La Justicia confirma que José María Íñigo no murió por el amianto

No hay duda de que, la muerte de José María Íñigo en 2018 produjo un durísimo varapalo en el panorama nacional. El emblemático presentador televisivo falleció a consecuencia de un cáncer de pulmón que él mismo asoció a un tipo de fibra aislante con el que estaban recubiertas las paredes de los estudios de la Corporación de Radio y Televisión Española. Una durísima acusación sobre la que los allegados al fallecido tomaron cartas sobre el asunto con la Justicia de por medio.

José María Íñigo en la radio / Gtres
José María Íñigo en la radio / Gtres

Los familiares del bilbaíno tenían como objetivo demostrar que la enfermedad, y por ende la muerte del periodista, había tenido lugar por la inhalación de amianto en los platós de la empresa. Un testimonio llevado a cabo por la viuda del comunicador y que finalmente fue aprobado por el Tribunal, concretamente por el Juzgado de lo Social nº2 de Madrid, declarando que el fallecimiento estaba relacionado con una enfermedad profesional, lo que ponía contra las cuerdas a todo el equipo de comunicación al existir “una gran presencia de amianto friable, como acredita el hecho de que se depositaron en el vertedero 113.040 kilos de residuos (…) Estuvo en contacto con el amianto en el momento de mayor peligro de exposición”, confirmaban.

José María Íñigo y Jesús Vázquez / Gtres
José María Íñigo y Jesús Vázquez / Gtres

No obstante, y un año después de haber salido a la luz este veredicto, EFE se ha hecho eco de que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid habría dado un paso atrás a la hora de dictaminar que el amianto existente en las inmediaciones de RTVE no había sido la causa principal de la muerte del vasco. Y es que, al parecer, las actividades laborales de las que había formado parte José María no tenían nada que ver con las que se incluyen dentro de una enfermedad profesional, así que no estaría en ese grupo. Una decisión que se ha retomado después de que la Inspección de Trabajo por la Seguridad Social y Radio Televisión Española presentaran un recurso en el que confirman que “no ha quedado acreditado el nexo de causalidad”, aferrándose al 10% restante de posibilidades que existen sobre las dudas en el origen de la enfermedad, por lo que el detonante aún seguiría estando en el aire.

José María Íñigo en un acto / Gtres
José María Íñigo en un acto / Gtres

Sea como fuere, lo cierto es que a día de hoy queda rotundamente confirmado frente a las autoridades del país que Íñigo habría sido víctima de un mesotelioma maligno pleural que habría acabado con su vida en cuestión de meses. De hecho, los jueces del Supremo se han negado a comparar este caso con el de otro trabajador de una fábrica de fertilizantes, al cual le fue concedida una incapacidad permanente por enfermedad profesional, que era lo que la viuda del periodista pretendía que se considerara con el que fuera su marido.

Por el momento, todo apunta a que sus familiares siguen firmes en sus convicciones a la hora de considerar que, cuando José María Íñigo comenzó a trabajar en TVE y en concreto en el Estudio 1 de Prado del Rey, las instalaciones se habían recubierto de fibra de amianto para el aislamiento acústico, la cual no habría favorecido en absoluto a la salud del presentador.


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