La isla artificial para 35.000 personas que preocupa a los daneses

Dinamarca, y muchos países europeos, buscan soluciones para el cambio climático no influya en su progreso en los próximos años. El pasado 4 de junio el gobierno danés aprobó un controvertido proyecto con 85 votos a favor y 12 en contra, de la construcción de una isla artificial a orillas de Copenhague donde vivirían unas 35.000 personas.

El proyecto es una obra faraónica que tendrá un coste de 3,3 millones de euros, y que se realiza, por sorprendente que parezca, para luchar contra las subidas del mar que podrían destruir el país escandinavo.

Lynetteholm

Según publicó BBC, el proyecto tiene ya la aprobación del parlamento y estaría conectado a la capital del país. Esto se hará mediante carreteras y puentes, raíles y otras estructuras que mantendrán conectada a esta población con el centro de la capital.

La isla de Lynetteholm, así es como se llamará este proyecto, tendrán unas dimensiones de 2,6 kilómetros cuadrados, lo que vienen a ser unos 370 campos de fútbol. En ella, 35.000 personas vivirán en las más de 20.000 viviendas que se planean construir, que contará con una serie de presas diseñadas para combatir las inundaciones.

Ante esto, el controvertido proyecto ha desatado una ola de manifestaciones y protestas en contra de esta construcción ya que, entre otros factores medioambientales, podría alterar las corrientes oceánicas y cambiar todo el ecosistema del mar en esa zona.

La construcción se estima comience a finales de este año y, aunque no se ha dado una fecha concreta de finalización, los responsables piensan que la isla artificial de Lynetteholm podría estar en funcionamiento para el año 2035.

Impacto medioambiental

Desde hace semanas son muchos los manifestantes que se reúnen para protestar contra la construcción de Lynetteholm. Personas como Frederik Roland Sandby, secretario general del movimiento ecologista en Dinamarca ya apunta a que el impacto medioambiental será desproporcionado y que se ha maquillado con los supuestos beneficios medioambientales que dará a la capital danesa.

El caso está ya en manos del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que no solo tendrá que validad la idea de construir semejante obra en el mar, también tendrán que evaluar el proceso de construcción, ya que serán necesarios grandes vehículos para transportar los materiales.

Según las organizaciones ecologistas danesas, estiman que serán necesarios unos 350 viajes en camión para trasladar el material, con el riesgo de contaminación y la reducción del flujo de agua que deberá hacerse para llevar la obra a cabo.




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