Las malditas lesiones han lastrado de una manera extrema a Iñigo Lekue a lo largo de un ejercicio que se torció desde el principio. Muy poco después de que comenzara la temporada, el bilbaíno tuvo una grave dolencia el 23 de agosto durante un entrenamiento: sufrió una fractura del maleolo peroneo derecho. El quirófano fue su destino. El contratiempo le llegó cuando estaban sonando rumores de que podría recalar en el Betis como cedido. Sin embargo, poco después de esta lesión Eduardo Berizzo aseguró que dispondría de oportunidades tras su recuperación.
Para que no faltara de nada en una campaña aciaga, Lekue tuvo que volver a pasar por el quirófano a finales de diciembre para ser intervenido quirúrgicamente en la Clínica IMQ Zorrotzaurre de una discopatía L5-S1. El club rojiblanco informó de que al lateral y extremo del Athletic “se le ha realizado una técnica de discectomía más colocación de dispositivo interapofisario con abordaje mínimamente invasivo”. Poco antes de esta intervención había reaparecido el 14 de noviembre con motivo de la disputa de la final del Trofeo Teresa Herrera en A Coruña. Allí jugó los últimos minutos, pero después ya no pudo jugar nada ni con el técnico argentino ni Gaizka Garitano por sus continuas molestias en la espalda.
Con este cuadro clínico tan lastrante, no es de extrañar que apenas haya jugado cuatro encuentros esta temporada: entró en el descuento en el triunfo ante el Atlético de Madrid (2-0), disputó la última media hora ante el Rayo Vallecano (3-2), fue titular y completó el encuentro del Santiago Bernabéu (3-0), como ante el Leganés (0-1).
Polivalencia
En su cuarta temporada como rojiblanco, Lekue ha jugado menos que nunca, lo que choca con los 32 partidos disputados en el ejercicio anterior, los 25 de su segundo curso y los 20 de la campaña de su estreno. Con 115 encuentros en cuatro cursos tiene la difícil tarea de convencer a Garitano, que previsiblemente optará de manera recurrente por Capa y De Marcos, a los que hay que sumar otras opciones por el flanco derecho, como incluso Muniain, Ibai y Williams. Quizá hasta Raúl García sea otra alternativa a emplear.
El panorama se le presenta complicado al bilbaíno, que al disponer de cierta polivalencia puede optar también al flanco izquierdo en cualquier momento. Pero debido al exceso de gente en una plantilla tan amplia tampoco sería desdeñable una cesión tras una temporada escasa en participación.
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