Jenny Montaño con el centrocampista venezolano Mijail Aviles en una fotografía después del campeonato.Cortesía
Corría el minuto 94 con 57 segundos en la Caldera del Diablo. Alejandro Medina se desplaza por la banda izquierda de la cancha de fútbol y realiza un cruce al centro del área buscando al goleador Martín Prost. Quedaban tres segundos para terminar los cinco minutos de adición que el árbitro había otorgado. El resultado parcial marcaba un 2-2 entre Independiente Petrolero y Guabirá, equipos de Sucre –la capital constitucional de Bolivia–, y Santa Cruz –departamento ubicado al este del país–, respectivamente.
Otros partidos en distintas ciudades se jugaban simultáneamente y, por los resultados, Independiente necesitaba un gol para ser campeón del fútbol profesional boliviano. El pase bombeado de Medina llega para el remate de Prost, que no logra impactar con fuerza el balón. El arquero Saidt Mustafá rebota el disparo y aparece el volante Juan Godoy para empujarla al fondo de la red. Es el minuto 95 con un segundo. Por una fracción de segundos, El Matador, uno de los apodos de Independiente Petrolero, logra una hazaña sin precedente en el balompié nacional. Tras 17 años en segunda división, consiguió el ascenso a primera y el campeonato en su primer año.
Al otro lado de la cancha, en medio de los aficionados, Jenny Montaño, de 37 años, seguía a Independiente con “mucho nerviosismo”. Los últimos minutos no podía ver el partido. Solo miraba al cielo y decía: “Señor, que sea tu voluntad”. Quizá la escuchó y la mano de Dios hizo presencia durante esa fracción de segundos en La caldera del diablo, como se le conoce al estadio Gilberto Parada del municipio de Montero, y le concedió el primer título en su historia al club capitalino, además de un momento que ella “no podrá olvidar nunca”, según admite.
Montaño no es solo una aficionada más. Ese memorable 13 de diciembre de 2021, vestida de rojo y blanco –los colores de su equipo–, saltando y arengando con la hinchada, hizo historia junto al “club de sus amores”, convirtiéndose en la primera mujer a la cabeza de un equipo profesional en obtener el máximo título liguero del fútbol masculino de Bolivia. “Con base en el trabajo, humildad, sencillez, amor a lo que uno sabe hacer, la dedicación de los jugadores y del cuerpo técnico, el cumplimiento de los dirigentes, es este logro”, afirmó la dirigente deportiva que obtuvo la primera estrella sobre el escudo de El Matador.
Sin embargo, los festejos duraron poco. Tras la llegada de Independiente a Sucre, la mañana del 14 de diciembre, en una caravana con un centenar de autos portando banderas rojiblancas desde el aeropuerto a la ciudad, una distancia de 30 kilómetros, y una recepción multitudinaria, Montaño y su equipo retornaron al trabajo por la tarde para renovar a jugadores y al cuerpo técnico antes de que termine el año. Tras varios días de insistencia, a través de Zoom, la presidenta del club concedió una entrevista a EL PAÍS. Vestía un suéter rojo de Independiente y con un poco más de calma por todo el movimiento del cierre de gestión y los festejos, pudo hablar sobre su tiempo a cargo del equipo. “Nadie pensaba que podíamos ser campeones. En algún momento, incluso, nos dijeron que íbamos a estar peleando el descenso, nunca confiaron en nuestra capacidad como club y como dirigentes de poder llevar este proceso adelante”, afirma la presidenta del club.
Jenny Montaño durante una celebración por el campeonato en 2021.Cortesía
Montaño es propietaria de una farmacia, tiene una empresa de catering con su familia y, a la par, también trabaja como concejal municipal de la ciudad de Sucre. Recuerda que desde pequeña le inculcaron “trabajar mucho”. “Estoy acostumbrada”, dice. Desde niña ayudaba a su madre con la panadería que tenían y en un pequeño restaurante que lograba atender entre 100 y 120 personas diarias. Es una mujer a la que le gustan los retos. Inició hace cuatro años en el club como tesorera, pasó a la secretaría general y asumió la presidencia en 2020, el año que consiguieron el ascenso a la liga profesional. “Nos costó bastante, fueron cuatro años que luchamos para tratar de ascender, pero no se podía”, recuerda.
