La justicia india declara inocentes a miembros del partido de Modi por el derrumbe de una mezquita


Un tribunal especial indio ha declarado este miércoles inocentes por falta de pruebas a los 32 acusados por la destrucción de una mezquita en 1992 que derivó en meses de disturbios en los que murieron 2.000 personas -3.000, según algunas fuentes- y sobre cuyas ruinas se erigirá un templo en honor al dios hindú Ram. En los altercados se encontraban dirigentes del Bharatiya Janata Party (BJP) del primer ministro, el nacionalista Narendra Modi, entonces en la oposición. “No fue un ataque premeditado. Los líderes del BJP aquí presentes intentaron pararlo (…) Esta es la decisión dada hoy [por este miércoles] por el tribunal”, resumió a los medios de comunicación a la salida del juzgado Manish Tripathi, uno de los abogados de la defensa. La Junta de Derecho Personal Musulmán de Toda la India ha dicho que apelará el veredicto en el tribunal superior.

El tribunal especial de Lucknow, en el Estado de Uttar Pradesh (a 550 kilómetros al sureste de Nueva Delhi), donde se encontraba la mezquita, sentenció que el derrumbe del templo no se debió a una conspiración criminal, declarando así la inocencia de líderes del BJP como la exministra de Recursos Hídricos Uma Bharti; y uno de sus expresidentes, L.K. Advani. Ambos siempre negaron su implicación en las turbas. También se han sentado en el banquillo otras figuras del nacionalismo hindú como el vicepresidente de la organización conservadora Vishwa Hindu Parishad (VHP), Champa Rai. “El tribunal especial los ha absuelto a todos”, confirmó otro de los letrados.

Advani, de 92 años, y el resto de miembros del BJP juzgados estaban acusados de conspirar para derribar la mezquita del siglo XVI de Babri, situada en la localidad de Ayodhya, en Uttar Pradesh, y lanzar discursos incendiarios desde una plataforma cercana al edificio poco antes de que una turba de integristas hindúes la derribara definitivamente. Según la BBC, que en aquel momento cubrió la turba, “miles de jóvenes armados con palas, martillos, barras de hierro y picos cargaron hacia el cordón exterior de la policía que protegía la mezquita, treparon a la cima de la cúpula central [del templo]” y comenzaron a destruirla. “En cuestión de unas pocas horas, la mezquita fue arrasada”, recuerda un testigo a la cadena británica. Los líderes del BJP habían llegado hasta Ayodhya tras liderar una larga marcha por todo el país para reclamar la construcción de un templo hindú en el lugar donde se erigía la mezquita que, según los hindúes, había sido levantada sobre el lugar de nacimiento de su dios Ram.

Los disturbios que se registraron en varios puntos de la India tras el derribo de la mezquita el 6 de diciembre de 1992 se prolongaron durante meses por todo el país -con especial intensidad en Bombay- causando alrededor de 2.000 muertos en los peores enfrentamientos entre hindúes y musulmanes desde la partición del subcontinente indio en 1947. Y pese a que se han descartado las conspiraciones contra los musulmanes en la India, aquel momento representó un hito en el ascenso de la derecha nacionalista hindú, analiza la cadena británica BBC.

Primera piedra

El veredicto de este miércoles es el final de un largo camino judicial que incluye la entrega de la propiedad del terreno donde se erigía la mezquita, el año pasado, a la comunidad hindú. El mismo tribunal otorgó a los musulmanes otra parcela cercana, también en Ayodhya, para que pudieran levantar otra mezquita. En noviembre de 2019, el Tribunal Supremo de la India autorizó finalmente la construcción del templo en honor a Ram sobre las ruinas de Babri. Y Modi, que ha sido criticado desde la oposición y grupos sociales por impulsar políticas contra la comunidad musulmana, colocó hace apenas dos meses la primera piedra del polémico templo. Según la BBC, los observadores políticos dicen que a partir de ahora podría aumentar el sentimiento de descontento y marginación entre los 200 millones de musulmanes que viven en el país.

De los 32 acusados, solo un puñado, entre los que no se encontraban ni los mencionados Advani y Bharti, estuvieron presentes este miércoles ante la corte debido a las restricciones impuestas en el país por la pandemia de la covid-19. E coronavirus ha matado a 96.318 personas en la India e infectado a más de seis millones en el país, según datos de la Universidad John’s Hopkins.


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