La lucha en un pueblo de Teruel para salvar su última montaña

Estercuel es un pueblo minero de Teruel de tan solo 210 habitantes en el que parece que ha caído un meteorito. Un poco más allá de las casas, pasado el cementerio, hay un gigantesco cráter de una mina a cielo abierto con una profundidad de más de 100 metros. Aquí, la mayor parte del paisaje está desfigurado por la minería; el agujero en el suelo es de una explotación de carbón de Endesa ya cerrada, pero de la carretera del pueblo no paran de salir camiones cargados de arcilla extraída de una montaña contigua que está siendo ahora mismo desmontada. Algunos jóvenes del pueblo lo llaman “Mordor”, como la tenebrosa región de El señor de los anillos. Sin embargo, nunca los habitantes alzaron la voz por el daño al entorno. Hasta ahora.

Guillermo García, en la peña Santana, desde donde se ve el pueblo de Estercuel y su cráter. En el vídeo, las minas de Estercuel a vista de dron.Foto: Clemente Álvarez | Vídeo: Ignacio Izquierdo

Durante cerca de 80 años, cuando los vecinos de Estercuel protestaron fue para defender la continuidad de los trabajos en las minas, pero ahora es muy diferente. Por primera vez, ha surgido un movimiento en el municipio encabezado por los jóvenes que pide parar una explotación por cuestiones ambientales. El motivo es que las máquinas han empezado a comerse su última montaña, la peña Santana (de algo más de 1.000 metros de altitud), la única cercana que queda entera, o al menos, la menos dañada. “Hay mucha gente que no habla por miedo, pero hemos estado mucho tiempo callados: este tipo de minería es pan para hoy y hambre para mañana”, comenta Guillermo García, de 23 años, hijo de minero y uno de los integrantes de la plataforma Estercuel es Futuro, creada en el pueblo para defender esta montaña.

Una excavadora trabaja ya en la peña Santana, con el pueblo de Estercuel
al fondo
IGNACIO IZQUIERDO

Para subir a la cumbre de la peña Santana, hay momentos en los que hace falta trepar por la roca caliza, buscando el camino bueno por su alargada cresta. Guillermo asciende con agilidad, como si conociera cada piedra. “Al menos una vez al año hay que subir, es como una peregrinación”, señala. Desde arriba, se ve el enorme cráter de la antigua mina junto a los tejados del pueblo, las cicatrices de otros desmontes aquí y allá, y los buldóceres que devoran ahora mismo la montaña de al lado, la Costera. “Cuando ves esto desde pequeñito te acostumbras, como si fuera normal, pero la gente a la que traigo alucina”, cuenta este joven que estudia en Teruel y ahora trabaja de conductor de un camión de bomberos forestales. “A pesar de que está destrozado, me emociono cada vez que hablo de mi pueblo”, incide. “Nosotros queremos vivir aquí, pero para eso necesitamos otras alternativas que no sean reventar hasta la última montaña”.

Estercuel, un pueblo rodeado

de minas

Esta localidad de Teruel lleva viviendo de la minería desde hace cerca de 80 años, pero han sido las explotaciones a cielo abierto las que han transformado su paisaje

Mina Elvira

Mina de interior de carbón desde la primera

mitad del siglo XX. Posteriormente se

convirtió en un yacimiento a cielo abierto

Peña Santana

Montaña que ha

empezado a explotar

ahora la empresa Pamesa

Estercuel, un pueblo rodeado

de minas

Esta localidad de Teruel lleva viviendo de la minería desde hace cerca de 80 años, pero han sido las explotaciones a cielo abierto las que han transformado su paisaje

Mina Elvira

Mina de interior de carbón desde la primera

mitad del siglo XX. Posteriormente se

convirtió en un yacimiento a cielo abierto

Peña Santana

Montaña que ha

empezado a explotar

ahora la empresa Pamesa

Estercuel, un pueblo rodeado de minas

Esta localidad de Teruel lleva viviendo de la minería desde hace cerca de 80 años, pero han sido las explotaciones a cielo abierto las que han transformado su paisaje

