Está a punto de cumplir los 45 años, pero está disfrutando como si fuera un niño. Joan Pedrero (27/02/1978 en Canet de Mar) está pilotando de nuevo entre los mejores. Terminó 20º el año pasado. Este año es 23º en la general, a solo 8 minutos de ese mismo Top-20. Podría parecer otro gran Dakar más en su palmarés. Pero éste roza la excelencia. La hazaña de este curso es muy superior: está pilotando sin asistencia.
Es considerado piloto Élite por su calidad, experiencia y por los resultados de los años anteriores (15º en 2021, 16º en 2020, 11º en 2018), destacando sus tres Top-10 en motos (10º en 2010 y 5º en 2011 y 2013). Podría haber repetido sus hazañas de la misma forma. Motos y equipos que le quisieran le hubieran sobrado. Pero Joan no quería eso. Para celebrar su 15º aniversario en la carrera más dura del mundo quiso hacer algo diferente: compite porque él quiere en las mismas condiciones que los pilotos de la categoría Original by Motul, la clase más pura, en la que los pilotos no tienen asistencia mecánica de un equipo a lo largo de todo el Dakar.
Estos ‘héroes’ Tienen que arreglar sus motos con sus manos tras largas especiales de muchas horas dando gas en etapas muy duras, llenas de trampas, y teniendo que hacer frente a la lluvia y al frío. Y cuando acaban de ensuciarse las manos, tienen que dormir en una tienda. Lo que para algunos sería un castigo, para Pedrero es una bendición. Ha bajado al barro y está disfrutando.
Arregla la moto y duerme en tienda de campaña
Debido a que es considerado por la organización como piloto ‘Élite’, a Joan no le pudieron inscribir en la clasificación de Original by Motul porque no es una aventura pensada para profesionales. Pero a Joan le dio igual: “La gente ya sabe que voy en Original y que estoy ahí delante”, decía un Joan que al recibir por sorpresa la visita de MD en la zona especial en la que los pilotos de Original arreglan sus motos con las cajas de herramientas que la organización deja delante de sus motos, no sabía contestar en qué posición estaba. Le da absolutamente igual. Lo único que le importa es sonreír pilotando.
“Siempre me envían por whatsapp el resultado, pero me da igual. Si tengo el día, le doy gas. Si no lo tengo, bajo un poco. Y podría acelerar más, pero intento cuidar la mecánica. Voy a un 80%, pensando mucho en la moto, de no caerme y no dañarla porque ahora mismo somos como compañeros de equipo y tenemos que estar los dos en buen estado”.
“Voy a un 80%, pensando mucho en la moto, de no caerme y no dañarla porque ahora mismo somos como compañeros de equipo”
“Estoy sorprendido. Estoy ahí, compitiendo con todos los pilotos élite, y mientras ellos ya están todos descansando, yo estoy aquí reparando la moto. Mínimo tengo unas dos horas de trabajo después de cada etapa, dos horas que te quitas de descanso y además duermo en la tienda, en el suelo. Todo eso merma. Pero estoy contento, no tengo presión, hago lo que quiero y me siento muy a gusto en esta categoría”, dijo el piloto de Canet de Mar a MD en el vivac.
“Estoy sorprendido. Estoy ahí, compitiendo con todos los pilotos élite, y mientras ellos ya están todos descansando, yo estoy aquí reparando la moto”
“Estoy disfrutando más que nunca”
“Estoy disfrutando más que nunca”, exclamó. “Incluso más que en mi primer Dakar. El primero es especial, pero estás muy nervioso y tienes mucha presión. Vuelves a casa y dices a todos: ‘lo he disfrutado’. Pero no es así, porque no conoces la sensación que tengo ahora. Esto sí que es disfrutar de un Dakar. Para mí no es una categoría, sino un equipo, y eso es muy importante. Disfrutas con todos los pilotos, todos se ayudan y hay un compañerismo muy bueno”, agrega. Y es que Joan, al margen de mirar por el bien de su moto, está pasando muy buenos ratos con la familia de ‘Original’, 16 pilotos con los que comparte charlas y risas mientras todos trabajan en sus máquinas, uno al lado del otro, y a los que también ayuda con sus conocimientos para solventar problemas. Ha encontrado en ellos una familia.
“Esto sí que es disfrutar de un Dakar. Para mí no es una categoría, sino un equipo, y eso es muy importante”
Joan le saca al líder de Original casi 3 horas y media en la general. Y cada día ese margen aumenta. Se entiende que no le dejaran estar en esa clasificación. Tiene 45 años, pero la velocidad de siempre, y lo más importante, una astucia e intuición a lomos de su moto que le permite guardar la mecánica al máximo a la vez que va rápido y navega sin errores. Ello hace que llegue al campamento antes que su actual ‘familia’ dakariana.
El ritual de cada día
Ahí, empieza su nuevo ritual. Ya no se mete en la ducha, come y se va a la caravana. Eso es lo que hacía como piloto oficial. Ahora, la cosa cambia: “Cuando llego ya tengo mi rutina. Llego al vivac, quito el tapón del aceite. Me voy a comer mientras se vacía el aceite, y luego de comer regreso. Así gano un rato. Y luego me pongo a arreglar el resto”, apunta. Todo ello hace que cuando muchos de sus compañeros aún tienen horas de trabajos por delante, Joan esté ya durmiendo. Cuando le entrevistamos, en la etapa 9, había acabado a solo 13 minutos del mejor piloto del día en la general pese a vivir un Dakar mucho más duro. Y tenía previsto irse a la tienda a dormir a las 20.00h. Va sobrado.
“Este año, ir sin asistencia hace que el Dakar sea más duro. Pero para mí, ir a otro Dakar y acabar el 20º o el 15º ya no me aportaba nada nuevo”
“Este año, ir sin asistencia hace que el Dakar sea más duro. Pero para mí, ir a otro Dakar y acabar el 20º o el 15º ya no me aportaba nada nuevo”. Quería descubrir otro Dakar y su curiosidad le ha llevado a conocer un lado mágico de la carrera. Aún no sabe si será su última vez en la cita más dura del mundo. Lo que sí sabe es que pase lo que pase, no olvidará jamás esta experiencia.