La exhibición de Fernando Alonso en el Gran Premio de Estados Unidos se quedó en nada después de que los comisarios dieran la razón a una protesta de la escudería Haas sobre la seguridad de su coche.
Haas había protestado por la decisión de permitir al asturiano y a Checo Pérez, de Red Bull, que terminó cuarto, seguir compitiendo con carrocerías sueltas.
Los comisarios del Circuito de las Américas de Austin rechazaron la protesta contra Red Bull, pero mantuvieron la de Alpine, por lo que Alonso, que había cruzado la línea de meta en la séptima plaza, quedó 15º con una penalización de 30 segundos tras la carrera.
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Haas había argumentado que el coche de Alonso se conducía en condiciones inseguras después de una colisión porque el espejo derecho se movía de un lado a otro antes de que finalmente se cayera, sin dañar a nadie.
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La escudería estadounidense alegó que en tres ocasiones esta temporada se les había mostrado una bandera negra y naranja, que obligaba a un piloto a entrar en boxes debido a problemas mecánicos o a una carrocería suelta.
Los jefes técnicos de la FIA dijeron a los comisarios que no era seguro conducir el coche con un espejo retrovisor que se movía y que se había caído.
“Un coche debe estar en condiciones de seguridad durante toda la carrera, y en este caso, el coche 14 (Alonso) no lo estaba“, dijeron los comisarios en un comunicado. “Esto es una responsabilidad del equipo Alpine”.
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El asturiano dijo haber pasado “miedo” cuando su coche se levantó tras chocarse a alta velocidad con Stroll y no podía explicarse su remontada final con un coche con el que creía que debía abandonar