Las lecciones de Montaño
Antes de Montaño estuvo Inés Quispe, quien fue la primera mujer boliviana en presidir un club de fútbol del país. La empresaria alteña estuvo a cargo del equipo de The Strongest. Actualmente, junto a la mandamás de Independiente también figura en un alto puesto de mando Danitza Soliz, que está a cargo del club Real Tomayapo. Roxana Pomier, editora de la sección de deportes del diario Página Siete, afirma que entrar a un mundo exclusivo de hombres no es fácil, porque creen que es un espacio reservado para ellos y que nadie más tiene cabida. Y ese es el “valor” de Montaño. “Su logro sirve para visibilizar la presencia de las mujeres en este deporte. Ha demostrado que se puede hacer gestión y que se puede conseguir un título como ella lo ha conseguido, con una planilla de 85.000 dólares, comparándolo con otros equipos como Bolívar, Always Ready o The Strongest, que se gastan ese monto en uno o dos jugadores. Montaño ha dado varias lecciones”, precisa Pomier.
Para la periodista deportiva y comentarista de la liga boliviana de fútbol, Carla Saucedo, uno de los pilares fuertes que ha sostenido el éxito de Montaño es haberse rodeado de personas que saben gestionar. Los problemas, según Saucedo, vienen cuando hay un mando y toma de decisiones unilaterales.
Montaño dice que no hay un secreto para la hazaña conseguida. Lo único que surtió efecto, según explica, es el trabajo en conjunto, que involucra al directorio, cuerpo técnico, comisión técnica, un modelo de toma de decisiones “para el bien del club” durante las últimas dos gestiones. Lo que sí destaca es la parte económica: “No es fácil tener un club con deudas. En 2020 no tuvimos deudas, y en 2021 de la misma manera. Si tenemos tranquilidad en lo económico, creo que vamos a ir adelante con más paciencia, con mesura, eso es lo que ha hecho el club Independiente y es lo más importante”.
Tanto Pomier como Saucedo coinciden que este trabajo en conjunto que le dio éxito se pondrá a prueba esta gestión. Esto debido al premio económico otorgado por la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) por la clasificación a la Copa Libertadores, un monto de alrededor de tres millones de dólares. Sin embargo, Saucedo considera que la posición de la mandamás de El Matador es bastante coherente e inteligente respecto a la administración del dinero. “Me parece responsable no acceder a sueldos imposibles y tener responsabilidad en las contrataciones que está haciendo; y no ceder ante montos que sobrevaloran el fútbol boliviano. Deja entender que la gestión que está haciendo no es para dejar al club quebrado de aquí a un par de años”, agrega Saucedo.
Montaño proviene de una estirpe futbolera. Algunos de sus recuerdos “más lindos” provienen de este deporte junto a su padre y hermano, ambos exjugadores, siempre acompañándolos. Ve con optimismo el año 2022 y la participación del club que preside en la Copa Libertadores. Incluso se anima a decir que le gustaría coincidir con el River Plate argentino en la fase de grupos y poder ver lleno el Estadio Patria de Sucre. Consciente de sus desafíos, afrontará una nueva gestión liderando al “club de sus amores” que tantas alegrías y “hermosos recuerdos” le dio al lado de su familia: “Se han roto algunas barreras que nos ponían algunos varones. Se ha demostrado que una mujer puede estar a la cabeza y como mujeres tenemos que ser constantes, persistentes, llenas de fe, con muchas ganas de superación y así lo vamos a lograr. Lo más importante es la perseverancia. Si algo nos golpea tenemos que levantarnos, tiene que ayudar a superarnos y fortalecernos más”.
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