misma fuente sugiere que el voto popular se encuentra dividido en un 52% para Biden y 46% para Trump. Mientras que el Voto Electoral se encuentra dividido en 320 y 218 respectivamente.13 El seguimiento de The Economist, también proyecta a Biden con más probabilidades de ganar. Con 352 votos en el Colegio Electoral para Biden, sobre 186 votos para Trump. Esta misma fuente proyecta el 90% de probabilidades en Biden para ganar la elección y sólo el 10% en Trump.14

Sin embargo, algunas encuestas identifican con un avance porcentual de 1-2% a Trump tras la aceptación de su nominación a la reelección el 28 de agosto desde la Casa Blanca. Trump se autoposicionó favorablemente en la Convención y va por todo.

10. PROBABILIDADES DE QUE TRUMP GANE. A pesar de que Trump viene abajo en las encuestas, él y Jared Kushner —su yerno— han desestimado todas. Asimismo, la crisis del Covid-19 y la recesión económica tiene a Trump contra las cuerdas.

Sin embargo, hay quienes opinan que todavía tiene la posibilidad de alcanzar la reelección. Peter Nicholas, de The Atlantic, sostiene seis razones por las cuales Trump aún podría ganar:15

*La economía podría mejorar poco, pero lo justo y necesario.

*Las encuestas podrían estar equivocadas (otra vez).

*Trump podría hacer campaña desde su posición actual como presidente y hacer uso efectivo de los recursos.

*Que al candidato Biden le surjan sus propios problemas.

*Que los electores de Biden no salgan a votar.

*Alguna sorpresa de Trump en octubre.

 

Para de New Yorker, el electorado a favor de Trump está compuesto mayoritariamente de ciudadanos blancos y sin estudios universitarios. En el 2016, representaban el 46% del electorado; en el 2020, se estima (desde la demografía) que este grupo será de 44%. La variable raza y educación considera que: “La concentración del apoyo demócrata en las áreas metropolitanas difunde las ventajas demográficas generales y aumenta las posibilidades de que una gran participación y el apoyo de la base de Trump, principalmente votantes blancos sin educación universitaria en estados más rurales y de clase trabajadora, puedan conducir una vez más a una victoria estrecha en el Colegio Electoral, señalaron Halpin y Teixeira”.16

Asimismo para algunos estrategas republicanos sugieren que Trump todavía tendría oportunidad de ganar si:

* La economía se recupera

* El presidente impulsa su candidatura desde la Casa Blanca.

* Presentan a Biden como una alternativa inaceptable.

* Que el electorado no-blanco no asista cómo se espera.17

En lo único en lo que parecen estar de acuerdo varias proyecciones es en que las elecciones podrían depender de manera crucial en el escrutinio de Trump sobre su manejo de la pandemia de coronavirus, y las consecuencias en el sistema de salud pública y su impacto en la economía de aquí a la elección presidencial.

 

Conclusión

La moneda está en el aire. Existen razones de peso para preocuparse. Trump tiene todavía varias cartas que va a jugar en su favor. Y es posible anticipar que pueda hacer trampa y no seguir las reglas de la democracia. En este juego de intereses va a radicalizar su campaña y acciones de gobierno frente a los otros, los “enemigos” internos y externos. Es posible anticipar un conflicto postelectoral, los demócratas requerirán impulsar la movilización más copiosa en la historia de Estados Unidos, ya que está en peligro la democracia y el futuro de sus ideales.

 

1. Cohn, N. (2019). Titular del artículo en el periódico. The Electoral College’s Real Problem: It’s Biased Toward the Big Battlegrounds. The New York Times. https://www.nytimes.com/2019/03/22/upshot/electoral-college-votes-states.html?login=smartlock&auth=login-smartlock

2. Guelzo, A. (2019). In Defense of the Electoral College. National Affairs. Number 44. Summer 2018. https://www.nationalaffairs.com/publications/detail/in-defense-of-the-electoral-college

3. Fuentes-Rohwer, L., & Charles, G. U. (2001). The Electoral College, the Right to Vote, and Our Federalism: A Comment on a Lasting Institution. Fla. St. UL Rev., 29, 879.
4. Hirsch, M. (2019). Titular del artículo en el periódico. The Tyrannical Mr. Trump. Foreign Policy. https://foreignpolicy.com/2019/10/02/the-tyrannical-mr-trump-authoritarian-impeachment-constitutional-crisis/

5. Trump, D. [@realDonaldTrump]. (1 de octubre de 2019). Twitter.
https://twitter.com/realDonaldTrump/status/1179179573541511176

6. Snyder, T. (2017). Titular del artículo en el periódico. Donald Trump and the New Dawn of Tyranny. Time. https://time.com/4690676/donald-trump-tyranny/

7. https://www.mediaite.com/tv/giuliani-calls-black-lives-matter-a-terrorist-group-these-are-killers-who-hate-white-people-and-hate-white-men/

8. Baker, P. (2020). Titular del artículo en el periódico. In Days of Discord, a President Fans the Flames. The New York Times. https://www.nytimes.com/2020/05/30/us/politics/trump-george-floyd-protests.html

9. https://twitter.com/realDonaldTrump/status/1288966119676616704?s=20

10 Bloomberg (2020). Titular de la noticia en el periódico. Trump says ‘toll’ on Mexico border crossings may finance his wall. Los Angeles Times. https://www.latimes.com/politics/story/2020-08-19/trump-says-toll-on-mexico-border-crossings-may-finance-his-wall

11. White House (2020). Transcripción de entrevista. Remarks by President Trump During Border Wall Construction and Operational Update | Yuma, AZ. https://www.whitehouse.gov/briefings-statements/remarks-president-trump-border-wall-construction-operational-update-yuma-az/

12. Kaplan, S. (2020) Titular del artículo en el periódico. What’s in President Trump’s Fiscal 2021 Budget? The New York Times. https://www.nytimes.com/2020/02/10/business/economy/trump-budget-explained-facts.html

13. https://projects.fivethirtyeight.com/2020-election-forecast/

14. https://projects.economist.com/us-2020-forecast/president

15. Nicholas, P. (2020). Titular del artículo en el periódico. Don’t Count Trump Out. The Atlantic. https://www.theatlantic.com/politics/archive/2020/07/how-trump-could-win-reelection/612205/

16. Cassidy, J. (2020). Titular del artículo de la revista. What Are the Chances of Trump Being Reëlected? The Newyorker. https://www.newyorker.com/news/our-columnists/what-are-the-chances-of-trump-being-reelected

17. Strauss, D. (2020). Titular del artículo del periódico. Trump is in a precarious position for reelection –but he still has a chance. The Guardian. https://www.theguardian.com/us-news/2020/jun/24/will-trump-win-election-2020-beat-joe-biden-experts-on-chances

Agradezco a Verónica Montoya su ayuda en el desarrollo de este texto.

www.abelardorodriguez.com




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