Desde la mañana los aficionados ingleses han iniciado la marcha hacia Wembley, el mítico estadio donde esta noche, a partir de las 21.00, sueñan con que su selección derrote a Italia y gane su primera Eurocopa, que sería su primer gran título desde el Mundial de 1966, hace 55 años. Familias enteras, miles de seguidores de todas las edades, han querido comenzar a vivir la fiesta que supone este partido para los ingleses, al margen de cuál sea el desenlace.
Serán 60.000 personas las que se darán cita en Wembley para ver este Italia-Inglaterra, de ellos unos 10.000 ‘azzurri’. Banderas, clàxons (lagunos hasta intentaron parar autobuses), cánticos. Muchas camisetas de la selección inglesa. Ambiente de alegría. Hasta eléctrico, Euforia desatada pase lo que pase.
“Es el día de fútbol más grande que viviré jamás”, afirmaba un aficionado que a última hora ha pagado 3.160 euros por dos entradas para la final. Son para sus hijos: “Quiero que vivan el ambiente de este día histórico”. Cerca suyo, uno de 74 años es de los que pueden recordar lo que supuso ganar el Mundial hace 55.
Cerca de cumplir los 91 está, como explican varios medios ingleses, George Gristwood, que asistirá a la final en Wembley. “Seré seguro el espectador de mayor edad. He visto más partidos internacionales que nadie”, explicó el seguidor. “Seguí a Inglaterra por el mundo, visité 18 países para ver jugar a la selección. Y mi escuela primaria estaba a 400 metros del estadio de Wembley”.
En las calles de Londres, recién llegados, los aficionados italianos, que se suman al gran ambiente. Muchos seguros de que el largo viaje merecerá la pena. Esperan la segunda Eurocopa de su ‘nazionale’, ganadora de cuatro Mundiales. Y quieren que cada selección sea fiel a su estilo. La fiesta de la final de la Eurocopa ya ha empezado.
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