Dillon Brooks, el nuevo ‘chico malo’ de la NBA, reconoció que tiene que “bajar revoluciones”, después de todas las polémicas acumuladas: tirarse ‘indirectas’ con Klay Thompson, desafiar a Luka Doncic, empujar a un fotógrafo, ‘picarse’ con Irving…
Pero si lo que quiere Brooks es paz, debe ser que, entre todos los jugadores con los que se metió, hay uno que ya le ‘perseguirá’ para siempre: Draymond Green. Si a alguien le encantan los líos es al interior de los Warriors, hábil en el campo del ‘trash talking’ y todo lo relacionado con las ‘artes burlescas’, con experiencia y con voz, en la propia pista y a través de su podcast.
El ala-pívot, con el que Brooks tuvo roces tanto verbales como físicos en la pista hace unos días, no dudó en reírse a carcajadas del alero de los Grizzlies después de que Kyrie Irving lo ridiculizara no quedándose con la camiseta del propio Brooks en el intercambio que pretendió el compañero de Santi Aldama.
Lo que, coloquialmente, se llama ‘partirse la caja’. “Por cierto, Jackson (refiriéndose a Jackson Safon, el productor de su programa) quiere que hable de que Kyrie Irving no cogió la camiseta de Brooks”, empezó diciendo Green, que apenas articuló una sola palabra a continuación, sino que sólo una espontánea y ‘maquiavélica’ risa ininterrumpida. “Wow, wow, wow!”, añadió al final el cuatro veces campeón de la NBA.