El zarpazo de la guerra en Ucrania abre una vía de agua de tamaño considerable en la zona euro por el lado de la inflación. El IPC de los 19 países de la moneda única ha roto en marzo una nueva barrera al escalar hasta el 7,5% con respecto al mismo mes del año anterior, según las estimaciones de la oficina estadística Eurostat. El incremento de los precios, que venía ya lanzado por el gran atasco global derivado de la pandemia, alcanza de nuevo este mes cotas nunca vistas desde la creación del euro por el efecto de la invasión rusa de Ucrania, que comenzó hace cinco semanas y cuyos efectos se han extendido en la economía europea a través del coste de la energía.
Las trincheras en Ucrania marcan el dato desbocado de marzo y dejan sentir de forma notable el golpe derivado del auge de los precios de la energía y las cuatro rondas de sanciones de la Unión Europea a Rusia, además de las represalias del resto de aliados occidentales contra el régimen del presidente ruso, Vladímir Putin. El ritmo de la inflación sigue una tendencia ascendente que ya había dado en febrero señales de estar fibrilando, elevándose hasta un 5,8%, una cifra que ya entonces no tenía comparación en la serie temporal. Hoy es 1,6 puntos más alta. Es ya el cuarto registro histórico consecutivo para la zona euro. Y, con un 2,5%, se trata también de la mayor subida intermensual desde que la creación del euro en 1999.
La energía es el principal responsable de la escalada de los precios, con una devastadora subida del 44,7% interanual en marzo, casi 13 puntos más que en febrero, cuando ya el dato era desgarrador. La enconada relación con Rusia, que aporta en torno al 40% del gas que importa la UE, se deja sentir así en los bolsillos europeos y en unos mercados energéticos tensionados por la contienda y la escasez de oferta que se arrastraba tras la pandemia. A la cesta de la energía le siguen la de la comida, el alcohol y el tabaco, con una subida del 5% (el 4,3% en febrero), entre los que destacan los alimentos sin procesar, con un alza del 7,8%. Mientras, los bienes desvinculados de la industria energética suben, pero mucho menos, un 3,4% (un 3,1% en febrero).
La inflación, en la agenda del Eurogrupo
El batacazo bélico se deja sentir en todos los países, donde se suceden las marcas sin precedentes: en el motor económico e industrial de la UE, Alemania, con un alza del 7,6% con respecto a marzo del 2021 y una subida de 2,5 puntos respecto a febrero, se tienen que remontar 40 años atrás, incluso antes de la reunificación, para encontrar una cifra semejante. En España, donde la inflación interanual crece un 9,8% (3,9 puntos con respecto a febrero), uno ha de retroceder a 1985 –el año en que se estrenó Regreso al futuro– para encontrar una cifra semejante.
La inflación se percibe de forma especialmente intensa junto a las fronteras de Rusia: Lituania (15,6%) y Estonia (14,8%) encabezan la tabla, seguidos de Países Bajos (que llegó al 11,9%, casi 5 puntos porcentuales más respecto a febrero) y Letonia (11,2%). Malta, en cambio, se queda en el otro lado de la tabla, con un incremento del 4,6%, seguido de Francia, donde el incremento de precios se limita al 5,1%. “Con la inflación de la zona euro aumentando por encima de las previsiones del Banco Central Europeo, y teniendo en cuenta que probablemente se mantenga muy alta durante el resto del año, creemos que no pasará mucho tiempo antes de que el BCE empiece a subir los tipos de interés”, ha señalado Jack Allen Reynolds, economista de Capital Economics.
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Los ministros de la zona euro, que se reunirán el próximo lunes en Luxemburgo, tendrán en la agenda el alza descontrolada de los precios y, en concreto, la escalada de los precios en el sector inmobiliario en la mayoría de los países, que lo atribuyen a los coletazos de la pandemia y el dinero embalsado durante los largos meses de parón provocados por la covid-19.
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