La izquierda francesa ha retirado este jueves in extremis y por sorpresa la proposición de ley para abolir las corridas de toros en la decena de provincias donde son legales. El diputado responsable de la iniciativa, el animalista Aymeric Caron, justificó la decisión con el argumento de que había centenares de enmiendas, tantas que, según Caron, habría hecho falta un debate continuado de 24 horas para debatirlas y votarlas todas a tiempo. El reglamento fijaba un plazo en la medianoche, imposible de cumplir.
“Me rindo ante la evidencia: no podremos abolir la corrida hoy”, dijo Caron, diputado por París, en el hemiciclo. Continuó: “Pronto la corrida será abolida en este país. Lo prometo. Lo prometemos”. Y concluyó, entre un barullo de gritos e invectivas procedentes de las bancadas del centro y la derecha: “Retiro el texto”.
El anuncio puso patas arribas el guion de una tarde y una noche que prometía largos y acalorados debates, tras una semana en que la tauromaquia —afición muy minoritaria en Francia y ya prohibida en todo el país menos en las regiones del sur— dominó buena parte del espacio mediático y político. Se enfrentaban quienes esgrimían la protección de los animales y su dignidad, y los defensores de las tradiciones y culturas locales. Un 74% de franceses es favorable a prohibir las corridas de toros, según un sondeo el instituto Ifop.
El debate, desde que Caron presentó la ley en verano, ha ido más allá de la tauromaquia. Afloraron divisiones entre la Francia del norte y la de sur, entre la urbana y la rural. Todos los partidos, menos La Francia Insumisa (LFI), al que está adscrito Caron, se dividieron. El miércoles, el presidente Emmanuel Macron declaró: “No es la prioridad del momento”.
La Proposición de ley para abolir la corrida: un pequeño paso para el animal, un gran paso para la humanidad era una de las leyes que LFI preveía proponer en el llamado “nicho parlamentario”. En la Asamblea Nacional, cada grupo de oposición tiene reservado un día al año, y solo ese día, para fijar el orden del día. Para los insumisos, el partido de Jean-Luc Mélenchon, era el jueves. Por eso no se podía debatir ni votar más allá de la medianoche del jueves al viernes.
El aborto, en la Constitución
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Lo que ocurrió fue que los debates de la primera iniciativa del día —una propuesta para inscribir el derecho al aborto en la Constitución y así blindarlo para el futuro— se prolongaron toda la mañana y hasta cerca de las 17.00 horas. La propuesta sobre el derecho al aborto fue un éxito rotundo para LFI: se adoptó con 337 votos a favor, 32 en contra y 18 abstenciones. Entre los votos favorables, estuvieron los de la bancada macronista, la más numerosa en la Asamblea, y algunos de la extrema derecha, reflejo del amplio consenso sobre el derecho al aborto en Francia. Ahora debe ir al Senado, controlado por la oposición conservadora.
“Estoy enfadado: me habría gustado ir hasta el final del debate”, dijo, en los pasillos de la Asamblea, Patrick Vignal, diputado de Renaissance, el partido del presidente Macron. Vignal había firmado algunas de las enmiendas para obstruir el voto. “Es el juego parlamentario”, se defendió. “Lo que me molesta de mi colega Caron es que no sabe cómo funciona el Parlamento ni cómo funciona la ley”. Caron, periodista de profesión y conocido activista antiespecista, es un novato en el Palacio Borbón, la sede del hemiciclo: fue elegido por primera vez en las legislativas de junio. Vignal recordó que, ante la frustrada reforma de las pensiones en 2020, LFI y el resto de la oposición presentaron decenas de miles de enmiendas para obstruir el proceso.
El diputado Caron ha fracasado en su iniciativa, pero ha puesto del debate en la arena pública y ha multiplicado su presencia en televisiones y radios. Incluso ha publicado un libro. “Ha ocurrido algo: mucha gente ha tomado conciencia. [Esta propuesta] ha hecho avanzar la batalla cultural, la batalla de civilización”, declaró al salir del hemiciclo. “Algo ha empezado hoy. Ahora sabemos que la corrida será abolida en Francia. Es una cuestión de tiempo”.
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