Con la segunda ola del coronavirus en ascenso, la llegada de la gripe al hemisferio norte es una fuente añadida de preocupación, tanto sanitaria como médica. Ambos virus, influenza y SARS-CoV-2, son principalmente respiratorios, por lo que su efecto combinado puede ser grave. Aunque con grandes oscilaciones dependiendo de las cepas de gripe que circulen cada año, la mortalidad por esta enfermedad ronda el 0,1%, y la del coronavirus actualmente está alrededor del 1%, según un resumen que ha publicado el Instituto de Salud Global (ISGlobal). Pero si se juntan ambos en un mismo individuo, el efecto se multiplica.
Con los pocos casos que hay ―los principales estudios se llevaron a cabo en Nueva York al principio de la pandemia, cuando ya la gripe estaba en retirada, y hay un resumen de la Agencia de Salud Pública británica (PHE)― se ha visto que la mortalidad en coinfectados se duplica si una persona con coronavirus coge la gripe, y se multiplica por seis si una con gripe se infecta por el coronavirus. En general, en estos casos es la covid la que determina la evolución, según ha publicado Jamanetwork. “El efecto sinérgico de ambas infecciones respiratorias puede comportar complicaciones graves, en especial en los grupos de edad más vulnerables. Coinfección por covid-19 y gripe es la tormenta perfecta que debemos evitar”, explicó Magda Campins, jefa del servicio de medicina preventiva y epidemiología del Hospital Universitario Vall d’Hebron, en una tribuna publicada en este periódico la semana pasada.
“La probabilidad de la coinfección se basa en la serie británica y en algunos otros casos puntuales publicados. Visto que en Europa y en Estados Unidos circulaban ya al final de febrero-marzo covid y gripe, aunque ya de bajada, parece que la coinfección es más bien excepcional”, apunta por su parte Antoni Trilla, jefe del servicio de medicina preventiva y epidemiología del hospital Clínic y profesor investigador del ISGlobal. Pese a la situación de marzo, Trilla insiste en que “los datos son sólidos”.
La temporada gripal llega cargada de incertidumbres. En el hemisferio sur, donde han pasado un invierno entero con ambos virus circulando, apenas ha habido impacto de la gripe. Puede ser por razones biológicas, pero también “debido a las medidas de protección contra la covid-19 (mascarillas, distancia física, higiene de manos)”, señala Campins, ya que estas protegen contra ambos patógenos. Raúl Ortiz de Lejarazu, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), destaca que este verano (invierno en los países australes) “han circulado menos de 50 cepas de gripe” por la región, según datos de Australia, Sudáfrica y Chile, “frente a las 14.000 del año pasado”.
Aparte de las medidas de protección (Lejarazu insiste en que distancia social es estar más aislado físicamente de otras personas), en muchos países del sur se cerraron total o parcialmente las universidades y colegios. En la gripe sí está claro que los niños “son superconductores, porque pueden estar hasta 15 días diseminando el virus, mientras que un adulto está menos de cinco”, con lo que su cuarentena fue un freno a la difusión del virus, dice el portavoz de la SEIMC.
Y hay otra posible causa para la menor circulación de la gripe a la que apunta el especialista. Lejarazu admite que no es algo que esté “plenamente probado o generalizado” siempre que coinciden virus, pero que puede darse en este caso. Él lo llama interferencia viral y consiste, explicado de una manera sencilla, en que una vez que un tipo de virus infecta una célula, esta reacciona ―por ejemplo, produciendo citoquinas, que son potentes inhibidores del replicamiento viral―, de manera que a un segundo tipo de virus le cuesta más introducirse en ella.
Además, Lejarazu apunta a que lo que se sabe de coinfecciones entre covid e influenza es poco. “En los análisis uno encuentra lo que busca”, explica, y no se sabe qué ha podido pasar con los casos en que una o la dos infecciones se hayan producido de manera asintomática.
Complicaciones para personas de riesgo
A falta de mayor experiencia, ISGlobal apunta a que puede suceder desde que ambos virus coincidan a que uno desplace al otro (se supone que el de la covid al de la gripe) o incluso que las medidas higiénicas supongan una menor circulación de ambos. “Debemos estar preparados para lo peor y no tenemos mucho margen de maniobra”, afirman los autores del trabajo de ISGlobal, que son, además de Trilla, Anna Vilella (hospital Clínic-ISGlobal), Gemina Santana (hospital Clínic) y Marta Tortajada (hospital Clínic). “Faltan datos y más estudios, pero todo apunta a que la coinfección por gripe y covid-19 podría ocurrir ocasionalmente y comportar más complicaciones en personas de riesgo”, apuntan.
Y, si bien ante la covid no hay todavía vacuna o tratamiento que ofrecer, y la prevención debe basarse en reducir los contactos y mantener las medidas de seguridad, ante la gripe hay una herramienta clave, que es la vacuna. Es verdad que la eficacia de esta no es del 100% ―puede circular una cepa no prevista, hay personas cuyos sistemas inmunitarios no reaccionan del todo ante ella y no generan suficiente respuesta―, pero de una manera general, esa eficacia de alrededor del 50% puede servir no solo para proteger a muchas personas, sino para evitar la sobrecarga de los sistemas sanitarios, que sufre atascos cada invierno por la temporada de gripe. “Como siempre, hay que tener prudencia. El peligroso es el coronavirus”, insiste Trilla. Amós García, de la Sociedad Española de Vacunología, ha afirmado en una sesión digital patrocinada por su sociedad, el Ministerio de Sanidad, el Congreso de los Diputados y con la colaboración de la farmacéutica Sanofi que, de hecho, es posible que las medidas contra la covid pueden ser “un mazazo” para la gripe de este año.
Ante esta temporada ―sobre todo a partir de enero o febrero, cuando se esperaría el pico de gripe, dice Lejarazu― la solución más sencilla en la que coinciden todos los expertos y las autoridades consiste en vacunarse de la gripe: se evitarán complicaciones, se facilitará el diagnóstico del coronavirus y se reducirá el impacto en el sistema sanitario. La campaña se ha adelantado este año, y este martes ya ha empezado en algunas comunidades, como el País Vasco, Galicia, Asturias, Navarra, Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía, Extremadura, Castilla y León, La Rioja, Madrid y Ceuta. Cataluña y Aragón la han empezado este jueves y Canarias y Castilla-La Mancha, este viernes. En Baleares lo hará el próximo lunes, 19, y en Cantabria lo hará el 25 de octubre. En Melilla estará la semana que viene.
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La temporada gripal llega cargada de incertidumbres. En el hemisferio sur, donde han pasado un invierno entero con ambos virus circulando, apenas ha habido impacto de a gripe. Puede ser por razones biológicas, pero también porque
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