“Estoy orgullosa pero también frustrada. Los pequeños detalles nos han dejado fuera de la Euro”. Las palabras de Aitana Bonmatí reflejan a la perfección el sentir de los aficionados con la actuación de España en la Eurocopa. Nos sentimos orgullosos de la imagen que ha dado el equipo, que sin duda mereció mucha más suerte, pero nos quedamos con la rabia de que se podía haber llegado más lejos.
España nunca fue favorita en este torneo. Fue candidata, pero aseverar que tenía las mismas opciones que Inglaterra, Alemania o Francia no es realista. Ha sido, además, una Euro maldita, con las lesiones de la Balón de Oro Alexia Putellas y la Balón de Plata Jenni Hermoso a las puertas del torneo. Un mazazo emocional para el grupo y obviamente un grave contratiempo para Vilda, que tuvo que retocar sus planes a contrarreloj, alentando siempre a las suyas con el discurso de que “tenemos recursos para suplir las lesiones” pero consciente del serio percance que debía sortear. No es de justicia exigirle lo mismo a un equipo que ha perdido a su referente y a su máxima goleadora de golpe.
Ante tal panorama, salió Aitana para dar un paso al frente. No le tembló el pulso para tomar el mando y liderar a España hacia su mejor juego. Sus dos MVP’s en la fase de grupos certifican que estuvo a la altura de las expectativas y que sabe asumir los galones, los mismos que deberá aceptar también en el Barça a partir de la próxima semana, cuando arranca la pretemporada.
Aitana es presente y es futuro. Una jugadora top que sabe que ha llegado su hora y que se siente preparada para ser referente en la Roja y en el Barça.