“No vas a tener una motocicleta hasta que te marches de casa”. Y cuando cumplió los 18, se fue.
Patricia Fernandez (sin acento), de 36 años y de Tulsa, Oklahoma, tenia claro que quería correr. La sensación de velocidad yendo al límite le sedujo desde que, con el primer sueldo, se compró una Suzuki GS500F de segunda mano por 4.000 $ (3.777 euros).
Confesa que “fui adicta desde el primer día” una vez que salió a correr. Luego, tras competir en carreras de clubes, sus amigos la convencieron de probar las carreras profesionales. Patricia pensó que no podría lograrlo. “Lloré la primera vez que lo hice”, pero calificó. Y después de convertirse en profesional, los equipos en los EE. UU. y en el extranjero la invitaron a competir.
Ahorró durante más de seis meses y se compró un mono de cuero y unas botas por eBay. El 10 de abril de 2010 fue su primer día de pista en Summit Point, West Virginia. “Simplemente me encantó. Fue increíble y adictivo. Así que seguí haciendo días de pista y luego los amigos dijeron, deberías pensar en las carreras”.
En 2018 estableció el récord de velocidad por una mujer en el GP del Ulster, en el circuito urbano de Dundrod. Maria Costello tenía el récord anterior con 188.29 Km/h en una 1000. Subió el listón a 189.9 km/h con una Yamaha 600 y desde entonces fue batiendo su propio récord: 192.48 km/h en 2017 y en 2018 puso su Kawasaki ZX-10 a 194 km/h1.
Desde que en 2012 debutó profesionalmente en Jersey ha estado compitiendo en el circuito de MotoAmerica en carreras de carretera con una Superbike. A menudo, ha saltado de las superbikes a sidecars, de motos de cross en dirt tracks hasta una nueva categoría en el circuito: las carreras de Bagger Racing League (BRL) y King Of The Baggers (KOTB) donde las Harleys e Indians van equipadas con los clásicos maletines con el consiguiente augmento de peso de las motocicletas.
En la King of the Baggers 2021 su equipo, Saddlemen, cambió la Harley Davidson por una Indian Challenger y se convirtió, con su 1’60 metros de altura en la primera mujer en competir en esta disciplina. Estas motocicletas pesan unos 288 kilos mientras que una Superbike puede alcanzar los 185 kg.
Una motocicleta King of the Baggers, casi tiene que ser tratada como una moto de motocross, dice . “Los corredores pueden maximizar el ángulo de inclinación sin raspar las cajas del motor y los escapes si se sitúan en la posición correcta” puntualiza.
Lee también
Correr en un mundo de hombres
El otro obstáculo poco tiene que ver con la moto. Patricia Fernandez, siendo la única corredora femenina de KOTB, necesita un traje con elementos de seguridad específico para mujeres. E incluso con más mujeres conduciendo motocicletas, su equipamiento está, en cierto modo, un paso por detrás del de los hombres. “Muchos trajes femeninos no son compatibles con las airbags ”, dice. Dice que usa botas de hombre y guantes de hombre “porque están mejor acolchados y son más atrevidos”.
Aunque lo más importante es que lo ha hecho todo en un mundo donde la mayoría de los corredores profesionales (si no todos) son hombres.
“En las carreras de motos, no hay diferencia física y mental entre una mujer y un hombre” confiesa. “Es parte de lo que me atrae. Es uno de los únicos deportes que quedan en el mundo que no tiene prejuicios de género”. Reconoce que no recibe ningún trato especial y que se rige por las mismas reglas y regulaciones que los otros pilotos.
“A algunos pilotos y personas del motor no les gusta, pero para mí es increíble. Sé que me he clasificado igual de bien que los hombres y soy igual de rápida y digna de estar allí. Cada año hay más y más mujeres en este deporte. El mundo del motor está cambiando”.
Carrera de modelo y patrocinios
Con la etiqueta en las redes sociales @lady_Racer926 publicita sus carreras y sus logros así como sus sesiones en bikini o para marcas comerciales. Dice: “Soy una mujer y también soy piloto. Necesitas promocionarte a ti mismo. Tienes algo que nadie más tiene”.
Para conseguir patrocinios que le permitan seguir compitiendo y labrarse una carrera paralela, admite que “así es como funciona el mundo”.
Y argumenta que “un piloto hombre podría ser un segundo más rápido, pero si este otro corredor tiene 100.000 seguidores en las redes sociales, lo más probable es que obtenga el patrocinio antes que el otro corredor”.