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La fiscalía alemana cree que Madeleine McCann fue asesinada por un preso por delitos sexuales



“Asumimos que la niña está muerta”. Con esta escueta frase, la Fiscalía alemana ha echado este jueves por tierra la esperanza de encontrar con vida a Madeleine McCann, la niña británica de tres años que desapareció en 2007 durante unas vacaciones en el Algarve portugués. Un día antes, la policía alemana había dado a conocer la existencia de un nuevo sospechoso, reactivando así un caso que conmocionó al mundo, lleno de incógnitas y de giros en la investigación. Este jueves, la fiscalía de Braunschweig, en el Estado de Baja Sajonia, ha revelado algunos datos del hombre al que investiga como asesino de la niña: se trata de un preso alemán de 43 años con varias condenas por delitos sexuales, también contra niños, a quien la prensa alemana identificó como Christian B.En una breve rueda de prensa, el primer fiscal de distrito de Braunschweig, Hans Christian Wolters, ha pedido la colaboración ciudadana y ha dejado una pregunta clave en el aire: por qué cree la fiscalía que la pequeña británica fue asesinada. Tampoco ha aportado información nueva sobre el estado de las pesquisas. “Estamos pidiendo públicamente la cooperación de los ciudadanos” para conseguir nuevas pistas, ha dicho. Sí ha dado algunos detalles sobre el sospechoso. Ha explicado que el hombre cumple una condena de siete años de prisión en la ciudad de Kiel, al norte de Alemania, por la violación a una mujer estadounidense de 72 años. En el informe en poder de la Policía Criminal Federal (BKA) alemana consta que esa agresión sexual ocurrió en la misma zona de Portugal —el Algarve, al sur del país— donde la niña de tres años desapareció, aunque un año y medio antes. Los padres de Madeleine, Kate y Gerry McCann, hicieron unas declaraciones recogidas por el canal Sky News antes de que el fiscal alemán hablara.”Todo lo que siempre hemos querido es encontrarla, descubrir la verdad y llevar a los responsables ante la justicia”, dijeron. “Nunca perderemos la esperanza de encontrar a Madeleine con vida, pero cualquiera que sea el resultado, necesitamos saber y necesitamos encontrar la paz”.Christian B., el posible asesino, vivió de manera habitual entre 1995 y 2007 en la región del Algarve y durante varios años residió en una casa situada entre las turísticas poblaciones de Lagos y Praia da Luz, la localidad donde desapareció la niña, según ha contado la policía, que recurrió en la noche del miércoles a un conocido programa de televisión para solicitar la ayuda del público. Los investigadores asumen que el hombre, que entonces tenía 30 años, secuestró y mató a la pequeña el 3 de mayo de 2007. Esta afirmación la hizo el principal investigador de la BKA, Christian Hoppe, en esa entrevista televisiva. Según el informe que maneja la policía, hay numerosas pistas que incriminan al sospechoso, pero todavía faltan pruebas decisivas.El primer fiscal de distrito de Braunschweig (Alemania), Hans Christian Wolters, este jueves en rueda de prensa. En vídeo, el fiscal explica las características del sospechoso de asesinar a Madeleine McCann. Gtres | EfeSegún el policía, Christian B. se mantenía a flote con trabajos esporádicos en el sector de la gastronomía y ya era conocido por la policía por robos en hoteles y apartamentos de vacaciones y por delitos de drogas. De hecho, fue extraditado a Alemania en 2017 tras una condena en Portugal por tráfico de estupefacientes, según la revista Der Spiegel. En 2019, según la publicación, fue condenado por un tribunal alemán a siete años de prisión por pegar, violar y robar a una mujer estadounidense de 72 años en Praia da Luz en 2005, donde desapareció Madeleine.Los investigadores aún no tienen claro cómo se produjo exactamente el secuestro de Maddie y dónde se encuentra el cuerpo de la niña. La policía alemana sospecha que Christian B., que mide 1,80 metros y en aquel momento llevaba el pelo rubio corto, al principio solo quería robar en el apartamento de la familia McCann, pero cambió sus planes cuando vio a la pequeña, que dormía junto a sus hermanos mellizos mientras sus padres cenaban con unos amigos en un bar de tapas cercano.El agente ha señalado en el programa que Christian B. había entrado en el radar de los investigadores del caso Madeleine hace años. Después de la emisión de un programa televisivo en octubre de 2013, recibieron un chivatazo sobre él. “La información en ese momento no era suficiente para [proseguir] las investigaciones, ciertamente no para un arresto”, dijo Hoppe el miércoles.RecompensaLos investigadores alemanes, que trabajan en el caso con la Policía Metropolitana británica y el departamento de investigación criminal de Portugal, confían de nuevo en la colaboración ciudadana. Por ejemplo, cualquiera que viviera en el Algarve o estuviera de vacaciones en el momento de la desaparición de Maddie puede subir fotos y vídeos a un portal de información del cuerpo policial.También han dado a conocer el número de teléfono portugués que tenía en ese momento Christian B. (+351-912730680). Los investigadores buscan a una persona con la que habló desde un área cercana a los hechos la misma noche de la desaparición de la niña. Además, recaban información sobre el vehículo que conducía el sospechoso entonces, un Jaguar XJR 6 oscuro con matrícula alemana, así como sobre una furgoneta de camping VW T3 Westfalia con matrícula portuguesa.La policía alemana ofrece 10.000 euros por cualquier pista que contribuya a aclarar lo sucedido. También creen que podrían esclarecerse otros posibles crímenes cometidos por él. “No descartamos que haya otras víctimas de violación y agresión sexual”, dijo Hoppe.Un tenebroso historialChristian B. tiene tras de sí 17 delitos y varias condenas por abuso sexual infantil y pornografía infantil, según Der Spiegel. Su primer juicio fue en 1994, a los 17 años. Lo condenaron a dos años de cárcel “por abusar de un niño” y “realizar actos sexuales delante de un niño”. Solo cumplió una parte.Ahora está en prisión por atar, golpear y violar a una estadounidense de 72 años antes de robarle en Portugal. Ocurrió en 2005, pero solo fue condenado diez años después, gracias a un pelo hallado en la escena del crimen con su ADN.


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