la investigación por su muerte sigue abierta y su familia enfrentada

La vida de Ángel Nieto se paró en Ibiza al filo de las diez y media de la mañana del 26 de julio de 2017 cuando recibió un golpe mortal en un accidente de tráfico. Tres años después, la investigación judicial sobre el accidente sigue abierta, tras un archivo prematuro dictado por el Juzgado de Instrucción número 2 de Ibiza. La familia pelea en los tribunales para que se esclarezcan las circunstancias del fatídico accidente, pero actúan por separado. Desde que se fue Ángel, cada uno va por su lado. La Audiencia de Palma de Mallorca ordenó la apertura del caso en junio de 2018. Quedan muchos detalles por aclarar. La lentitud habitual de la Justicia se ha visto agravada, en este caso, por el incendio que sufrieron los jugados ibicencos en enero del año pasado. El fuego se produjo de madrugada y arrasó dos plantas. El incendio en la familia Nieto se había declarado mucho antes.

Ángel Nieto
Ángel Nieto / Gtres

Cuando Gelete y Pablo, los hijos mayores del 12+1 campeón mundial de motociclismo, presentan la denuncia ante los juzgados, poco después del fallecimiento de su padre el 3 de agosto de 2017, lo hacen junto a su madre, Josefa Aguilar, primera esposa de Ángel Nieto. No se personan con su hermano Hugo, entonces menor, a quien representaría legamente su madre, Belinda Alonso, la segunda mujer de Nieto, con quien nunca pudo casarse y con la que compartió casi la mitad de su vida. Cada quién con cada cual. Era obvio que había más que diferencias. No se llevaban bien y lucharían por separado. Habían pasado sólo 5 meses desde el choque mortal en aquel cruce de la carretera de Santa Gertrudis y apenas se había investigado, cuando la juez instructora archiva la causa penal abierta. Todo ocurrió muy deprisa y, para muchos, de una manera inexplicable. Un Fiat 500 golpea por detrás el quad que conducía el experto expiloto. El cuerpo de Ángel salió despedido al recibir el impacto – en apariencia no muy fuerte-, con la mala fortuna que su cabeza golpeó contra el asfalto al caer, pese a llevar el casco puesto. El quad siguió en marcha y terminó colisionando con una furgoneta. Una testigo auxilió al único herido, avisó que se trataba del famoso expiloto y consiguió, desde el teléfono de Nieto, hablar con su hijo Pablo a quien narró a tiempo real lo que desgraciadamente ocurría. Su padre yacía malherido y una ambulancia del servicio 061 disponía su traslado a la Policlínica Ntra. Señora Rosario. La Guardia Civil no llegaba. Ángel, inconsciente. Confusión, caos. Finales de julio. Ibiza. No había agentes libres; la mayoría prestaba declaración en el caso del atropello mortal del ciclista Daniel Viñals, según informó el Diario de Ibiza. Es la Policía Local la que inicia el atestado en el que se basaría posteriormente, como en todos los casos que lo precisan, la investigación penal del accidente.

Tal y como explica la Dirección General de Tráfico en su página web, el atestado policial es un instrumento oficial en el que se exponen los hechos averiguados, las declaraciones e informes recibidos y todas las circunstancias que hubiesen observado y que pudiesen constituir indicio de delito. Es un informe clave y es precisamente lo que cuestiona la familia de Nieto. Entienden que “se trata de un atestado con insuficiencias notorias”. La juez solo tuvo en cuenta el mencionado informe, a todas luces insuficiente, en el que los agentes dan por hecho que Nieto no llevaba abrochado el casco. No existe ninguna prueba objetiva que así lo indique y no dan por buena tal conjetura policial. Nieto era un obseso de la seguridad. Están convencidos que lo llevaba correctamente colocado. Además, no se hicieron ni mediciones ni cálculos de velocidad.  La instructora que archivó el caso no encontró indicios de delito alguno y relegó las posibles actuaciones al ámbito civil “por la levedad de la culpa o negligencia que pudiera atribuirse a la conductora causante”, según se recoge en autos.  La Audiencia de Palma de Mallorca estimó los recursos presentados por los Nieto Aguilar y los Nieto Alonso en los que solicitan la declaración de la conductora alemana, de varios testigos y de los agentes que firmaron el atestado.

Fractura familiar

Mientras la acción penal sigue pendiente, la fractura de la familia trasciende públicamente en el momento que Belinda, en su nombre y en el de su hijo Hugo, menor de edad entonces, firma con la compañía de seguros una indemnización de 900.000 euros (626.490,28 € y 273.509,72€, respectivamente), en calidad de únicos perjudicados por el lucro cesante, en abril de 2018. Gelete, Pablo y Josefa Aguilar reclaman por separado y no aceptan ningún acuerdo mientras la acción penal esté abierta. Alonso entiende que nada tiene que ver la indemnización del seguro con la causa penal abierta. Los hijos mayores, lo contrario. Sin embargo, la realidad es que Belinda y Hugo están personados y, como ellos, siguen adelante con el procedimiento penal, independientemente de haber sido indemnizados por el seguro del coche de la conductora. Quieren también que se investigue hasta el final.

Gelete, Pablo Nieto, Belinda Alonso
Gelete, Pablo Nieto y Belinda Alonso / Gtres

Entiendo que el desafecto y el “no se pueden ni ver” que me llega va más allá de la reclamación judicial por separado. Belinda Alonso llevaba 32 años de vida marital con Ángel Nieto desde que el piloto se separara de su primera mujer en 1986. Cuando nació Hugo en 2001 quiso legalizar su unión con Belinda. Tras varias dilaciones, el acuerdo de divorcio se firmó ante notario en 2015, fecha en la que también liquidaron la sociedad de gananciales, según me refieren. A la muerte de Ángel, la ley reconoce a Pepa Aguilar como viuda legal; es ella quien está cobrando la pensión de viudedad. Nunca ratificó ante un juzgado el divorcio que firmaron de mutuo acuerdo ante notario. Ángel quería legalizar su unión con Belinda, la mujer con la que fundó un nuevo hogar, con la que tuvo otro hijo y con la que vivió hasta el día en el que encontró la muerte. Para muchos ella es la viuda real y así se siente la propia Belinda. Sin embargo, la ley la orilla, al igual que los hijos mayores de Ángel a quienes quiere respetar desde el sentimiento de que no se han portado nada bien con ella ni con su hijo. La herencia sí quedó prevista en testamento. Al campeón le quedó pendiente finalizar su divorcio y conseguir que los suyos estuvieran realmente unidos. Siempre dijo que sus tres hijos, Gelete, Pablo y Hugo, eran su mejor trofeo. Depende de ellos que también gane esta carrera, aunque ya no esté, y el semáforo de salida se encendió aquella mañana de julio en la que se fue para siempre.  Ready, steady…go!




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