RALEIGH, Carolina del Norte — Un Trump podría estar en las boletas en Estados Unidos el año próximo — aunque no Donald Trump.
La nuera del expresidente, Lara Trump, está ponderando presentarse a la contienda por el escaño senatorial que dejará vacante el republicano Richard Burr, de Carolina del Norte.
Aunque muchos en el estado han expresado escepticismo de que ella vaya a proceder, un ingreso en la contienda pudiera ser una prueba de la popularidad de Trump entre los republicanos, que sigue siendo enorme más de un mes después de su salida de la Casa Blanca.
La respuesta tiene implicaciones que van mucho más allá del futuro político de Lara Trump.
Si Donald Trump demuestra que puede ayudar a otros republicanos a ganar elecciones, su estatus autodesignado como líder del partido sería reafirmado.
Una derrota, por otra parte, les recordaría a los republicanos sus vulnerabilidades.
Menos de seis semanas tras dejar la presidencia, Donald Trump dio este domingo el discurso de clausura en la Conferencia de Acción Política Conservadora.
Por ahora, lo único que es cierto es que Lara Trump derrotaría fácilmente a rivales en una primaria republicana.
“Si Lara ingresase a la contienda, pienso que atraería una atención amplia e inmediata en todo el estado”, dijo Michael Whatley, líder del partido republicano en el estado, que ha dicho que su objetivo es “asegurarme de mantener a todos los votantes de Trump que participaron en la última elección y los convertimos en votantes republicanos confiables”.
Donald Trump se considera una persona de mucha influencia en la política republicana, pero su historial es mixto.
Siete republicanos votaron a favor de condenarlo.
Bajo su presidencia, los republicanos perdieron el control de la Cámara de Representantes en el 2018 y en las presidenciales del pasado noviembre, aunque no salió reelegido, tuvo mejores resultados que lo esperado.
Pero el partido perdió los dos escaños senatoriales en Georgia — y con ello la mayoría — en enero, pese a una campaña de última hora de Trump.