Un 78% de las empresas europeas saben lo que es la inteligencia artificial. El 15% no lo tiene claro. Y un residual 7% afirman no saber lo que es. Así lo revela la encuesta a más de 9.000 negocios desarrollada por Ipsos para la Comisión Europea. “La conciencia de la inteligencia artificial es casi universal”, sentencia el documento. Pero una cosa es saber que existe y otra ponerla en práctica. De cada cinco empresas, dos usan al menos una de estas tecnologías, una se propone usarlo y dos ni las usan ni tienen pensado hacerlo. En este último grupo, España se coloca por encima de la media europea. Más de la mitad de las compañías encuestadas (un 51%) no albergan ninguna intención de subirse al carro de la inteligencia artificial. “Es un dato negativo y preocupante, porque es un pilar de la transformación digital y un punto de ventaja competitiva importante”, advierte Pablo Moreno, director de la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología (ESIT) de UNIR.
No usan inteligencia artificial ni planean hacerlo
El estudio, que es además la primera encuesta a escala europea sobre la aceptación de la inteligencia artificial por parte de las empresas, sitúa el origen de estas reticencias en las barreras internas con las que topan tanto quienes ya usan herramientas de este tipo como quienes renuncian a incorporarlas. La falta de habilidades de inteligencia artificial (programación, big data, robótica) en el mercado laboral contribuye al desaliento de un 56% de las empresas españolas, que se sitúan un punto porcentual por debajo de la media europea. Y los costes de implementación de estos sistemas complica aún más las cosas para un 66% de los negocios nacionales y un 52% de los europeos.
“Es evidente que los costes de acceso son altos, pero es importante plantearse estas inversiones lo antes posible. Para las empresas pequeñas el reto es grande, por lo que tendrán que buscar aliados en esta transformación digital, ya sea en la forma de partners tecnológicos o de agrupación sectorial para repartir costes”, razona Moreno. Por otra parte, en el caso de España, un 44% de las empresas identifica la complejidad de los algoritmos y las consiguientes dificultades para entenderlos y confiar en ellos como parte del problema. Y las barreras externas como la falta de regulación, datos y financiación pública, aunque menos decisivas, también contribuyen a frenar la adopción.
Un 42% de las empresas europeas utilizan al menos una herramienta de IA
¿Estamos en posición de superar estos obstáculos? Moreno se muestra moderadamente optimista: “Se está democratizando también el acceso a los servicios de inteligencia artificial. Las principales compañías tecnológicas ofrecen plataformas de inteligencia artificial para su uso por terceros, lo cual reduce mucho las barreras de entrada. Sigue siendo complejo, pero cada vez menos, y algunas empresas pueden sorprenderse de lo mucho que se puede conseguir con muy poco”. De hecho, a nivel europeo, la principal estrategia para la incorporación de estas tecnologías es optar por algún tipo de externalización, ya sea a través de la compra de plataformas más generalistas (59%) o la contratación de terceros que las desarrollen a medida (38%). Solo un 20% abordan el proceso con profesionales de la casa.
Las pioneras
En cuanto a las empresas que sí han dado el paso de incorporar estos sistemas, la encuesta revela que un 42% de las empresas europeas estarían utilizando al menos una herramienta de inteligencia artificial (un 40% en el caso de España). Automatización de procesos, detección de anomalías y visión artificial son las tareas más extendidas, pero las diferencias en este área son menores. “La adopción es aún relativamente baja, con cada tecnología en tasas de adopción del 13% o menos, pero esto también indica la diversidad de tipos de tecnologías de inteligencia artificial que están empleando las empresas europeas”, matiza el documento. Además, cada sector tiene sus particularidades. En agricultura y pesca, por ejemplo, son más aceptadas la visión artificial y las máquinas autónomas; mientras que los suministradores de electricidad y agua se decantan por la automatización y optimización de procesos, que también es el par favorito de quienes gestionan residuos. En finanzas, por otro lado, cobra importancia la posibilidad de detectar anomalías y hacer predicciones.
Por tamaño, las empresas más avanzadas son, para sorpresa de nadie, las más grandes. Por un lado, tienen más recursos para abordar estos procesos; por otro, su potencial para beneficiarse de ellos es superior, puesto que sus economías de escala y retornos de inversión son mayores. Un 55% de las empresas europeas de más 250 empleados han adoptado alguna herramienta basada en inteligencia artificial, frente al 38% de las microempresas. En España, las empresas medianas -entre 50 y 249 empleados- llevan la delantera, con un 57%, mientras que las pequeñas y las microempresas se quedan en un 28% y un 31%, respectivamente. “Las empresas más pequeñas pueden pensar que esto no les afecta o que no es para ellos, pero en los próximos 10 años vamos a vivir transformaciones muy profundas en varios sectores, y las empresas que no estén preparadas van sufrir mucho para competir con las que sí lo estén. Esto además lo hemos vivido profundamente en el sector del comercio, donde el comercio tradicional que pudo pensar que no les afectaba la entrada de las grandes plataformas online, y sí les ha afectado de forma dramática”, señala Moreno.
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