Si a algún realista le hubiesen preguntado justo antes de reanudarse LaLiga, ‘¿qué es lo peor que le puede pasar?’. La respuesta habría podido ser: “Que perdamos todos los partidos, que se lesione Odegaard y que nos persigan los árbitros”. Lo que le está sucediendo a la Real es lo más parecido a una pesadilla, una película de terror imposible de prever hace sólo dos semanas y media. La última fatídica realidad que ha activado la alerta roja es la lesión de Martin
Odegaard, muy preocupante para él y para su equipo. El noruego fue duda hasta última hora para el partido ante el Getafe del lunes, pero al final fue convocado e incluso realizó un calentamiento para salir al terreno de juego. Pero no lo hizo porque presenta, según el parte médico de la Real, una tendinopatía rotuliana derecha. Lo normal es que no pueda jugar ni mañana contra el Espanyol ni contra el Levante el lunes y es duda para el resto de los partidos. Pero nadie puede descartar que no vaya a jugarlos.
Es, ni más ni menos, la misma lesión en la rodilla que le viene dando la lata desde el inicio de Liga y que ya le privó de jugar contra el Leganés y el Granada en noviembre. Es la dolencia que le ha lastrado tanto en estas semanas post-confinamiento en las que ha ofrecido un rendimiento tan escaso. Ayer martes no volvió con el equipo a Gipuzkoa, ni participó en la sesión vespertina con el resto. Voló a Barcelona para consultar a un especialista “para valorar opciones terapéuticas diferentes a las utilizadas hasta el momento”. Las que ha desarrollado hasta ahora no han sido productivas.
La lesión de Nadal
La de Odegaard es la misma lesión que ha mediatizado la carrera de Rafa
Nadal en los últimos años. Es mucho más habitual en saltadores y en tenistas, que necesitan realizar el movimiento de freno en carrera y cambio de dirección muchas veces por partido.
En el caso del realista, la posibilidad de que pueda jugar o no ahora dependerá de su resistencia al dolor, de lo que aguante. Como ya le habrán alertado, según un experto consultado por MD, se trata de una lesión fea y latosa. No tiene una solución quirúrgica definida y la respuesta a los tratamientos en muy desigual en función del deportista.
El principal tratamiento, y más recomendable, es el reposo continuado, imposible para un profesional como Odegaard. Como no va a poder estar parado durante un periodo de tiempo muy extenso, de cerca de dos años, para curarse, lo normal es que arrastre molestias en ese tendón durante toda su carrera.
Así las cosas, lo que se suele recomendar a los jugadores que tienen problemas en los tendones rotulianos son ejercicios excéntricos del cuádriceps, tratamientos con ondas de choque y aplicación de factores de crecimiento con el fin de ir regenerando el tendón.
A Odegaard le quedan siete partidos por delante en su primera temporada de cesión en la Real. Queda por saber si esta lesión influirá o no en que siga o vuelva al Madrid este verano.
Source link