Nuggets y Heat se enfrentarán por el anillo de campeones pero ya tuvieron una acalorada lucha por un motivo muy diferente hace poco tiempo. Año y medio atrás, ambos equipos se enfrentaron en un partido de fase regular que pasó a la historia no por el resultado, sino por una pelea entre Markieff Morris y Nikola Jokic.
En otro ejemplo de sus formas más que cuestionables, el entonces jugador de los Heat decidió parar el contraataque de los Nuggets soltando el codo al serbio, que no se lo tomó nada bien y reaccionó al instante. Con un golpe/empujón que fue aplaudido por la gran mayoría de los aficionados y especialistas en los Estados Unidos, Jokic lo mandó al suelo provocándole una importante lesión en la espalda a Morris, que se perdió varios meses de competición.
Jimmy Butler era ya por aquel entonces el líder de los Heat, por lo que retó a Nikola Jokic a verse en los vestuarios para poder vengarse de su compañero de equipo. La mitad de los gemelos morris pedeció un latigazo cervical fruto del golpe que lo mantuvo cuatro meses fuera de las pistas y lo expulsó de facto de la NBA, ya que desde entonces solamente jugó 35 partidos con los peores números en su carrera, tanto en puntos como minutos de juego.
El encontronazo nos regaló además una de las imágenes más icónicas de los últimos tiempos en la NBA: los jugadores de los Heat esperando amenazantemente a Jokic en su vestuario.
La acción fue una de las primeras demostraciones de carácter de Jokic, que le enseñó al mundo que sabe cómo defenderse y que cuenta con refuerzos en caso de necesitarlos.
El amor fraternal entró en escena al cabo de muy poco tiempo, ya que tanto Marcus Morris como los hermanos de Nikola Jokic acudieron a defender a sus respectivos familiares. No tuvieron que finalmente intervenir, pero fue la guinda perfecta a una de las mayores rivalidades en los últimos años.