La gran muralla de Japón para combatir los tsunamis

En el año 2011, Japón sufrió uno de los desastres naturales más grandes ocurridos en la era moderna, solo comparables a otras desgracias naturales como el terremoto de Haití en 2010. Este año, un terremoto desencadenó un tsunami que acabó con la vida de de más de 15.000 personas, 2500 desaparecieron y otras 6157 personas fueron heridas de gravedad.

Este desastre natural se vio agravado por lo ocurrido en la central nuclear de Fukushima que, aunque no causo muertes por radiación, supuso un importante revés económico para el país en los años posteriores. Este problema en la central de Fukushima fue causado también por la expansión de tsunami por la costa.

Una muralla de 400 kilómetros

Dado el desastre que supuso el impacto de este tsunami en Japón, algunos de los mejores ingenieros del país se pusieron manos a la obra para diseñar un plan de contención para que en el futuro no volviese a ocurrir y se pudieran evitar la muerte de muchas personas.

Ya que un tsunami no se puede parar si se produce, lo mejor sería inventar algo que, por lo menos, frenara el impacto del fenómeno en las costas japonesas. Se crearon nuevos protocolos y fórmulas de actuación para hacer frente a un nuevo fenómeno natural parecido al de Fukushima.

Uno de estos proyectos fue el de descubrir las zonas y áreas donde había paredes costeras a lo largo del país. Estas zonas habían mitigado el impacto del tsunami de manera considerable y los efectos fueron mucho menores que en el resto del país.

Uno de los ejemplos más contundentes lo encontraron en la ciudad costera de Fudai. El alcalde, Kotoku Wamura, había sido testigo en 1933 de los efectos de otro tsunami que asoló el país. Cuando se hizo con la alcaldía trabajó para construir una pared de 15,5 metros de altura durante la década de los años 60.

Esta pared fue clave para que en Fudai solo se produjera una muerte por el tsunami de 2011 y el alcalde fue considerado héroe del pueblo.

Desde el año 2011 el gobierno de Japón ha ido levantando muros de hormigón por toda la costa como murallas. Estas murallas tienen distintas formas para producir distintos efectos sobre el agua y su altura varían según la geografía de la zona.

El objetivo de estos 400 kilómetros de costa es contener los efectos que podrían producir tsunamis un 15% más fuertes que el de 2011. La inversión desde hace años es muy importante en Japón para realización de estos muros que, para muchos salvarán vidas, pero a otros ciudadanos les priva la posibilidad de ver la costa desde sus ventanas, y ya se han escuchado las primeras voces disconformes con estas construcciones.

 

 

 


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