Suelen decir que el corazón de un equipo de fútbol lo conforman su gente. Y en la Real esta premisa no puede ser más certera. El club txuri urdin ha crecido durante décadas de la mano de una hinchada que nunca le ha dejado de lado. No ha sido de las más ruidosas, ni de las más ingeniosas en cuanto a espectáculo dentro de la grada, pero con la creación de la Grada Aitor Zabaleta hace año y medio, todo ha cambiado. La Real por fin tiene un campo sin pistas de atletismo y nota cada dos domingos el aliento de una grada que nunca deja de animar.
La rutina de la grada Zabaleta durante los días de partido ya es innegociable. La mayoría de los integrantes del fondo sur se congregan dos horas antes del pitido inicial en la plaza Ferrerías de Amara para comenzar a caldear el ambiente. La previa para muchos de ellos es prácticamente obligatoria. Amigos, Real Sociedad y cerveza. Una combinación perfecta que se traslada al estadio de Anoeta media hora antes del comienzo del encuentro.
En cada partido de la Real dentro del fondo sur, se consigue olvidar todo lo que pasa fuera de esas cuatro paredes. El único objetivo es dejarse la garganta durante 90 minutos para que la Real sume tres nuevos puntos. El orden y el ritmo, lo ponen varios integrantes de Bultzada Txuri Urdin, que desde un pequeño andamio casi a ras de césped y con micrófono en mano cantan sin parar. El resto de fondo sigue la lista de cánticos al unánime, haciendo que en cada partido se respire un ambiente magnífico de fútbol.
Recuperar el aroma de Atotxa
La Grada
Aitor
Zabaleta nació con un objetivo bien claro: intentar, aunque sea imposible, recuperar el ambiente que se vivía en el viejo campo de Egia. “Atotxako arima berpiztera goaz” es uno de los lemas principales del fondo. De ahí que la mayoría de nuevos cánticos vayan en esa dirección. “Atotxako zelai zaharretik, Anoetako harmail berrira, izan ginena izango gara, Erreala… Erreala”, dice una de las letras más repetidas.
El repertorio, en todo caso, es bastante amplio. “Y lucharé, hasta morir, porque sin ti, no se vivir” o “Txikitatik txuri urdinak izan gara, Atotxatik Anoetara, Reala gu gara. Gaur gauean, ametsetan, zure ondoan, zurekin bizitako momentuak gogoratzea… lololo!”, se canta.
Pero lo que verdaderamente ha conseguido la Grada
Zabaleta es que todo Anoeta reme en una misma dirección. La interacción es total con el resto del estadio cuando se canta el ya obligatorio: “Erreala ale, irabazi arte, beti egongo gara zurekin”. Los más de 2.000 realistas que conforman el fondo sur se dirigen a las dos tribunas y al fondo norte, que responde al unísono en cada estrofa.
Pero la imagen más significativa de la Grada Aitor Zabaleta y que poco a poco está contagiando al resto de Anoeta es la canción “Dale Cavese” cada vez que la Real mete un gol en el nuevo campo. La imagen ya ha dado la vuelta al mundo. Los hinchas de la Real se ponen de espaldas al césped, se abrazan entre sí y saltan juntos para celebrar los tantos realistas.
El cántico, en todo caso, no nace en Donostia sino en Cavese, un pequeño pueblo italiano que milita en la tercera división, en el Calcio C. En 2007 un hincha del Cavese subió un vídeo a YouTube con 12.000 aficionados saltando a la vez después de que el Cavese 1919 ganase un partido de máxima rivalidad e Internet hizo el resto. El cántico llegó a la hinchada de Boca Junior, una de las más pasionales, que adaptaron el cántico a “Dale Boca”. El furor se expandió como la espuma. Desde Egipto hasta Estambul o Donostia. Muchas aficiones europeas han adaptado el cántico, y en caso de la Real, aunque no tiene letra, se ha convertido en santo y seña cada vez que la Real perfora la red. Que la fiesta no pare.
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