La NBA ha iniciado una investigación sobre las circunstancias que rodean la reprimenda pública de James Harden, estrella de los Philadelphia 76ers, al presidente de operaciones de baloncesto de la franquicia, Daryl Morey.
La oficina de la liga está tratando de entender si Harden estaba insinuando su negativa para jugar con el equipo durante la temporada 2023-2024. Este hecho iría en contra de la normativa establecida por el convenio colectivo de la liga. Otro punto de sospecha es si se refería a discusiones contractuales pasadas con la organización que podrían constituir una falta respecto a las reglas salariales.
Harden ha indicado en privado, según recogen ESPN y The Athletic, que sus comentarios públicos llamando “mentiroso” a Morey el lunes por la mañana solo fueron una respuesta a que el ejecutivo diera por cerradas las negociaciones de traspaso con otras franquicias y su filtración de que los Sixers querrían ver a La Barba vestirse de corto en el campo de entrenamiento previo al inicio de la temporada.
Philadelphia informó a Harden y su círculo cercano que no había encontrado un traspaso adecuado para llevarle a su destinación preferente, Los Angeles Clippers. La franquicia agregó que le esperan en la ciudad en septiembre para iniciar la pretemporada junto al resto de sus compañeros.
A principios de la semana pasada, mientras cumplía con actos comerciales en China, Harden envió un mensaje muy claro a Morey y los Sixers. Llamó mentiroso al ejecutivo que más ha apostado por él en su trayectoria deportiva y aseguró lo siguiente: “nunca seré parte de una organización de la que él es parte”.
Un callejón sin salida
Harden cumplirá 34 años el próximo 26 de agosto y todavía busca su primer anillo de la NBA. Enfadado por no haber sido renovado a su gusto por varias temporadas, el jugador decidió ejercer su opción de alargar un año su actual vínculo a cambio de 35,6 millones de dólares a la par que comunicó su voluntad de abandonar la franquicia.
Más que por un asunto de competitividad de la plantilla, su decepción llegó tras constatar que Morey no iba a darle lo prometido un año antes, cuando el jugador aceptó una rebaja salarial para mejorar las perspectivas deportivas y la flexibilidad para hacer incorporaciones del equipo.
La jugada sitúa tanto al jugador como la franquicia en una clara dicotomía. Juntos y convencidos pueden competir por el anillo, pero si el descontento persiste, la química puede derrumbar una vez más un proyecto que cuenta con el MVP de la liga Joel Embiid.
La idea de Morey es no malvender a Harden a pesar del problema que eso puede generar en el vestuario. Traspasarle por un precio bajo impactaría las aspiraciones de título del grupo. Mantenerle enfadado puede provocar el mismo resultado.
Multas por ‘tampering’
El contrato de dos años y 68,6 millones de dólares que aceptó Harden el verano pasado permitió a Philadelphia cerrar dos traspasos que ya tenía apalabrados con P.J. Tucker y Danuel House. Eso provocó la investigación de la NBA por negociación ilegal, y la franquicia fue multada con la pérdida de dos futuras segundas rondas del Draft. Por aquel entonces, la competición no encontró evidencias de que los Sixers y La Barba hubieran acordado un futuro contrato después del gesto.
La franquicia ha negado todo este tiempo haber prometido a Harden más dinero y un contrato a su gusto para esta temporada, algo que sería ilegal según la normativa de la liga. El jugador tampoco ha confirmado de manera explícita que este sea la clave de su actual desencuentro.
El jueves, hablando para una televisión local de Houston, Harden reiteró que su relación con Morey y los Sixers está en un callejón sin salida. “Creo que sí”, contestó a la pregunta de si su vínculo estaba más allá de una posible reconciliación. “He sido paciente todo el verano. Para mí, se trata de centrarse en lo que puedo controlar y prepararme para la temporada”.
Los Sixers cerraron su temporada el año pasado con una derrota en el séptimo partido de las semifinales del Este contra los Boston Celtics. Harden anotó 7 puntos en un partido muy alejado de las habilidades que le han llevado a ser 10 veces All Star y MVP de la liga en 2018.