Corren malos tiempos para el Liverpool. El Atlético de Madrid abrió el 18 de febrero una grieta que están agrandando equipos ingleses en un muro que, hasta esa noche en el Metropolitano, era infranqueable. Cayeron los ‘reds’ en la capital española en el choque de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones y, desde entonces, las sensaciones y los resultados de los ingleses no han sido nada positivos.
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Unos días después de esa derrota en Madrid, el Liverpool recibió al West Ham en Anfield. Ganaron los de Jurgen Klopp, pero lo hicieron tras estar contra las cuerdas remontando un 0-2. Este pasado fin de semana, llegó lo que llevaba tiempo sin producirse. Derrota del Liverpool en la Premier. Y además, contundente.
El Watford pasó por encima del líder, con un 3-0 que activó todas las alertas en Anfield. Y este martes, otro tropiezo. El Chelsea se impuso al Liverpool en la FA Cup, eliminando a los de Klopp e imposibilitando que los ‘reds’ puedan mantener viva la ilusión de la triple corona (Premier, FA Cup y Champions).
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En todos estos encuentros, ha habido un patrón común que inició el Atlético hace dos semanas en el Metropolitano. Los rivales se han cerrado, dejando sin espacios para correr al conjunto de Klopp, algo que explota a la perfección. Eso, y tapar las subidas de los laterales, acumulando muchos hombres en el área y sus inmediaciones, está siendo la kryptonita para un equipo temible que también parece haber sufrido un bajón físico en este tramo del curso, algo que podía llegar a ser previsible viendo el nivel ofrecido por el Liverpool desde que comenzara la temporada. Y en ataque, contras rápidas tras el robo para lastimar a una zaga que, ahora, también está dejando dudas.
Tres derrotas en los cuatro últimos partidos para el cuadro ‘red’, a sólo una semana de recibir al Atlético en Anfield en la vuelta de los octavos de final de la Champions. Y de ello hacen una doble lectura en el Metropolitano. Por un lado, entienden que la confianza del rival continental está mermada. Las cosas no les están saliendo en el terreno de juego y los equipos contrarios parecen haber aprendido la lección de cómo hacerle daño. Y las dudas han comenzado a surgir en el entorno.
Heridos en el orgullo
Pero por otra parte, estos resultados convierten al Liverpool en un conjunto más peligroso. El campeón está herido en el orgullo y la Champions es en estos momentos la principal preocupación de Jurgen Klopp y sus hombres. Porque eliminados de la FA Cup, y con la Premier prácticamente en el bolsillo a pesar de la derrota ante el Watford (22 puntos de ventaja sobre el City, con un partido menos para los de Guardiola, cuando sólo quedan diez jornadas) hace que el torneo continental esté en el primer lugar del ránking de prioridades de un Liverpool en caída libre pero que, dada la calidad del equipo, puede frenar en cualquier momento.
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