Paul George vive en un mundo paralelo en el que sólo él y nadie más que él puede entender. Con los Clippers abiertos a traspasar al alero y romper así un dúo con Kawhi Leonard que ha dado más lesiones que alegrías, los New York Knicks preguntaron por él en el contexto de su búsqueda de una estrella que dé más apoyo a Jalen Brunson aparte de Julius Randle.
Sin embargo, el conjunto neoyorquino colgó rápido el teléfono cuando escucharon las desmesuradas condiciones contractuales que quería George según Alan Hahn de la ESPN: una extensión por 4 años y 220 millones.
Nadie duda de la calidad del alero de 33 años, que va a cobrar 45,6 millones esta próxima temporada y tiene una ‘player option’ para la campaña 2024-2025 por casi 49 millones.
Sin embargo, no es de recibo que pida tal barbaridad cuando no ha llegado a los 60 partidos en las tres últimas campañas por sus constantes problemas físicos, sólo sumando 87 en el conjunto de las dos últimas, en las que además se ha perdido los playoffs.
Cuando ha jugado ha rendido, con 23,8 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias el último curso con un 37% en triples. Pero, con su físico de cristal, lo que pide es absolutamente desorbitado.