La plataforma ciudadana integrada por 25 colectivos ecologistas, culturales y políticos que lucha en Galicia contra el parque eólico en la sierra de O Iribio, un proyecto que amenaza la recuperación del oso pardo, ha presentado este viernes un recurso judicial en el que pide la paralización inmediata de las obras. Salvemos O Iribio alega que los daños del polémico proyecto, autorizado por la Xunta con una declaración de impacto ambiental de hace 14 años que ni siquiera cita las valiosas especies de este paraje protegido de la provincia de Lugo, son “irreparables”.
El recurso ha sido presentado en el Tribunal Superior de Justicia de Galicia por la asociación ecologista Adega en nombre de la plataforma vecinal. Centra sus argumentos en los cambios que ha sufrido el proyecto después de que el Gobierno de Manuel Fraga le diera el visto bueno ambiental en agosto de 2005, tras perder las elecciones y estando en funciones. La Xunta de Alberto Núñez Feijóo emitió el pasado febrero una resolución que considera “no sustancial” esa modificación, que redujo de 12 a 8 los aerogeneradores pero aumenta considerablemente su tamaño. Los opositores al parque eólico han impugnado ese dictamen de la Consejería de Industria porque sostienen que el nuevo diseño incrementa la afección al entorno protegido por la Red Natura en un 64%.
El número de molinos ha pasado de 12 a 8 pero cada uno de ellos tiene 15 metros más de altura. Según los cálculos incluidos en el recurso judicial, el área de barrido de sus palas ha aumentado un 64% pese a tener cuatro torres menos, lo que supone un incremento importante de la probabilidad de que las aves colisionen. En esta sierra gallega ubicada entre los Ayuntamientos lucenses de Samos y Triacastela habita el águila real, el águila culebrera, el búho real, el aguilucho cenizo y pálido, el milano negro y el halcón peregrino. Es una zona de campeo del oso pardo, que al igual que el águila real está en peligro de extinción, y la Fundación Oso Pardo, integrada en la plataforma que ha abierto la batalla judicial, teme que el parque eólico dañe los trabajos de recuperación de estos plantígrados que se desarrollan desde hace años en toda la cornisa cantábrica.
La resolución del Gobierno gallego que considera “no sustancial” los cambios que ha sufrido el parque eólico desde que la Xunta de Fraga le dio el visto bueno atropelladamente en 2005 es clave para que se pueda ejecutar, ya que exime a la promotora, Fergo Galicia Vento, de tener que someter su proyecto a otra evaluación ambiental. Si tuviera que repetir ese trámite, la empresa nunca lo superaría con la legislación actual, ya que en Galicia está prohibido levantar aerogeneradores en Red Natura.
La plataforma que rechaza el parque eólico asegura que las obras, que arrancaron en mayo sin autorización y fueron paradas por la Administración durante un tiempo, ya han provocado “graves impactos”. La sierra de O Iribio pertenece a la Zona de Especial Protección de los Valores Naturales Ancares-Courel y está incluida en el Bien de Interés Cultural (BIC) Camino de Santiago. Los trabajos han destruido además, asegura Salvemos O Iribio, el camino real que antiguamente unía Galicia con la Meseta, así como la mámoa de O Fial, “ya prácticamente desaparecida”.
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