Aunque poco tiene que ver la situación actual con los bloques y las alianzas geoestratégicas de la época soviética, el regreso de la guerra fría entre Moscú y occidente a raíz del conflicto de Ucrania ha vuelto a poner a Cuba en la órbita del Kremlin de forma cada vez más militante. Excepto por su rivalidad con EE UU en lo económico y en lo político, ambos países poco se parecen ya, pero con el agravamiento de la crisis ucrania, Rusia y La Habana escenifican estos días el fortalecimiento de una alianza que es más diplomática y declarativa que de rublos y subsidios, como era antes, aunque algo siempre cae.
Tras la conversación sostenida el 24 de enero entre Vladimir Putin y su homólogo cubano, Miguel Díaz-Canel, en la que expresaron su voluntad de profundizar “la cooperación estratégica” y “fortalecer las relaciones bilaterales”, en la última semana han visitado la isla dos delegaciones rusas de alto nivel. El viernes pasado fue el vicepresidente ruso, Yuri Borisov, y este miércoles llega a La Habana el presidente de la Duma (cámara baja de la Asamblea Federal de Rusia), Viacheslav Volodin, solo un día después de que esta institución anunciara la reestructuración de la deuda más reciente de Cuba con el país euroasiático, valorada de 2.300 millones de dólares.
El Ministerio de Relaciones de Exteriores cubano emitió un comunicado en el que se alineó sin fisuras con Moscú en su disputa con EE UU y la UE por el conflicto de Ucrania, aunque sin reconocer la independencia de las repúblicas separatistas de Donetsk y Luganks. “El Gobierno de Estados Unidos lleva semanas amenazando a Rusia y manipulando a la comunidad internacional sobre los peligros de una ‘inminente invasión masiva’ a Ucrania. Ha suministrado armas y tecnología militar, ha desplegado tropas en varios países de la región, ha aplicado sanciones unilaterales e injustas, y amenazado con otras represalias. Paralelamente, desató una campaña propagandística antirrusa”, señaló la Cancillería cubana. Destacó, además, el “derecho a defenderse” de Moscú y llamó “a EE UU y a la OTAN a atender de manera seria y realista los fundados reclamos de garantías de seguridad de la Federación de Rusia”.
Según la declaración, Cuba “aboga por una solución diplomática a través del diálogo constructivo y respetuoso” para “preservar la paz y la seguridad internacionales”, pero cierra filas con el Kremlin. “El empeño de Estados Unidos por imponer la progresiva expansión de la OTAN hacia las fronteras de la Federación de Rusia constituye una amenaza a la seguridad nacional de este país y a la paz regional e internacional”, afirma el comunicado, que fue reproducido por el diario oficial Granma recordando unas declaraciones de 2014 del entonces presidente cubano, Raúl Castro, con motivo del conflicto en la región de Crimea, que finalmente Rusia se anexionó. “Ahora mismo en Ucrania están ocurriendo acontecimientos alarmantes. La intervención de potencias occidentales debe cesar (…). No debe ignorarse que estos hechos pueden tener consecuencias muy graves para la paz y la seguridad internacionales”, dijo Raúl Castro en aquel momento.
En vísperas de la llegada de Volodin a La Habana, la Duma prorrogó el pago de la deuda de Cuba hasta 2027. Entre 2006 y 2019, Rusia ofreció a Cuba créditos de exportación por un valor de 2.300 millones de dólares para financiar proyectos en las esferas de la energía, la industria metalúrgica y el transporte, así como para el suministro de mercancías necesarias para el desarrollo de la economía de la isla, que vive una de las crisis más graves de su historia y una asfixiante falta de liquidez.
Fuentes rusas dijeron que, desde principios de 2020, Cuba prácticamente detuvo el pago por los créditos rusos, con lo que incrementó su deuda con bancos comerciales y entidades exportadoras del país euroasiático. Según estas fuentes, los fondos que el presupuesto ruso debía recibir en 2020-2021 por concepto del pago de la deuda y los intereses, ascendía a 57 millones de dólares, pero la parte cubana pidió revisar las condiciones de pago. El documento aprobado por la Duma establece que el último pago deberá ser transferido al 15 de diciembre de 2027.
En los últimos dos meses, Rusia ha enviado diversos cargamentos con 83 toneladas de ayuda humanitaria a la isla, a las que hay que sumar las más de 200 toneladas del año pasado. “Rusia continuará brindando su ayuda a Cuba, no dejaremos de estar a su lado en estos tiempos difíciles”, aseguró el embajador ruso en La Habana, Andrei Guskov, en el acto de recibimiento del último avión de carga procedente de Moscú.
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