Una pista de 16.4 millones de luces LED y más 8.000 cables. Esa ha sido la apuesta de la FIBA para deslumbrar al mundo del baloncesto en la Copa del Mundo sub-19 femenina que se celebra en Madrid, concretamente en el pabellón WiZink Center de la capital española.
El nombre oficial de esta pista es ASB Glass Floor y funciona gracias al software ideado para la propia cancha ASB GlassCourt OS. La infraestructura consta de más de 400 piezas de entre 1,5 y 2 metros construidas e instaladas de forma individual para que se puedan reponer sin problemas en caso de fallo.
El montaje, que en este caso duró un día y medio -aunque se espera reducir a entre 8 y 10 horas para poder competir con el tiempo de producción de las pistas tradicionales- se realizó por medio de una pequeña grúa hecha a medida para mover las placas en cualquier dirección e inclinación.
Todos estos datos los compartió con Efe el gerente de la empresa creadora de la pista, Christof Babinsky, que confirmó que el funcionamiento está siendo “el esperado” gracias en mayor medida al equipo de quince personas que trabaja para su mantenimiento y que está compuesto por ingenieros y embajadores de la marca y personal.
“Esto es nuevo y tenemos que ver cómo evoluciona en los próximos años, estamos creando nuevos espacios para los patrocinadores, por ejemplo, se podría mostrar cierta animación en el suelo durante los triples”, comentó Babinsky.
Y es que precisamente, además de las prestaciones destinadas al juego en sí como la proyección de presentaciones de los equipos o de las estadísticas, se abre un mundo de opciones para el patrocinio deportivo, ya que permite la proyección de vídeos que llevan al espectador a una experiencia inmersiva.
“Nuestro foco es resaltar las actuaciones extraordinarias de los deportistas y asociarlas con el patrocinio de ciertas marcas, si esto funciona bien, podría llevarse a los mayores eventos deportivos porque el suelo sería una fuente de ingresos”, añadió.
Otro aspecto “revolucionario” que destaca es el seguimiento que se puede hacer a los jugadores en la pista y que “sin duda” resultaría muy útil para los entrenadores porque se podrían detectar errores “al momento” sin necesidad del visionado de vídeos.
La intención es ampliar la iniciativa a otras modalidades deportivas y es que la empresa ya trabaja en Alemania con voleibol, balonmano y funcionaría con casi cualquier deporte que no se juegue en el exterior, incluso el tenis.
Durante los cuartos de final de esta Copa del Mundo hasta ocho equipos probaron la pista y por lo general, las sensaciones han sido positivas.
Así lo expresó la jugadora española Iyana Martín, que comentó que la experiencia fue “una locura” y que las jugadoras se sentían “agradecidas” porque el experimento se haya puesto en práctica en un torneo femenino porque ayuda a la visibilidad.
Los pros de esta cancha están claros por la espectacularidad y las posibilidades que ofrece al deporte para ofrecer una mejor experiencia al público, pero entre los aspectos negativos destacan el elevado coste del montaje y a nivel energético, así como la elevada temperatura del suelo que calienta los pies de las jugadoras.
Desde la organización aseguran haber recogido el testimonio de componentes de todos los equipos con el objetivo de mejorar en todo lo posible las prestaciones de la pista.