Solamente han pasado cuatro días de la final de Copa contra la Real Sociedad. La derrota en el derbi más importante de la historia ha dejado tocados a los jugadores del Athletic y a todo el entorno rojiblanco, pero una vez lamidas las heridas toca recuperarse lo antes posible porque todavía hay muchas cosas en juego hasta terminar la temporada.
La más importante es el segundo partido por el título del torneo del KO que jugarán los rojiblancos el día 17 de abril en el mismo escenario de La Cartuja, pero ante diferente rival. En esa ocasión será el Barça de Messi y compañía. Pero antes hay que disputar dos encuentros de Liga. El primero, esta noche frente al equipo txuri urdin (Anoeta, 21 horas, con arbitraje de Sánchez
Martínez).
Un derbi que debe servir para que el conjunto rojiblanco comience su recuperación de cara al compromiso contra los culés después del mazazo que supuso la cita del pasado sábado. Los dirigidos por Marcelino necesitan resetearse, volver a sentirse competitivos y lograr un resultado positivo en el campo donostiarra para recobrar la confianza perdida en Sevilla.
El fútbol tiene mucho de mental. El entrenador ya afirmó al término del encuentro que posiblemente les había pesado la responsabilidad de ganar. “Todos sabíamos lo que significaba este partido”, señaló en la sala de prensa de La Cartuja. El equipo bilbaíno tampoco había ofrecido buenas sensaciones en los dos partidos previos a jugarse el título. Ni ante Celta en Balaídos ni ante Eibar en casa había competido a su nivel. Por tanto, más allá de las facetas tácticas y futbolísticas, es fundamental que los jugadores vuelvan a creer en sí mismos y en todo lo positivo que hacían antes de estos tres enfrentamientos, desde que el asturiano se hizo cargo del banquillo de San Mamés.
Lograr una plaza europea a través de LaLiga se ha puesto muy complicado. El Athletic está a once puntos de la sexta posición. Se antoja muy difícil remontar esta distancia cuando solo faltan diez jornadas por disputarse, pero al menos hay que apurar todas las opciones.
Para ello, hay que ganar en Anoeta a una Real que está crecida después de levantar la Copa. No será nada fácil. El conjunto de Imanol Alguacil ha caído a la séptima posición y necesita los tres puntos para superar a Villarreal y Betis y ser de nuevo quinto, una zona en la que se ha mantenido a lo largo de toda la temporada 2020-21.
Los donostiarras han sumado 23 de los 45 puntos que reflejan su casillero en casa, con un balance de seis victorias, cinco empates y tres derrotas. Getafe (3-0), Huesca (4-1), Granada (2-0), Cádiz (4-1), Alavés (4-0) y Levante (1-0) perdieron en Donostia; Real Madrid (0-0), Villarreal (1-1), Eibar (1-1), Osasuna (1-1) y Betis (2-2) rascaron un empate y Valencia (0-1), Atlético de Madrid (0-2) y Barça (1-6) se llevaron los tres puntos. La Real es el cuarto máximo goleador de LaLiga, con 44 dianas, por detrás de Barça (68), Atlético y Real Madrid, los dos 51, y es el quinto menos goleado. Solo le superan en este apartado Atlético (19), Sevilla (21), Real Madrid (23) y Barça (24).
Los jugadores de Imanol celebraron el título la madrugada del sábado al domingo, pero posteriormente se han puesto manos a la obra para recibir a los leones. Alguacil podría salir con un once formado por Remiro, Gorosabel, Zubeldia, Le
Normand, Monreal, Guevara, Zubimendi, Merino, Janusaj, Oyarzabal e Isak.
Se supone que Marcelino mezclará a hombres titulares con otros con menos minutos en la Liga. El asturiano podría alinear a Unai
Simón, Ander
Capa, Nuñez, Iñigo
Martínez, Yuri
Berchiche, Berenguer, Unai
López, Vesga, Muniain, Villalibre y Raúl
García. Quizá, el técnico puede tirar más de rotaciones en el siguiente compromiso liguero, el sábado contra el Alavés, teniendo en cuenta que solo va a haber dos días de margen entre los dos derbis. Después será final ante el Barça.
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