La letra pequeña del pleito que enfrenta a Miguel Bosé y Nacho Palau


La Justicia le ha dado la razón a Miguel Bosé en la demanda de filiación que presentó Nacho Palau para que los cuatro hijos que criaron juntos fueran considerados como tales a efectos legales. La sentencia, según el comunicado emitido por el abogado de quien ha sido pareja del cantante, asegura que ha quedado probado el deseo de la pareja de tener niños para fundar una única familia “en la que los hijos serían hermanos y ambos serían padres”, pero entiende que el actual sistema jurídico español “no permite efectuar formalmente la declaración de filiación solicitada”. A la vez el letrado anuncia que continuarán peleando en los juzgados y que apelarán la sentencia emitida en primera instancia.

La sentencia en su totalidad no se ha hecho pública por las partes afectadas. De hecho, por el momento Bosé no se ha pronunciado sobre ella. El cantante tuvo conocimiento de ella en México, adonde regresó solo unas horas después de que se celebrara el juicio. Bosé no ha hablado en público de este asunto, ni cuando se conoció que Palau había interpuesto la demanda ni en los días del juicio. Una vez más ha optado por el silencio, pese a que algunas declaraciones del pasado como “tengo cuatro hijos” que hizo a la revista Shangay hayan dejado en entredicho la tesis que ahora mantiene.

Del pasado también se ha rescatado estos días una entrevista en la que aseguraba que quería ser padre soltero para no tener problemas con su pareja si un día se producía una separación. Esa es justamente la situación que vive ahora Bosé. Nacidos de un vientre de alquiler hace 10 años y con solo 7 meses de diferencia, Diego y Tadeo —hijos biológicos de Bosé— e Ivo y Telmo —de Palau— son víctimas del desencuentro de sus padres.

Tras 26 años siendo pareja, Bosé y Palau pleitean por el futuro de sus cuatro hijos. Palau sostiene que los niños se han criado como miembros de una misma familia hasta hace dos años. Todo se rompió el día en que se separaron y Bosé decidió mudarse con los suyos a México, mientras que su hasta entonces pareja se instalaba en Chelva (Valencia) con los otros dos pequeños. La biología se impuso a los sentimientos en el caso del artista.

Con la sentencia en la mano y a falta del resultado de las apelaciones que se interpongan, los cuatro niños seguirán teniendo relación pero las visitas estarán marcadas por la distancia geográfica que les separa. Así que tendrán que limitar los encuentros a periodos vacacionales. En los últimos meses un juez ya dictó las primeras medidas provisionales que establecían estos encuentros. El último de ellos se produjo el pasado verano, cuando los cuatro niños pasaron un mes juntos: 15 días con Bosé en Madrid y otros 15 con Palau en Chelva. De esa época es la foto de ellos abrazados que Palau publicó en su Instagram horas antes del juicio con el mensaje: “Hermanos para siempre”. En los últimos meses los pequeños también se han comunicado por videollamadas.

Durante todos estos meses Palau también se ha mostrado preocupado por la diferencia en cuanto a la educación que están recibiendo los niños. Quien fuera pareja de Bosé cría a los suyos lo mejor que puede con su pequeño sueldo y con la ayuda de su madre, mientras que Bosé no repara en gastos con los que tiene a su cargo y gracias a sus recursos.

Ni Palau ni su abogado, José Gabriel Ortolá, eran ajenos a la dificultad que entrañaba el caso, ya que requería una libertad de interpretación jurídica compleja que además podía iniciar el camino para sentar jurisprudencia para otros casos similares, en los que la situación de las nuevas familias que se van creando en la sociedad van más allá del marco legal que actualmente las regula.


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