La NBA lo ha dejado bien claro: está contra los traspasos de James Harden y Damian Lillard. El comisionado de la liga estadounidense, Adam Silver, abordó el tema en rueda de prensa el miércoles. Silver clama porque ambas estrellas se queden en sus respectivos equipos, los Philadelphia 76ers y los Portland Trail Blazers:
“En términos de petición de traspaso, por supuesto, no me gusta”, empezó contestando el máximo responsable de la NBA. “Como liga, queremos que jugadores y equipos cumplan sus contratos. Estoy pendiente de la situación en Portland y Philadelphia, y espero que se solucione a la satisfacción de todos antes de que empiece la temporada. Estoy contento de que las cosas parecen haberse calmado, por lo menos en términos de discurso público”, dijo el comisionado en declaraciones recogidas por Sports Illustrated.
A Silver tampoco le gustaron las peticiones de traspaso de Irving y Durant
La NBA ha ido endureciendo su discurso con las demandas de traspaso de las estrellas hasta oponerse frontalmente. En febrero, Adam Silver definió esta conducta como “corrosiva” en el contexto de la marcha de Kyrie Irving y Kevin Durant rumbo a Dallas y Phoenix y el nuevo convenio colectivo incluye una suspensión y/o multa de hasta 150.000 dólares a los jugadores que hagan peticiones de traspaso públicamente.
De hecho, aunque de momento sin sanciones, la NBA ya ha intervenido en los culebrones de Lillard y Harden. En el caso del primero, pidió explicaciones al base de los Blazers y su agente, Aaron Goodwin, después de que ambos manifestaran abiertamente que los Miami Heat eran el destino preferido. En cuanto a la ‘Barba’, la liga puso en marcha una investigación en agosto después de que la estrella de los Sixers llamara públicamente “mentiroso” al Presidente de Operaciones de la franquicia, Daryl Morey.
A pesar de los deseos de la NBA y de que Damian Lillard y James Harden lleven unas cuantas semanas sin pronunciarse sobre sus traspasos, la situación de ambos está lejos de resolverse con las estrellas y los equipos enrocados en sus posiciones.
Lillard, buscando a la desesperada su primer anillo como Harden, tiene claro que quiere jugar en un equipo que le permita pelear por el título pero el General Manager de los Blazers, Joe Cronin, se mostró tajante asegurando que la operación podía tomar “meses”, pues Portland no va a a completar ningún traspaso que no satisfaga sus intereses como franquicia.
Lo de Harden en los Sixers va camino de complicarse como lo de Ben Simmons
En una tesitura similar se halla James Harden, aunque en su caso la situación es aún más tensa al estar completamente rotas las relaciones con Morey. La ‘Barba’ no quiere volver a jugar bajo ningún concepto con los Sixers pero, por otra parte, la organización rompió negociaciones en agosto con los Clippers, el equipo por el que suspira el base.
Y, Morey, tan testarudo como Harden o más, no va a llevar a cabo ninguna operación que no le permita reclutar una estrella para mantener la condición de contendiente de Philadelphia, cada vez más cerca de vivir una reedición de lo de Ben Simmons.