Mina Elvira

Mina de interior de carbón desde la primera mitad del siglo XX. Posteriormente se convirtió en un yacimiento a cielo abierto

Peña Santana

Montaña que ha

empezado a explotar

ahora la empresa Pamesa

Corta Gargallo

Mina de extracción de carbón que sigue funcionando en la loma de La Costera

Estercuel, un pueblo rodeado de minas

Esta localidad de Teruel lleva viviendo de la minería desde hace cerca de 80 años, pero han sido las explotaciones a cielo abierto las que han transformado su paisaje

Mina Elvira

Mina de interior de carbón desde la primera mitad del siglo XX. Posteriormente se convirtió en un

yacimiento a cielo abierto

Peña Santana

Montaña que ha empezado

a explotar ahora la empresa

Pamesa

Corta Gargallo

Mina de extracción de carbón que sigue funcionando en la loma de La Costera

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El nuevo proyecto de explotación a cielo abierto en la peña Santana, denominada mina Elena, está impulsado por la empresa Pamesa, que ha conseguido una concesión de 20 años del Ayuntamiento de Estercuel para extraer de estos terrenos arcilla y arenas con las que fabricar productos cerámicos, a cambio de 30.000 euros al año. Tras lograr también autorización de la Dirección General de Energía y Minas del Gobierno regional, las máquinas ya están trabajando en la zona desde hace unas semanas. “Reventar la peña Santana cuesta solo 30.000 euros al año”, lamenta Guillermo desde lo alto de la montaña. “¿Eso vale nuestro pueblo?”.

Abajo, en el edificio del Ayuntamiento, el alcalde Joaquín Lahoz (PSOE) defiende la apertura de la nueva cantera. “No estamos a favor de que se desmonte la tierra, pero no nos queda otro remedio, ¿de qué vamos a vivir si no es de esto?”, se pregunta. “Esta plataforma tampoco se dedica a traer empresas por aquí”, enfatiza el alcalde, que asegura que los que protestan son una minoría de vecinos que no viven en Estercuel, sino solo los fines de semana. “Estos jóvenes que están protestando, sus padres han vivido de la mina. El 100% de la gente del pueblo ha vivido siempre de la mina y el que ha vivido de esto no puede quejarse”, sentencia.

Los niños y los jóvenes, los más afectados

Desde 1996, Estercuel ha perdido el 72% de su población menor de 25 años.

Los niños y los jóvenes, los más afectados

Desde 1996, Estercuel ha perdido el 72% de su población menor de 25 años.

Los niños y los jóvenes, los más afectados

Desde 1996, Estercuel ha perdido el 72% de su población menor de 25 años.

A pesar de las palabras del regidor, en un pueblo de 210 habitantes resulta especialmente relevante lo que digan los jóvenes. Pablo Aznar, de 25 años y nieto de un minero que murió sepultado en una mina de interior, se queja: “Estamos volviendo a cometer el mismo error del pasado: destrozar todo para nada”. Según recalca, “con todas las minas que ha habido aquí, este debería ser el pueblo más rico del país, pero no es así”. Andrés Gargallo, de 29 años y también de familia minera, considera que aquellos de Estercuel que viven fuera también tienen derecho a ser escuchados: “Debo todo lo que tengo al trabajo de mi padre en la mina, pero no compensa cargarse el paisaje, y menos por esa cantidad irrisoria”. Edgar Gargallo, de 31 años, critica que “aquí si no es la mina, no saben crear otras alternativas: o trabajas de esto o te tienes que marchar”. “Ya no es lo que está hecho, que tiene difícil solución, sino que están mirando para seguir explotando todo alrededor, solo hay que ver lo que están haciendo con [la montaña de] la Costera, que están cortándola por la mitad”, destaca.

En el pueblo hay más jóvenes que piensan igual, pero solo hablan si no aparece su nombre. “Para cuatro que somos viviendo aquí todo el año, no quiero conflictos”, afirma uno de ellos, de 20 años y también hijo de minero. “Una cosa es generar trabajo y otra explotar todas nuestras montañas, la peña Santana es un monumento para nosotros”, reivindica. La situación resulta especialmente dura para las mujeres. “Para nosotras, la alternativa es todavía más complicada”, comenta una joven de 29 años que sirve mesas como camarera en el pueblo. “En Estercuel las mujeres no trabajan en las minas, al menos con las máquinas, yo tampoco me he presentado, pero no tengo ninguna intención”, afirma rotunda.

