EL PAÍS

La Iglesia de Portugal accede a revisar el escenario para la visita del Papa tras la polémica por su elevado coste

La Iglesia portuguesa hace acto de contrición. Tras la polémica desatada alrededor del gasto previsto para organizar la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa, que incluye un colosal altar-escenario para el papa Francisco de más de cinco millones de euros, ha anunciado que está dispuesta a revisar esa infraestructura para tratar de rebajar su coste. “Es una cifra que duele porque vivimos tiempos en los que sentimos las dificultades de todos”, afirmó el obispo auxiliar de Lisboa, Américo Aguiar, en una conferencia de prensa a última hora del jueves.

El prelado aseguró que se había enterado del gasto del palco por la prensa y se mostró dispuesto a revisar el proyecto para tratar de abaratarlo. “El papel de la Iglesia es pedir a las autoridades que respondan a lo que necesitamos proporcionar. Nosotros sabemos lo que necesitamos que ocurra en el escenario, pero si es rectangular, cuadrado, redondo, curvo, más alto o más bajo, no es nuestra preocupación”, dijo. “Pediremos que se eliminen aquellas cosas que no sean esenciales”, aclaró.

Aguiar, que es el presidente de la Fundación Jornada Mundial de la Juventud, creada para el evento, informó también de que el presupuesto que destinará la Iglesia para la celebración es de 80 millones de euros, una cantidad similar a la presupuestada por las tres instituciones públicas que financian la cita (el Gobierno y los ayuntamientos de Lisboa y Loures). El coste total conocido hasta ahora de las jornadas supera los 160 millones de euros, que duplica los 76 millones aportados por las instituciones públicas (57 millones) y la Iglesia de Panamá (19 millones) para organizar la anterior Jornada Mundial de la Juventud en 2019.

A pesar de mostrar la voluntad de la Iglesia lusa para corregir los excesos presupuestarios, el obispo tampoco desaprovechó la ocasión para recordar que la celebración del encuentro religioso en Lisboa se realiza porque contó con el apoyo del presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa, el primer ministro portugués, António Costa, y las Cámaras Municipales de Lisboa y Loures. “Todos recordamos el modo epidérmico con que el presidente de la República festejó en Panamá que organizásemos las siguientes jornadas”, recordó Américo Aguiar. Un sutil toque a Rebelo de Sousa, que estos días se ha mostrado crítico con el excesivo gasto que rodea la organización del evento y ha solicitado que se adecúe más a la propia personalidad del papa Francisco, “contrario a todo aquello que sea ostentoso”.

Tras las palabras del obispo, el presidente de la Cámara Municipal de Lisboa, Carlos Moedas, mostró también su disposición para revisar el costo del proyecto del altar-escenario, donde el Papa oficiará la misa que cerrará la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebra del 1 al 6 de agosto. “Podemos revisarlo y mejorarlo, tal vez intentando reducir su coste, aunque no sé si será posible”, manifestó. “Yo haré lo que consideren oportuno la Iglesia y el presidente de la República, respeto las opiniones y haré lo que sea necesario, pero faltan 186 días y tenemos que avanzar. Vamos a tener 100 hectáreas en las que estarán un millón y medio de personas y un escenario donde habrá más de 190 países observando a Portugal”, agregó.

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