La Juve aún tiene vida en Champions. El cuadro transalpino, favorecido por el empate en Lisboa, aprovechó la circunstancia para acercarse al Benfica y al PSG después de firmar un triunfo imprescindible ante un flojo Maccabi Haifa (3-1). Llegó en buen momento el cruce con la cenicienta de grupo, con Massimiliano Allegri contra las cuerdas por los malos resultados de un equipo con potencial al que se le exige mucho más.
Rabiot abrió el camino a poco para el descanso tras una buena asistencia de Di María, del que su entrenador dijo en la previa que llegaba a gran nivel. Tras la reanudación, el argentino volvió a repartir otro pase magistral para que Vlahovic, reconciliado con el gol, pusiera tierra de por medio y aportara algo de tranquilidad a una Juve que con el historial de estos últimos mes, no puede ni debe fiarse absolutamente de nadie. Menos aún en Europa.
Para prueba, el tanto de David. El Maccabi Haifa esperó a su momento para alargar el suspense en Italia, donde volvieron a aparecer todos los fantasmas. Sin embargo, Di María completó su triplete de asistencias con una última a Rabiot, bigoleador de un partido que coloca a la Juve con tres puntos y con la sensación de que no está todo perdido. El Benfica y el PSG parten con ventaja, pero los de Allegri están dispuestos a dar guerra hasta el final.