Tras la mediación del Consejo Superior de Deportes (CSD), la Liga Profesional de Fútbol Femenino (LPFF) y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) durante la tarde este lunes para abordar la huelga indefinida que anunciaron el pasado jueves las árbitras y que ya se hizo efectiva en la jornada del pasado fin de semana, la primera de la temporada en Primera División.
El CSD emplazaba a última hora de la mañana a la LPFF y a la RFEF a acudir esta misma tarde, a las 17.00 h, en la sede del Consejo, a una reunión para buscar un “acuerdo con carácter urgente y permanente para un comienzo en paz de la competición profesional femenina.”
A la reunión han asistido José Manuel Franco y el director general Albert Soler por el CSD; Beatriz Álvarez por la LPFF, y Andreu Camps por la RFEF, que al mismo tiempo representó a las árbitras, todos acompañados por sus asesores legales.
Las partes expusieron sus posturas y se emplazaron a una segunda reunión este martes en la sede de la RFEF. Una reunión más dentro de la negociaciones que arrancaron hace ya dos meses.
Hasta este momento, las diferencias salariales son notables. Las colegiadas lo fijan en 50.000 euros al año, lo que supone alrededor de 3.750 euros por encuentro. Considerando que hacen un mínimo de 12 ya alcanzaría la cifra de 45.000 euros, que en caso de subir a 15, la mitad de la temporada, ascendería a 56.250 euros por temporada. Esto explica por qué solicitan una sexta parte del sueldo de un árbitro de la Primera División masculina (alrededor de 300.000 euros por temporada) y la tercera parte de un colegiado de Segunda (145.000).
Y luego está la posición de la LPFF, que defiende un sueldo anual entre 24.000 y 27.000 euros por temporada al margen de dietas, viejas etc…