La primera en la frente. La NBA ha arrancado viéndose obligada a modificar su complejo calendario reducido tras la segunda madrugada de la temporada 2020-2021. El Houston Rockets-Oklahoma City Thunder no se disputó ya que los Rockets se quedaron en bragas tras la escapada de James Harden a un club de striptease.
La indisciplina de Harden, multado con 50.000 dólares, se debió a que se saltó por la torera el estricto protocolo sanitario de la competición asistiendo a lo que él mismo definió como “la fiesta de una colega de la ciudad”.
Harden fue visto sin mascarilla y se saltó varios puntos de la normativa de la competición, que prohíbe a los jugadores permancecer en estancias cerradas con 15 o más personas además de entrar en bares, clubes o establecimientos similares.
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A la hora del partido, Houston no tenía en sus filas el mínimo de ocho jugadores requeridos para disputar el encuentro después de realizar pruebas a la plantilla y descubrir tres jugadores con una prueba positiva o no concluyente. Otros cuatro jugadores estaban ya aislados y en cuarentena por el protocolo de rastreo de contactos estrechos.
La suspensión se conoció a dos horas y media del salto inicial y la NBA reveló que el origen de todo el problema no fue, precisamente, la aventura de Harden en la noche de Houston. Según los datos recabados por la competición, el origen del brote en Houston empezó en una reunión de jugadores para cortarse el pelo.
Asistieron a la velada, en una casa privada, el novato Kenyon Martin Jr, DeMarcus Cousins, John Wall y otros jugadores de los Rockets, que fueron mandados a casa nada más conocerse el positivo de Martin Jr. Entre los contactos estrechos, Houston mandó también a aislamiento preventivo a Jae’Sean Tate y Mason Jones.
Además de estos jugadores, los Rockets también tenían a Ben McLemore en cuarentena desde hace varios días. El lío en la franquicia texana, sin duda, es el mejor ejemplo de lo que puede significar un brote de coronavirus para el desarrollo de la liga.
En definitiva, un buen marrón el que tienen en Houston entre Harden y el coronavirus, pero también el que tiene la NBA para controlar la disciplina de los jugadores y la expansión del virus.
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