En los últimos días se habla mucho de la grada de animación y las intenciones de la junta directiva de motivar un fondo de los de “antes”. El asunto es que hoy en día en San
Mamés estamos muy lejos de lo que sucedía hace años en la vieja Catedral.
Recuerdo con 14 años acudir con mi amigo Mikeldi al fondo sur y estar todo el partido en pie animando sin parar. El problema viene desde el traslado: o no se quiso, o no se pudo o no se intentó. El asunto es que los que están sentados allí no se quieren mover, algunos, y los que sí se quieren quedar no son el total.
Los socios están en su derecho y la oferta de cambio debe ser clara y concisa y, por supuesto, no debe implicar un mayor coste. Creo que la grada de animación es necesaria. También considero que los problemas propios de este asunto los deben arreglar las partes implicadas y no airearlos públicamente antes incluso de que las reuniones se produzcan.
El ambiente y la atmósfera de San Mamés son muy importantes para el equipo. Necesarios mil por mil. Entiendo que el acuerdo entre los afectados puede ser complejo, pero todas las parte deben hacer esfuerzos. No obstante que nadie lo eleve a una cuestión de estado porque no lo es
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