La Liga Femenina de Fútbol de EE UU suspende la jornada tras varias acusaciones de abuso sexual de entrenadores


Lisa Baird, comisionada de la Liga Nacional Femenina de Fútbol de Estados Unidos (NWSL, siglas en inglés), dimitió el viernes por la noche, horas después de que la liga hubiera suspendido todos los partidos de este fin de semana a petición de las jugadoras. El efecto dominó se había iniciado el pasado martes, cuando Richie Burke, el exentrenador del Washington Spirit, fue despedido tras una investigación realizada por la Liga por las acusaciones de abuso verbal y emocional por parte de las futbolistas.

Dos días después, el jueves, caía Paul Riley, entrenador del North Carolina Courage, sobre quien pesan acusaciones de acoso y abuso sexual. Fuera de Estados Unidos, la FIFA anunció el viernes que investigará las acusaciones contra Riley. “Debido a la severidad y la gravedad de las acusaciones realizadas por las jugadoras, los órganos judiciales de la FIFA han abierto una investigación preliminar”, informaba el órgano rector del fútbol mundial. La FIFA remarcaba que “todo aquel que sea declarado culpable de mala conducta y abuso en el fútbol deberá ser llevado ante la justicia, sancionado y retirado del juego”.

Ha sido la propia comisionada Baird quien ha reconocido su responsabilidad en los recientes incidentes que han sacudido la Liga con el comunicado en el que la NWSL suspendía la jornada del fin de semana. “Esta semana, y gran parte de esta temporada, ha sido muy traumática para nuestras jugadoras y asumo toda la responsabilidad por el papel que he desempeñado. Lamento mucho el dolor que muchos están sintiendo”, afirma Baird. La comisionada aseguraba en su comunicado que van “a trabajar para transformar la cultura de esta liga, algo que debería haberse hecho hace tiempo”.

Quizá lo que propició que todo saltara por los aires fuera la publicación por parte de la revista digital The Athletic del relato desgarrador de dos ex jugadoras contra el entrenador Riley, a quien señalaban como autor de abuso sexual. O quizá que la Liga llevaba tiempo sin escuchar sus quejas, al fin y al cabo, varios meses atrás, la comisionada de la NWSL había desdeñado, con un frío correo electrónico, la protesta y el descontento que le hacían llegar las jugadoras respecto al entrenador.

Esta semana ha quedado patente que el acoso sexual y el comportamiento abusivo que denunciaban las jugadoras ha sido parte de la Liga desde que fue fundada en 2012. Como también se ha hecho evidente que ni los directivos de los clubes ni los responsables de la Liga han hecho lo suficiente para prevenir esos comportamientos improcedentes.

Figura icónica del fútbol femenino estadounidense, Megan Rapinoe reprochaba a la NWSL a través de Twitter que “ni una sola vez durante todo este tiempo protegió a la persona adecuada”. “Hombres protegiendo a hombres que abusan de mujeres”, escribía Rapinoe en esa red social. La estrella de la selección de EE UU insistía: “Lo diré otra vez, hombres que protegen a hombres que ABUSAN DE MUJERES. Que rueden sus cabezas”.

Con otro tuit, y son legión, la ganadora del Balón de Oro de la FIFA en 2019 cargaba un poco más las tintas y proclamaba: “A todos los que estaban en una posición de poder y que dejaron que esto sucediera, que lo oyeron y lo dejaron estar, que se jodan”. La mujer del pelo rosa calificaba a los responsables de “monstruos” y les animaba a presentar “inmediatamente” sus dimisiones.

Campeona de los dos últimos Mundiales con la selección estadounidense, Alex Morgan acusaba a la NWSL de negligencia y señalaba a la comisionada Baird. Para la actual figura del Orlando Pride, Baird conocía de primera mano las denuncias y no tomó medidas. “La Liga fue informada de estas acusaciones [contra Riley] en múltiples ocasiones y en múltiples ocasiones rechazó investigar estas acusaciones”, escribió Morgan el pasado jueves, también a través de Twitter. En su opinión, la NWSL ha fracasado estrepitosamente “a la hora de proteger a sus propias jugadoras de este abuso”. Morgan, ex de Portland Thorns, donde jugó a las órdenes de Riley, ratifica en el reportaje de The Athletic las acusaciones de dos de sus entonces compañeras, Sinead Farrelly y Meleana Mana Shim.

Según estas últimas, el entrenador las habría obligado a besarse y les habría enviado fotos de carácter sexual no solicitadas; habría cometido abusos verbales contra ellas y les habría menospreciado. Farrelly, que jugó para el técnico en tres equipos diferentes en distintas ligas, relata varios incidentes en los que se sintió forzada a tener relaciones sexuales con Riley cuando era su entrenador en el Philadelphia Independence.

Retirada en 2016, Farrelly expone, en la que es la penúltima sacudida que enfrenta el fútbol femenino estadounidense, que fue coaccionada para tener sexo con Riley en la habitación de su hotel, tras la derrota en la final de la Liga de Fútbol Profesional Femenino (WPSL) en 2011. Según su relato, Riley le dijo: “Esto nos lo llevamos a la tumba”. Shim concluye en su testimonio a The Athletic: “Este tipo tiene un patrón”.

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