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La lección que el Mono Burgos aprendió del colegiado Delgado Ferreiro


Más allá de la imagen que mucha gente tiene de él, esa versión rock & roll, Germán Adrián Ramón Burgos, segundo entrenador del Atlético de Madrid, es un tipo muy analítico. Un estudioso del fútbol. Alguien que pretende aprender en todas las situaciones.



De ahí viene ese afán didáctico que el Mono tiene, quizás del hecho de que él fuese profesor de inglés en su momento, profesión que habría desempeñado si no se hubiera cruzado su gran pasión por medio, el fútbol.

Desde su cuenta de Instagram, Burgos comparte reflexiones sobre el deporte rey. La mayoría muy interesantes, como la lección que aprendió en su día de un encontronazo con el colegiado Carlos Delgado Ferreiro.

El argentino ha rememorado un episodio de hace unas temporadas en el que se enfrentó vehementemente con el colegiado, ahora retirado.

EL EPISODIO

“¡Hola Carlos! ¡Le habla Germán Burgos! Lo llamaba para pedirle disculpas por mi comportamiento de ayer, se que no fue el adecuado y creo sinceramente que me excedí bastante, pero quiero decirle que fue una calentura momentánea y llegué hasta ahí. ¡Jamás le hubiera agredido físicamente!”. Sentí una respiración profunda del otro lado y luego una voz que me dice: “Yo tampoco…” “¡Ah, buenooo!”, le digo, “entonces, si hay otra pelea, ¡vamos juntos!” Y con una voz con menos tensión que dibujaba una media sonrisa Carlos continúa diciéndome: “Germán, esto se soluciona con dos cervezas”. Y soltamos unas risas los dos. Desde ese momento somos amigos. Carlos es el señor Carlos Delgado Ferreiro, exárbitro español que actualmente se desempeña como Delegado informador del Estamento Arbitral. Carlos me ha mandado su camiseta de aquel día y hoy integra mi fantástica colección”.

EL APRENDIZAJE

El ahora entrenador colchonero afirma que ese día aprendió varia cosas:

“1-Encontré un nuevo amigo en un momento crítico.

2-Humanizar al colegio arbitral.

3-Valorar la Honestidad, la Valentía, la enorme preparación técnica y mental que poseen los árbitros para administrar justicia dentro del fútbol.

4- Saber escuchar y perdonar un error.

5- Aprendí que al colectivo arbitral se lo respeta, se lo ayuda y acompaña en sus decisiones sean certeras o no. Y para ello hay que tener un conocimiento total del reglamento (esto ayuda para no enfadarse).

6- Si hubiese sabido que Carlos era de Aries, como yo, jamás me habría levantado del banquillo 😉

El fútbol está lleno de estas inolvidables historias que van marcando nuestras vidas. Y uno debe sacar conclusiones permanentemente sobre su actuación profesional y no tener miedo a pedir perdón. Ahora de algo estoy seguro: Si me toca ir a una guerra, ¡me llevaré al señor Carlos Delgado Ferreiro conmigo!”


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