Un pastor con su perro, junto al gigantesco cráter de la antigua mina a cielo abierto de carbón.Clemente Álvarez

En realidad, hoy casi nadie trabaja en la mina en Estercuel. En el bar, los jóvenes se mofan de algunos titulares de la prensa que aseguraban que Pamesa iba a crear 100 puestos de trabajo en un municipio de apenas 200 habitantes con la nueva cantera de la mina Elena. Según el alcalde, en realidad se esperan 15 trabajos directos, aparte del empleo para los conductores de los camiones que se llevan la arcilla. Sin embargo, varios de los jóvenes presentes cuentan que les han llamado y han dicho que no. “Para ellos es muy importante poder decir que dan empleo a la gente del pueblo, pero cómo vamos a querer trabajar en algo que no te da ninguna estabilidad, en lo que te pagan menos de 1.300 euros por nueve horas al día y que supone reventar tus montañas”, defiende Guillermo García.

Hay mayores del pueblo que también han dado un paso al frente contra esta forma de minería. Entre ellos, el propio padre de Guillermo, Juan García, que comenzó a trabajar en las minas a los 14 años, con un permiso paterno. Ahora, con 59 y prejubilado desde hace mucho tiempo, asegura que todo se torció cuando se dejó de hacer minería de interior, para explotar los yacimientos a cielo abierto. “La mina de interior no tiene este impacto paisajístico. Cuando trajeron las máquinas nos fuimos todos al paro, y la minería de exterior, con los enormes buldóceres y retroexcavadoras, lo empezó a destrozar todo”.

En la minería de interior se realiza una abertura no muy grande en el suelo y por ahí se va extrayendo el material, trabajando como hormigas a través de galerías subterráneas. En las explotaciones a cielo abierto, las máquinas se llevan directamente toda la tierra. En teoría, luego hay que restaurarlas. Pero en Estercuel lo que ha quedado es un enorme agujero. Para Loli Monzón, de 54 años y mujer de minero, “este cráter es una vergüenza, pusieron cuatro pinos y se marcharon, sin hacer luego ningún mantenimiento, ya se olvidaron”. Según cuenta, cuando llegó al pueblo hace 32 años, había unos 500 vecinos y cantaban una jota que decía: “Rodeado de montañas está el pueblo de Estercuel, es un pueblo muy bonito que pertenece a Teruel”. Hoy, como dice, “la gente se ha ido y la última montaña que nos queda también se la quieren llevar”.

Los cambios en el uso del suelo

de Estercuel

En los últimos 25 años la superficie minera ha aumentado un 93%. Este crecimiento ha sido a costa de zonas agrícolas y terrenos de cultivo en su mayoría.

Zonas de extracción minera

Suelos agrícolas y otros usos

Matorral y otra vegetación

Las zonas de extracción minera ocupan unas 650 hectáreas alrededor del casco urbano.

La peña Santana es hasta ahora una montaña de 1.069 m de altitud sobre el nivel del mar. Su vegetación principal es el matorral.

Los usos del suelo en 1990

Los usos del suelo en 2018

Mina a cielo

abierto

(ya cerrada)

Variación en los últimas 25 años

Variación respecto 1990 en %

Praderas y pastos

Zonas de extracción minera

Bosques

Matorral y otra vegetación

Suelos agrícolas y otros usos

Terrenos de cultivo

Los cambios en el uso del suelo

de Estercuel

En los últimos 25 años la superficie minera ha aumentado un 93%. Este crecimiento ha sido a costa de zonas agrícolas y terrenos de cultivo en su mayoría.

Zonas de extracción minera

Suelos agrícolas y otros usos

Matorral y otra vegetación

Las zonas de extracción minera ocupan unas 650 hectáreas alrededor del casco urbano.

