Es la heredera de Mino Raiola. Y está dispuesta a hacer saltar la banca en el fútbol femenino. La abogada brasileña Rafaela Pimenta ha sucedido al que fue el representante de futbolistas más poderoso del mundo, fallecido hace un año, dispuesta a revolucionar los contratos y los patrocinios de las mujeres en el fútbol.
Así lo ha asegurado la propia Pimenta en una entrevista reciente, en que ha querido lanzar un serio aviso: “Se espera que, en la próxima temporada, tenga lugar un traspaso de más de un millón de euros por una jugadora por primera vez y espero ser yo la que lo haga”, dejó caer en una charla con el portal ‘Accademia dello Sport’. Un aviso en toda regla para una mujer habituada a cerrar contratos multimillonaros -es la agente de Erling Haaland, Paul Pogba y Zlatan Ibrahimovic, entre otros- y que pretende dar un golpe de timón en el fútbol femenino.
De momento, la abogada brasileña y ex profesora de Derecho Internacional en la Universidad de San Pablo se ha hecho con nombres propios de la Liga española como la portera del Real Madrid, Misa Rodríguez, la goleadora Esther González y la joven perla del equipo blanco Carla Camacho, uno de los talentos que está rompiendo registros a nivel mundial.
Rafaela Pimenta es la encargada de continuar con el legado del italiano Raiola, con el que empezó a trabajar en 2004. Con residencia en Mónaco, administra una cartera de varios futbolistas que suman un valor superior a los 1.000 millones de dólares a través de la agencia One Sarl.
El fútbol femenino forma parte de sus prioridades, tal como avanzaba la pasada semana en una entrevista en el Financial Times, donde defendía que “es importante que las mujeres futbolistas sean percibidas como futbolistas. No son muñecas ni cuerpos lindos para los anuncios de Gillette”.
Denunciaba también el machismo que envuelve todavía a este ámbito: “Si Margaret Thatcher fuera una agente, la interrogarían. Podía dirigir un país pero no ser agente de fútbol. Porque en el fútbol muchos hombres creen que son los únicos que saben”.
No obstante, a medida que los clubs la fueron conociendo, cambió la percepción hacia ella: “Al principio el prejuicio era mucho más fuerte, pero luego me comprendieron. Sigue siendo una industria muy dominada por hombres, donde algunas personas piensan ‘Ella no puede saber cómo hacer un traspaso, es una mujer’”. En una ocasión, el ejecutivo de un club le confesó que “pensé que solo eras una prostituta de Brasil”, al verla relacionada con el entorno futbolístico.
Por ahora trabaja con tres empleadas a tiempo completo, tres mujeres, más consultores en varias ciudades. Una mujer poderosa para liderar el cambio.