La narcolancha semisumergible de ‘El Cojo’, una creación ‘made in Spain’

El Cojo podía pasar por un tipo del montón. Un hombre de más de 50 años, con una minusvalía —de ahí su apodo—, ni especialmente rico, ni con ganas de aparentar. “No tenía mucho dinero, porque los españoles rara vez lo tienen”, asegura un investigador que le siguió de cerca. Pero esa fachada de señor corriente ocultaba su principal cualidad, la de ser un conseguidor con contactos aquí y allí en los submundos de la coca. El Cojo ya había demostrado hace 12 años que era bueno en lo suyo, pero le faltaba un giro de tuerca: ser capaz de construir la primera narcolancha semisumergible de España con capacidad para introducir hasta dos toneladas de cocaína por el puerto de Málaga.

En esas estaban él y los suyos cuando la Policía Nacional le detuvo el pasado mes de febrero en el aeropuerto de Barcelona-El Prat, dispuesto a fugarse a Holanda. En el equipaje, El Cojo — llevaba buena parte de la documentación que le incrimina como el supuesto máximo responsable de la organización internacional de tráfico de drogas que estaba ultimando la fabricación de esa “lancha semicabinada” única en España. El artefacto tiene nueve metros de eslora, tres de manga y tres de calado, y está valorado “en un millón de euros”, según ha precisado el comisario general de Policía Judicial, Rafael Pérez. Junto al máximo responsable del artefacto acuático que aún no había sido echado al agua, han sido arrestadas otras 51 personas, de las que 30 ya han ingresado en prisión.

El hallazgo de la embarcación se produjo también el pasado mes de febrero en una nave industrial de Monda —un pueblecito malagueño de apenas 2.690 vecinos— y sirve para dar por amortizada la organización, investigada el marco de una amplia investigación policial internacional iniciada “hace un año y medio”, según ha precisado Pérez. Aunque el operativo se ha presentado este viernes en un desguace de San Roque (Cádiz), la policía establece el centro operativo de la banda entre Tarragona y Barcelona. En esta primera provincia, los agentes localizaron “un sofisticado laboratorio clandestino preparado para la extracción y procesamiento de cocaína, además de 12.000 litros de precursores, con una capacidad de producción de 750 kilos al mes de droga”, según recoge la nota policial.

Frente a la intervención en las costas gallegas en noviembre de 2019 del primer narcosubmarino detectado en Europa de casi 20 metros de eslora con 3.000 kilos, en este caso se trata de una embarcación mucho más pequeña que estaba siendo adaptada, presuntamente, para poder sumergirse mientras transportaba droga. No obstante, fuentes de la operación, apuntan que “estaba sin terminar y no había sido echada al agua ni testada”. La clave de esta intervención es que, así como el semisumergible gallego había sido construido en la selva colombiana, en algún astillero de la zona de Leticia, en este caso estaría siendo construido en España, lo que supone un salto cualitativo en las estrategias de los narcotraficantes.

A la semisumergible de fibra de vidrio construida sobre el casco de una planeadora solo “le faltaban los medios eléctricos”, según ha precisado Pérez. La idea de los investigados era botarla desde Málaga para que viajase hasta una “nave nodriza” en alta mar en la que transbordar las hasta dos toneladas de cocaína que podía transportar hasta tierra. De haber funcionado el invento —ya visto hace años en América latina— la lancha habría pasado desapercibida al llevar la mayor parte de su casco bajo el agua.

La macrooperación, llamada Ferro y coordinada desde la Unidad central de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO), ha permitido desmantelar una organización internacional dedicada a producir, adulterar y distribuir cocaína, hachís y marihuana. “Disponían de la infraestructura y la logística necesarias para transportar importantes cantidades de estupefacientes (embarcaciones, naves industriales, camiones, etcétera), localizándose concretamente en Cataluña tanto los principales investigados como los centros de procesamiento”, explican fuentes policiales.

En la cúspide de la organización se encontraba El Cojo, que responde a las iniciales de F.E.C., con antecedentes por participar del tráfico de cocaína gallego en 2009, según han apuntado fuentes del caso. “Su papel consistía en hacer de intermediario entre empresas españolas y colombianas con experiencia en importación y exportación para organizar los transportes de la cocaína”, ha apuntado el mismo investigador. Además de El Cojo, figuran otros españoles, además de colombianos y dominicanos investigados, nacionalidades mayoritarias de los detenidos.

Sustrato de coco

La fórmula utilizada por los narcotraficantes para enviar la droga era mezclarla con sustrato de coco. “Entre los meses de abril y diciembre de 2020 se produjeron en Colombia sucesivas incautaciones de cocaína oculta y disuelta en mercancía legal ―concretamente en sustrato de coco, torta del palmiste y yeso agrícola― cuyo destino final era España, a través de Reino Unido y Bélgica”, ha explicado Pérez. “En todos los casos, gracias a la colaboración entre la Policía Nacional de España y la Policía Nacional de Colombia, se intervinieron contenedores pertenecientes a una empresa que transportaban bultos cuya mercancía estaba contaminada con cocaína. El total de las aprehensiones arrojó un total de 2.900 kilos de estupefaciente”, detallan.

La investigación se ha llevado a cabo en cuatro fases. La primera se realizó en noviembre de 2020, cuando los agentes localizaron los domicilios de los principales miembros de la organización en la localidad de Tarragona. Al mismo tiempo, realizaron un dispositivo policial simultáneo que concluyó con otros seis registros domiciliarios en diferentes puntos de Tarragona y con 13 detenciones. En Tarragona, investigadores localizaron una “cocina” en una vivienda donde incautaron 15 kilos de clorhidrato de cocaína dispuestos en bloques y listos para su distribución al por mayor, así como 60 kilos de cocaína junto a diferentes sustancias químicas (precursores), e intervinieron 13.000 euros en metálico.

La segunda fase tuvo lugar el pasado mes de febrero, cuando los agentes detectaron otra rama de la organización asentada en la Costa del Sol y pillaron a El Cojo intentando huir por El Prat. “Observaron que su principal actividad consistía en el tráfico de estupefacientes a través del Estrecho de Gibraltar e interceptaron un envío de hachís con destino a Francia e Italia en el peaje de Salou (Tarragona)”, señalan. El resultado fue la incautaron 583 kilos de hachís, la intervención de 12.000 euros en metálico y la detención de otras cuatro personas. “Creemos que empleaban el tráfico de hachís y de marihuana para financiar el de la cocaína”, ha explicado el comisario Pérez.

Fue precisamente en esos cinco registros realizados en Málaga donde localizaron, en la nave ubicada en Monda, la embarcación semisumergible acondicionada para el tráfico de grandes cantidades de droga. “Los agentes han realizado un total de 47 registros ―Tarragona, Barcelona, Gerona, Málaga, Castellón, Valencia, Murcia, Cádiz, Granada y Badajoz― donde se han intervenido más de 400 kilos de cocaína, 700 kilos de hachís, más de 100.000 euros en efectivo así como una lancha de fibra de vidrio ―de 15 metros de eslora― valorada en 300.000 euros”, enumera la nota policial. En los dispositivos policiales han participado más de 300 agentes y han contado con la colaboración de las autoridades colombianas, holandesas, portuguesas, la NCA británica, la CBP de EE.UU y EUROPOL bajo la denominada operación Taurona II. La investigación ha sido coordinada, en funciones de dirección y tutela, por la Fiscalía y el Juzgado de Instrucción número 3 de Tarragona.


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