La peña Santana es hasta ahora una montaña de 1.069 m de altitud sobre el nivel del mar. Su vegetación principal es el matorral.

Los usos del suelo en 1990

Los usos del suelo en 2018

Mina a cielo

abierto

(ya cerrada)

Variación en los últimas 25 años

Variación respecto 1990 en %

Praderas y pastos

Zonas de extracción minera

Bosques

Matorral y otra vegetación

Suelos agrícolas y otros usos

Terrenos de cultivo

Los cambios en el uso del suelo de Estercuel

En los últimos 25 años la superficie minera ha aumentado un 93%. Este crecimiento ha sido a costa de zonas agrícolas y terrenos de cultivo en su mayoría.

Zonas de extracción minera

Suelos agrícolas y otros usos

Las zonas de extracción minera ocupan unas 650 hectáreas alrededor del casco urbano.

Matorral y otra vegetación

La peña Santana es hasta ahora una montaña de 1.069 m de altitud sobre el nivel del mar. Su vegetación principal es el matorral.

Los usos del suelo en 1990

Los usos del suelo en 2018

Mina a cielo

abierto

(ya cerrada)

Variación en los últimas 25 años

Praderas y pastos

Zonas de extracción minera

Bosques

Matorral y otra vegetación

Suelos agrícolas y otros usos

Terrenos de cultivo

398

654

6.257

30.112

2.121

41.552

Los cambios en el uso del suelo de Estercuel

En los últimos 25 años la superficie minera ha aumentado un 93%. Este crecimiento ha sido a costa de zonas agrícolas y terrenos de cultivo en su mayoría.

Las zonas de extracción minera ocupan unas 650 hectáreas alrededor del casco urbano.

Zonas de extracción minera

Suelos agrícolas y otros usos

Matorral y otra vegetación

La peña Santana es hasta ahora una montaña de 1.069 m de altitud sobre el nivel del mar. Su vegetación principal es el matorral.

Los usos del suelo en 1990

Los usos del suelo en 2018

Mina a cielo

abierto

(ya cerrada)

Variación en los últimas 25 años

Praderas y pastos

Zonas de extracción minera

Bosques

Matorral y otra vegetación

Suelos agrícolas y otros usos

Terrenos de cultivo

398

654

6.257

30.112

2.121

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Rosa Muñoz, de 58 años, hija y mujer de minero, recalca la poca concienciación que había antes con el paisaje. “Callas porque hay mucha gente que depende de esto, pero ahora no trabaja nadie en el pueblo”, incide. “La plataforma de los jóvenes ha dicho: ‘Hasta aquí hemos llegado’, me parece muy bien, les apoyamos”, asegura.

Como en los viejos tiempos en los que los mineros se movilizaban para defender los puestos de trabajo, también está con los jóvenes José Antonio Rodríguez, de 69 años, 17 de ellos como picador en la mina de interior: “Yo creo que esta forma de minería no merece la pena, pues lo que dejas a la gente del futuro es miseria”.

En uno de los escritos de respuesta a las alegaciones a la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto en la peña Santana, la empresa Pamesa argumenta que “el entorno de Estercuel es una cuenca minera donde desde hace varias décadas se ha explotado carbón y arcillas en innumerables concesiones, por lo que en el entorno de la mina Elena podemos observar la existencia de gran cantidad de concesiones”. “Es un área muy antropizada y desnaturalizada, donde se ha conformado un paisaje minero a lo largo de los años con las explotaciones que están activas, las ya restauradas o en proceso de restauración y en el que la apertura de la mina Elena no supone más que dar continuidad a la tradición minera y al paisaje minero de la zona”, expone la compañía.

Para Guillermo, que afirma que el 90% de los jóvenes del pueblo está en contra de la cantera en la peña Santana, se trata justamente de eso: “Efectivamente, aquí ya hay muchas explotaciones a cielo abierto, no queremos más”. Estos hijos y nietos de mineros respetan mucho su pasado, pero no tragan con lo de dar continuidad al paisaje minero. Como inciden en el manifiesto de la plataforma, “estamos orgullos de nuestras familias mineras, no de vuestras minas”.

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