El pasado 25 de enero fue la primera vez que dos mujeres arbitraron juntas un partido de la NBA. Natalie Sago y Jenna Schroeder formaron parte del trío arbitral del encuentro que enfrentó a Charlotte Hornets y Orlando Magic. Hicieron historia. Pero todavía hay camino por andar.
La NBA es la campeona en diversidad entre las grandes competiciones masculinas de Estados Unidos. En lo que respecta a la contratación de mujeres en toda su estructura, obtuvo una B en el estudio que realiza habitualmente el Instituto de la Diversidad y Ética en el Deporte (TIDES). Sus compañeras, la NFL (fútbol americano) y la Liga Mayor de Béisbol obtuvieron una C (las puntuaciones son de A + a F).
A día de hoy, hay cinco mujeres con contrato a tiempo completo como colegiadas en la NBA, pero el porcentaje de mujeres contratadas en labores relacionadas con el arbitraje ascendió de 29 a 33 en 2020, lo que quiere decir que un 22.4% del personal destinado a esta tarea, que se cifra en total en 147, son mujeres.
El aumento desde 2006 ha sido de más del 20% pues en esa fecha, cuando se empezó a contabilizar el estudio del TIDES tan solo había una árbitra: la pionera Violet Palmer que en 1997 pitó su primer choque entre Vancouver Grizzlies y Dallas Mavericks y se retiró en 2016 por una lesión tras haber participado en 919 partidos.
La forma que tiene un colegiado de llegar a la NBA es pasando por la Liga de Desarrollo, donde 25 de 63 jueces son mujeres o por la WNBA, donde la cifra de árbitras fue 11 de 27.
Algo similar sucede en España y en Europa, pues la vía para llegar a la Liga Endesa es a través de la LEB Oro o la Liga Femenina Endesa, lo que se conoce como el grupo 1 de la Federación Española de Baloncesto (FEB). Es el caso de Yasmina Alcaraz, que en la 2019/2020 dio el salto a la ACB tras llevar dos años en dicho grupo.
Alcaraz y Esperanza Mendoza son las dos únicas mujeres en la primera división masculina y siguen la estela marcada por Pilar
Landeira, que debutó en 1992 y se retiró en 2004 y Anna Cardús que estuvo activa entre el 2003 y el 2018.
Esto significa que hoy en día y durante lo que llevamos de siglo, el porcentaje de mujeres árbitras en esta competición ha sido de un 5%, una valor que no ha mejorado en los últimos 20 años, sin embargo, sí lo ha hecho en competiciones como en la Liga Femenina
Endesa.
Al igual que sucede en Estados Unidos, en las ligas femeninas la presencia tanto de árbitras como de entrenadoras o directivas es mucho mayor que en las competiciones masculinas. Frente a ese 5% de la ACB el grupo 1 de la Federación Española de Baloncesto cuenta con un 11% de mujeres. De los 105 colegiados disponibles, 11 son féminas.
Además, en este estamento de la FEB, en diciembre de 2018 se rompieron dos barreras, pues el trío arbitral estuvo conformado por tres árbitras en dos encuentros, uno de Liga Femenina Endesa (Spar Girona- Perfumerías Avenida) y otro de LEB Oro (Carramimbre Valladolid-Tau Castelló).
Sin ir más lejos, en la final de la Copa de la Reina que alzó este domingo el Spar Girona en Valencia, dos árbitras, Sandra Sánchez y Paula Lema completaron el trío de jueces junto a Enrique López.
Ese 11% es similar al del grupo 2 de la Federación Española de Baloncesto que se encarga de las competiciones LEB Plata, Liga Femenina 2 y Liga EBA. En cuanto a la Euroliga, a día de hoy tan solo hay una mujer en activo, la alemana Anne Pathner, de un total de 70 colegiados.
La cosa cambia cuando hablamos de los oficiales de mesa pues solo en la comunidad de Madrid, 7 de los 9 auxiliares de ACB son mujeres y esto es una tendencia similar en el resto del territorio español.
El arbitraje depende de las federaciones autonómicas, cada colegiado se inscribe en su comunidad autónoma y es por eso que desde los últimos años se han realizado numerosas formaciones y jornadas sobre el fomento de la participación de la mujer en estas instituciones regionales.
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