La NBA ha llegado a un acuerdo con el sindicato de jugadores de la liga (NBPA) para extender hasta septiembre la ventana de 60 días que tiene la liga para terminar el convenio colectivo (CBA) por causa de fuerza mayor. La pandemia del coronavirus está llevando al límite la economía de la NBA, y sin un acuerdo entre ambas partes será complicado que la liga no pulse el botón de punto y final.
La NBA podría haber renunciado al actual convenio y al pago de los salarios de los jugadores si hubiera decidido argumentar la causa de fuerza mayor por culpa de la pandemia. Con esta decisión, la liga se da hasta septiembre para estudiar opciones y los jugadores mantienen una cierta seguridad económica durante unos meses más.
El comisionado NBA, Adam Silver, describió el pasado viernes el complejo panorama para la competición en los próximos años, se reanude o no la presente campaña. “Este CBA no está construido para una pandemia extendida”, comentó el mandatario a los representantes de los jugadores, según una grabación de voz obtenida por la ESPN. “No hay ningún mecanismo en él que funcione para situar un límite salarial bajo estas condiciones de incertidumbre; cuando nuestros ingresos podrían ser 10 000 millones de dólares o 6 000. O menos”.
A pesar de las malas previsiones, hay optimismo en la NBA y la unión de jugadores sobre la base de un acuerdo para solventar los asuntos económicos entre ambas partes y en cómo ciertos aspectos del acuerdo económico van a ser modificados de cara al futuro, empezando por el límite salarial de la temporada 2020-2021 y la horquilla de las tasas de lujos de las franquicias.
El actual convenio colectivo caduca en 2024, pero ambas partes pueden renunciar al mismo en 2023. La actual extensión de las cláusulas del CBA permiten a ambas partes seguir buscando el camino para volver a jugar esta temporada.
En la llamada entre jugadores y el comisionado, Silver explicó a los deportistas que un 40% de los ingresos de la liga provienen de los ingresos de entrada, consumiciones y otras actividades durante los partidos. Ante una más que posible reanudación sin aficionados, también de cara a la próximo campaña, el mandatario quiere dejar claro que los ingresos serán considerablemente menores en cualquier caso. La NBA y la NBPA se reparten todos los ingresos relacionados con el baloncesto (BRI) entre ambas partes, un 51% para la liga y un 49% para los profesionales.
Con los números en la mano, más de veinte franquicias podrían verse afectadas por la reducción del límite salarial y la tasa de lujo, lo que las situaría en una posición financiera delicada. Por ejemplo, según las estimaciones de la liga, los Golden State Warriors podrían pasar de pagar 45 millones de dólares de penalización a desembolsar 160, una cifra que evidentemente no quieren soportar los dueños de las franquicias. El panorama, sin duda, es complicado.
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