La impresión 3D se ha convertido en un lugar común en la industria del hardware, pero debido a que se pueden usar pocos materiales fácilmente, el proceso rara vez resulta en productos finales. Una startup suiza llamada Spectroplast espera cambiar eso con una técnica para imprimir con silicona, abriendo todo tipo de aplicaciones en medicina, robótica y más.
La silicona no es muy biorreactiva y, por supuesto, se puede hacer en casi cualquier forma, manteniendo la resistencia y la flexibilidad. Pero el proceso para hacerlo es generalmente el moldeo por inyección, ideal para la producción en masa de muchos artículos idénticos, pero no tan bueno cuando necesita un trabajo personalizado.
Y son trabajos personalizados que Manuel Schaffner y Petar Stefanov de ETH Zurich tienen en mente. Los corazones, por ejemplo, son en gran medida similares, pero los detalles difieren, y si fuera a reemplazar una válvula, probablemente preferiría la suya por encargo en lugar de directamente desde el estante.
“Las válvulas de reemplazo que se usan actualmente son circulares, pero no coinciden exactamente con la forma de la aorta, que es diferente para cada paciente”, dijo Schaffner en un comunicado de prensa de la universidad. No solo eso, sino que pueden ser una mezcla de materiales, algunos de los cuales el cuerpo puede rechazar.
Pero con una resonancia magnética precisa, los investigadores pueden crear un modelo digital del corazón en consideración y, utilizando su técnica de impresión 3D patentada, producir una válvula que se adapte exactamente a ella, todo en un par de horas.
Una válvula cardíaca de silicona impresa en 3D de Spectroplast.
Aunque crearon estas válvulas y realizaron algunas pruebas iniciales, pasarán años antes de que alguien instale una, este es el tipo de técnica médica que lleva una década probar. Mientras tanto, están trabajando en “mejorar la vida” en lugar de aplicaciones que salvan vidas.
Uno de estos casos es adyacente a quizás la aplicación quirúrgica más conocida de silicona: el aumento de senos. Sin embargo, en el caso de Spectroplast, estarían trabajando con mujeres que se han sometido a una mastectomía y les gustaría tener una prótesis mamaria que coincida perfectamente con la otra.
Otra posibilidad sería cualquier cosa que necesite adaptarse perfectamente a la biología de una persona, como un audífono personalizado, el final de una pierna protésica o alguna otra forma de cirugía reconstructiva. Y, por supuesto, los robots y la industria también podrían usar piezas de silicona únicas.
Parece que hay mucho espacio para crecer, y aunque Spectroplast recién está comenzando, ya tiene unos 200 clientes. La principal limitación es la velocidad a la que se pueden imprimir los productos, un proceso que debe ser supervisado por los fundadores, que trabajan por turnos.
Hasta hace muy poco, Schaffner y Stefanov estaban trabajando en esto con una subvención de ETH Pioneer Fellowship y una subvención nacional suiza de innovación. Pero al decidir partir del paraguas ETH, atrajeron 1.5 millones de francos suizos (casi lo mismo que los dólares en este momento) ronda de semillas de AM Ventures Holding en Alemania. Los fundadores planean usar el dinero para contratar personal nuevo para tripular las impresoras.
En este momento, Spectroplast está haciendo toda la impresión, pero en los próximos dos años puede vender las impresoras o las modificaciones necesarias para adaptar las configuraciones existentes.
Puede leer el documento del equipo que muestra su proceso para crear válvulas cardíacas artificiales aquí.
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