Rebosan timidez y aún les impresiona hablar con la prensa. A veces da la sensación de que miran de reojo todo lo que está pasando a su alrededor, la expectación generada con periodistas haciendo turnos para las entrevistas, como si todo esto no fuera con ellas, pero sí va y mucho. Es un Mundial en el que las jóvenes tienen mucho que decir. Jorge Vilda las ha llamado porque confía en ellas y ya han sabido responder a la perfección, liderando la remontada ante Sudáfrica en el debut mundialista.
La nueva generación pisa fuerte y está dispuesta a tener un papel relevante en este torneo. Discretas fuera del campo, se transforman sobre el césped en las fieras competitivas que le dan al equipo ese plus de frescura, chispa y desparpajo tan necesarios.
La hornada encabezada por Aitana Bonmatí (Barça, 21 años), Patri Guijarro (Barça, 21 años) y Lucía García (Athletic Bilbao, 20 años) son la debilidad de Jorge Vilda y están demostrando por qué.
Las tres enamoraron a la afición española al coronarse el pasado verano subcampeonas del mundo Sub’20. Antes, ya habían conquistado el Europeo Sub’17 y Sub’19.
“Sabemos que Vilda confía en nosotras, ya nos conoce de las categorías inferiores. Nos sentimos importantes en este equipo y vamos a dar el máximo cuando nos necesite”, explica Aitana Bonmatí para Mundo Deportivo. “Somos un grupo ambicioso y competitivo y aunque se nos vea jóvenes, tenemos la madurez de haber jugado ya finales muy importantes”, reitera, ya que en su caso también ha jugado la final de la Champions.
Con ADN azulgrana
La joven canterana del Barça encarna mejor que nadie el sello de identidad de esta selección con su juego de toque y su técnica exquisita. Es una digna sucesora de Xavi e Iniesta, sus referentes.
La benjamina del equipo, Lucía, debutó a lo grande en un Mundial Absoluto con un gol y una actuación decisiva en la remontada de España. Su desparpajo revolucionó el partido: “Si el míster lo decide, yo voy a estar ahí para todo. Estar en este Mundial es un sueño”, destaca. “Soy delantera, lo que se me pide es que marque goles y la verdad que estoy muy contenta y muy feliz de poder ayudar”.
La asturiana es la única mujer de un parto de cuatrillizos y se crió en la pequeña localidad de Pola del Pino, “donde no había campo ni nada”, apunta. Ayer todavía lucía en su pierna las marcas de los tacos de la sudafricana Vilakazi: “Me clavó los tacos en la pierna, se llevó el muslo por delante y lo tengo bastante marcado”, dice sin abandonar esa amplia sonrisa que la acompaña siempre y que la convierten en una de las más bromistas y queridas del grupo.
“Me veo con capacidad de hacer cosas. Yo voy a estar ahí para todo. Conmigo se demuestra que si trabajas y te esfuerzas puedes llegar”, sentencia.
Quien se muere de ganas ya de debutar es Patri Guijarro, la última en incorporarse a la selección debido a una lesión en el pie. Exclama que ojalá sea ya ante Alemania: “Me encantaría, es un rival muy potente y habrá que dar el máximo de nosotras”, apunta.
Un extra de ilusión
La azulgrana destaca que “la juventud de este equipo es un punto muy positivo, es uno de nuestros fuertes. Ya hemos cogido el ritmo de las veteranas y esperamos aportar ese punto de ilusión extra. Se ha visto que las jóvenes subimos con mucha fuerza”.
Las veteranas agradecen por su parte la aportación de esta inestimable savia nueva. “Lucía tiene eso, tiene esos desmarques que te dan vida. Y siempre acaba delante de la portera”, explicaba Virginia Torrecilla. “La entrada de Aitana y de Lucía nos dio vida”, le secundaba Jenni Hermoso. “Olé por ellas, han actuado como veteranas”, exclamaba Sandra Paños. Las tres están llamadas a liderar el cambio generacional.
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